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Las marcas que triunfan cada 4 de julio

Hay marcas que se convierten en símbolos de celebración durante esta fecha. De Budweiser a Levi’s, su estilo y narrativa ya forman parte del ritual americano

Lily Aldridge, modelo e imagen de marca de Levi's. Fotografía: Cortesía de la firma

El 4 de julio es mucho más que una fiesta nacional: es un escaparate donde el patriotismo, la cultura pop y el marketing se dan la mano. Y en ese escenario, hay marcas que no pasan desapercibidas. Algunas lo llevan haciendo décadas, otras han sabido reinventarse con campañas brillantes, colaboraciones virales o mensajes emocionales bien calculados. Lo que tienen en común: todas logran conectar con el orgullo americano en su máxima expresión.

Una de las más consistentes es Budweiser. El gigante cervecero ha convertido el Día de la Independencia en su Super Bowl particular. Cada año lanza latas de edición limitada, decora sus camiones con la bandera estadounidense y activa campañas que mezclan nostalgia, comunidad y patriotismo. En 2024, su eslogan fue: “This Bud’s for every American story”, acompañado de una serie documental en redes sobre trabajadores anónimos de EE.UU. ¿El resultado? Un 18 % más de ventas en la semana del 4 de julio, según Nielsen.

Otra marca que no falla es Levi’s, el nombre por excelencia del denim. Desde los años 70, los vaqueros de Levi’s han sido símbolo de libertad, rebeldía y estilo americano. La marca lo sabe y cada verano lo celebra con colecciones cápsula que homenajean los clásicos: camisetas de algodón con estrellas, pantalones deshilachados, chaquetas vaqueras con parches vintage y bandanas tricolor. En Instagram y TikTok, su estética es omnipresente: jóvenes bailando sobre camionetas, barbacoas bajo las estrellas, picnics con música country y un filtro que parece sacado de una Polaroid de 1986.

La modelo Lily Aldridge, imagen de Levi’s. Fotografía: Cortesía de la firma.

Pero el 4 de julio también tiene un lado familiar y cotidiano. Es aquí donde entran Walmart y Target, que convierten sus pasillos en una oda a la iconografía estadounidense: platos con la bandera, bikinis con estrellas, sillas plegables en azul marino y vasos con frases como “Land of the Free, Because of the Brave”. Todo lo que necesitas para montar una fiesta patriótica en tu jardín lo puedes comprar ahí. Este año, se estima que el gasto promedio por hogar en artículos de celebración superó los 94 dólares, según la National Retail Federation.

También hay marcas que triunfan desde lo más inesperado. Ben & Jerry’s, por ejemplo, aprovecha la ocasión para lanzar sabores “temáticos” (con nombres como American Dream o Liberty Swirl) y acompaña sus campañas con mensajes sociales. Lejos de la exaltación, buscan invitar a la reflexión sobre qué significa realmente la libertad en la América actual. Un enfoque que no gusta a todos, pero que fideliza a una audiencia joven, urbana y comprometida.

En el ámbito deportivo y de estilo, Nike nunca falta a la cita. Aunque evita los eslóganes más patrióticos, cada 4 de julio lanza versiones especiales de sus modelos más icónicos, como las Air Max o las Cortez, en los colores de la bandera. A eso se suman colaboraciones con diseñadores locales, playlists para entrenar al ritmo de hits norteamericanos y cápsulas con frases como “Home of the Brave”.

Y luego está Apple Music o Spotify, que cada año lanzan playlists exclusivas para la fecha. Canciones de Bruce Springsteen, Dolly Parton, Childish Gambino o Beyoncé conviven con nuevos artistas emergentes en listas que acumulan millones de reproducciones en 48 horas. En el fondo, cada quien vive el 4 de julio a su manera —y el algoritmo lo sabe.

Más allá del consumo, estas marcas han entendido algo esencial: el 4 de julio no es solo una fecha, es una emoción colectiva. Es una mezcla de orgullo, pertenencia, nostalgia, fiesta y, cada vez más, diversidad. Quien sepa interpretarla bien, tiene garantizado un lugar no solo en el carrito de compra, sino en el recuerdo emocional del consumidor.

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