CANTABRIA

Más allá del marmitako: el Sorropotún es la joya oculta de la cocina marinera cántabra

En España hay muchas joyas de la gastronomía que son poco conocidas más allá de ciertas zonas y una de ellas es el sorropotún de Cantabria

Sorropotún de Bonito

Cuando se habla de guisos marineros del norte de España, el marmitako suele acaparar la atención. Sin embargo, en las costas de Cantabria y parte de Asturias existe otro plato igual de tradicional y con personalidad propia: el sorropotún. Este guiso, menos conocido fuera de la región, es una auténtica joya de la gastronomía marinera que ha sobrevivido gracias a la transmisión oral y a su presencia en fiestas y celebraciones populares.

El sorropotún se caracteriza por su sencillez y contundencia. Sus ingredientes principales son el bonito del norte, patatas, cebolla, pan y caldo de pescado, una combinación humilde que los marineros preparaban a bordo con lo que tenían a mano. A diferencia del marmitako vasco, no incorpora pimiento choricero ni tomate en su versión original, lo que le da una identidad única. El resultado es un plato de caldo espeso, en el que el pan se deshace lentamente, aportando textura y un sabor profundo que combina a la perfección con la suavidad de las patatas y la delicadeza del pescado.

Sorropotún de Bonito

Un plato con raíces marineras

El origen del sorropotún se encuentra en los barcos pesqueros del Cantábrico. Los marineros lo cocinaban durante las largas jornadas en alta mar, utilizando los productos más accesibles: el bonito recién capturado y las reservas de pan y patata que llevaban a bordo. Con el tiempo, este guiso pasó de ser un plato de subsistencia a convertirse en un símbolo de identidad culinaria en pueblos como San Vicente de la Barquera o Llanes, donde todavía hoy se prepara en fiestas locales como la “Fiesta del Sorropotún”.

El secreto de su sabor

Aunque se elabora con ingredientes básicos, hay pequeños detalles que marcan la diferencia. Los expertos recomiendan caramelizar lentamente la cebolla, chascar las patatas en lugar de cortarlas para que liberen almidón y espesen el caldo de manera natural, y utilizar pan del día anterior para que absorba y ligue el guiso. Además, como ocurre con muchos platos tradicionales, el sorropotún gana sabor si se deja reposar y se consume al día siguiente.

Una joya gastronómica por descubrir

Hoy, el sorropotún no solo se disfruta en los hogares cántabros y asturianos, sino también en restaurantes y festivales gastronómicos que buscan reivindicar su valor. Frente al marmitako, más conocido y extendido, este guiso mantiene un perfil más local y auténtico, lo que lo convierte en una verdadera joya escondida de la cocina del norte.

Prepararlo en casa es sencillo, pero probarlo en los puertos y localidades costeras de Cantabria tiene un encanto especial: evoca el vínculo entre el mar y la mesa, la tradición marinera y la cocina de aprovechamiento que forma parte de la memoria colectiva de la región. REsto se debe a que el sorropotún es un plato humilde pero cargado de historia, que merece salir de la sombra del marmitako para ocupar el lugar que le corresponde en la gastronomía cántabra. Quien lo prueba, rara vez lo olvida.

TAGS DE ESTA NOTICIA