El 11 de mayo de 2025, los Reyes de España participaron por primera vez en la ceremonia conmemorativa en el campo de concentración nazi de Mauthausen, en Austria, al cumplirse 80 años de su liberación. Este homenaje se centró en recordar a los más de 7.000 republicanos españoles deportados a este campo, de los cuales más de 4.000 murieron.
Para la ocasión, la reina Letizia optó por un conjunto sastre de color negro azabache, compuesto por una americana entallada y un pantalón recto ligeramente acampanado. Bajo la chaqueta, lució una blusa blanca con lazada al cuello, una prenda que ha utilizado en varias ocasiones.

El detalle más significativo de su atuendo fue un pañuelo azul en forma de triángulo con la letra “S” bordada en rojo, símbolo que los nazis utilizaban para identificar a los prisioneros políticos españoles en los campos de concentración. La Reina sostuvo este pañuelo durante todo el recorrido hasta la ofrenda floral, donde lo depositó como gesto de homenaje y memoria.
En cuanto a los complementos, la reina Letizia completó su look con mocasines negros de tacón medio y un bolso de asa corta en piel negra de la firma Carolina Herrera, una de sus marcas de cabecera. Con un estilo sobrio y elegante, supo transmitir -una vez más- el respeto y la solemnidad que la ocasión requería.

80 años de la liberación de Mauthausen: memoria viva de los deportados españoles
El 5 de mayo de 1945, las tropas estadounidenses liberaron el campo de concentración de Mauthausen, en Austria, poniendo fin a uno de los episodios más brutales del régimen nazi. Este campo fue uno de los más duros del sistema de exterminio y trabajos forzados, donde más de 190.000 personas fueron internadas, y al menos 90.000 murieron debido al hambre, las enfermedades, las ejecuciones o las condiciones extremas. Entre ellos, más de 7.000 fueron republicanos españoles, exiliados tras la Guerra Civil.
Los españoles en Mauthausen fueron clasificados como prisioneros políticos y marcados con un triángulo azul con la letra “S” de “Spanier”. Su destino en el campo estuvo marcado por trabajos forzados inhumanos, especialmente en la temida cantera de granito.
Aproximadamente 4.800 españoles murieron allí. Pese a ello, algunos sobrevivieron y se convirtieron en testigos clave del horror nazi. El campo se ha convertido desde entonces en un símbolo de la lucha por la memoria histórica y el reconocimiento de los deportados españoles.