El embrujo de las serpientes nos remonta a la Biblia, con la tentación primigenia de Eva, expulsada del Edén por comer del fruto prohibido. Desde entonces, su forma serpenteada ha inspirado gargantillas, brazaletes, anillos y otras piezas de joyería simbolizando una deliciosa mezcla de belleza y poder hipnótico, pecado y gracia.
Desde Cleopatra, que en el Antiguo Egipto era representada con la cobra real (uraeus) en su tocado, símbolo de protección y poder divino, hasta la realeza actual, la serpiente ha sido utilizada como imagen de poder y amor eterno.
Cómo nació el culto
La leyenda nos lleva hasta 1839, cuando el príncipe Alberto le regaló a su prometida, la reina Victoria, un anillo de compromiso con la cabeza de serpiente adornada con esmeraldas y diamantes como alegoría de la inmortalidad. Su diseño renovó la moda de las joyas con serpiente en la era victoriana.
La reina accedió al trono con solo 18 años, en la madrugada del 20 de junio de 1837. A las pocas horas del fallecimiento de su tío Guillermo IV, celebró su primer Consejo privado inmortalizado por Sir David Wilkie, su llamado Pintor de Oficio. En la imagen se observa que luce un elaborado brazalete enjoyado con tres serpientes entrelazadas. Se cree que fue un regalo de su tía, la reina Adelaida, y expresaba su anhelo de alcanzar lo que Mateo en la Biblia describe como la sabiduría de la serpiente.

La reina Isabel I de Inglaterra dio continuidad al culto con un anillo de serpiente de oro con perlas engastadas, reforzando la conexión entre la realeza y este motivo en la joyería con un significado de transformación, renovación, sabiduría, protección, sensualidad, fertilidad y misterio. En el Retrato del arcoíris, proyecta su poder a través de una gran serpiente bordada con perlas y gemas engastadas en su manga, con un corazón de rubí entre sus colmillos.

Las casas más icónicas tomaron el testigo
Las firmas más emblemáticas le han ido dando su particular simbolismo. En su colección Serpent Bohème, Boucheron tradujo la serpiente en elegancia y savoir-faire. Fabergé la utiliza para expresar sabiduría, eternidad y exclusividad. Bvlgari redefinió con ella su estética y significado en el mundo contemporáneo. La marca lanzó su primera colección Serpenti en 1940, inspirada en la serpiente y utilizando la innovadora técnica Tubogas, que permitía crear piezas flexibles y sinuosas que imitaban el movimiento del reptil.
Esta técnica revolucionó la joyería y se convirtió en un sello distintivo de Bvlgari. Celebridades como Elizabeth Taylor, Grace Jones y Diana Vreeland lucieron sus piezas en eventos internacionales, consolidando la serpiente como un ícono de lujo y elegancia. Cuesta pensar en una joyería de renombre que no haya sucumbido a esta tendencia.
En este Año de la Serpiente chino, que concluirá el 16 de febrero de 2026, las serpientes están por todas partes. Sinuosas, intuitivas, astutas, sabias, elegantes, seductoras y cargadas de significado. Su capacidad para mudar de piel representa la renovación, el reinicio y la necesidad de soltar lastre.
En la concurrida alfombra roja de la Met Gala de este año, Zendaya acaparó todas las miradas al adornar la espalda de su traje pantalón blanco, inspirado en Bianca Jagger, con un broche Serpenti de diamantes de Bvlgari (el primer adelanto de la colección de alta joyería Polychroma de la firma italiana).
Boa, cascabel y pitón: amor eterno
Una de las joyas más preciadas de la reina Camilla es su antiguo collar de diamantes con forma de boa. Según dice la cuenta de Instagram de Joyas Reales, aunque se desconoce la procedencia del collar, podría ser una reliquia familiar o un regalo del rey Carlos III como gesto de “amor y pasión eterna”.
La descripción que acompaña a las imágenes recoge la anécdota de la bisabuela de la reina Camilla, amante del rey Eduardo VII. El collar guarda un parecido sorprendente con una pitillera Fabergé que Alice Keppel le regaló al rey Eduardo VII en 1908. La pitillera está decorada con esmalte guilloché azul y presenta una serpiente enroscada con diamantes talla rosa. Tras la muerte del monarca, la reina Alejandra devolvió la pitillera a Alice. En 1936, esta se la regaló a la reina María y actualmente forma parte de la Colección Real.
Una de las mujeres que mejor se enjoya con serpientes es Máxima de Holanda. No solo reptiles, también con arañas, escarabajos o libélulas. En enero escogió un broche reptiliano para asistir a la Exposición Nacional de Educación, la feria de educación más grande del Benelux. Lo lució sobre un conjunto de Natan realizada en cuero verde musgo y cuerpo en doble crepé de estilo oversize, con cuello redondo.
Como detalló Mode Koningin Máxima, el blog especializado en el estilo de la reina, la joya, hecha con esmalte y vidrio, es un diseño vintage de la marca británica Sardi, fundada en 1974 y conocida por su colorida bisutería. No es esta la única joya que Máxima tiene en forma de serpiente; también posee un anillo rojo y unos pendientes.
Ya lo advirtió la visionaria directora de Vogue Diana Vreeland, conocida como la “Emperatriz de la moda”: “¡No olviden la serpiente! Debería estar en cada dedo, en todas las muñecas y en todas partes”. Así sea.


