El litoral catalán ofrece una variedad de paisajes costeros que van mucho más allá del típico día de sol y arena. Desde calas escondidas entre acantilados hasta amplios arenales urbanos con todos los servicios, la costa de Cataluña se convierte en un destino ideal tanto para quienes buscan tranquilidad como para los amantes de deportes acuáticos o el turismo familiar.
Desde la agreste Costa Brava hasta las playas doradas del sur, pasando por rincones poco conocidos a pocos minutos de Barcelona, aquí te presentamos una selección de playas que reflejan la diversidad del litoral catalán.
Las maravillas de la Costa Brava
Uno de los lugares más fotogénicos del litoral norte es Cala Sa Tuna, en Begur. Antiguo barrio de pescadores, mantiene intacto su aire tradicional con casas pintorescas y un ambiente sereno. A pesar de su tamaño reducido, ofrece aguas cristalinas, acceso cómodo y cercanía a caminos de ronda que invitan a explorar la zona.
También en Begur se encuentra Illa Roja, una playa nudista separada por una roca rojiza que le da nombre. Se llega caminando desde la playa de Pals y es un refugio de paz rodeado de naturaleza.
Más hacia el sur, en Lloret de Mar, sorprende Sa Boadella, un rincón oculto entre pinos y acantilados. Aunque el acceso no es sencillo, quienes se aventuran disfrutan de un entorno natural, frecuentado por naturistas y alejado del bullicio urbano.

Rincones salvajes en Tarragona
En las inmediaciones de Tarragona, destaca Cala Fonda, más conocida como Waikiki. De difícil acceso y sin servicios, es una playa virgen rodeada de bosque mediterráneo. Es habitual encontrar aquí a quienes practican el nudismo y buscan un entorno auténtico.
Otro punto interesante es Penya Tallada, en Salou. Esta pequeña cala se esconde entre rocas erosionadas y paredes verticales que parecen haber sido esculpidas por el mar. La entrada es a través de una escalera, lo que añade un toque aventurero al paseo.
En la zona de Hospitalet de l’Infant, El Torn es un arenal de casi dos kilómetros, considerado uno de los referentes del naturismo catalán. Rodeado de vegetación y montañas, ofrece un paisaje virgen y aguas limpias gracias a la presencia de posidonia.

Playas con historia y encanto urbano
La playa de Altafulla, al lado del núcleo histórico del mismo nombre, combina lo mejor de ambos mundos: servicios, accesibilidad y un entorno lleno de historia. Es ideal para familias o quienes desean disfrutar del mar tras un paseo por calles empedradas.
En la misma provincia, Creixell destaca por su longitud y accesibilidad. Se trata de una playa semiurbana pensada para todos los públicos, y con la ventaja de estar cerca de un encantador casco antiguo.
En la localidad de Tamarit, se encuentra Cala Jovera, a los pies de un castillo medieval. Esta cala mezcla naturaleza e historia en un entorno perfecto para desconectar. Sus aguas tranquilas y su arena fina la convierten en una opción atractiva para visitar en familia.

A un paso de Barcelona
A menos de 30 minutos de la ciudad condal, la playa de Les Casetes del Garraf ofrece un curioso paisaje costero con antiguas barracas de pescadores que conservan su estética original. Es un rincón tranquilo ideal para quienes no quieren alejarse demasiado de la ciudad.

Otra alternativa cercana es Ocata, en El Masnou. De fácil acceso en tren, cuenta con amplios espacios, servicios y una zona nudista. Su arena clara y aguas limpias la hacen muy popular durante todo el verano.
Naturaleza y arqueología en la Costa Brava
No podemos dejar de mencionar Castell, en Palamós, una playa totalmente virgen gracias al esfuerzo de los vecinos por conservarla. A su belleza natural se suma el valor arqueológico del cercano poblado íbero.
Finalmente, el Parque Natural del Cap de Creus, en el extremo noreste de Cataluña, concentra algunas de las calas más espectaculares del país. Lugares como Cala Montjoi o Cala Culip ofrecen paisajes rocosos únicos, aguas cristalinas y un entorno que parece suspendido en el tiempo.