Novias

Todas las (nuevas) tendencias para las novias de 2026

Capas, toques de color, encajes (y no solo en el vestido), o ramos fuera de lo común. Si te casas el próximo año, estas son todas las tendencias que tienes que conocer

Fotografía: Kiloycuarto

Desde que Gracie Abrams se presenciase en la alfombra de los últimos Grammys enfundada en un impecable Chanel color crema y negro y, lo más importante, con una capelina de gasa, la concepción al uso de los velos ha dado un giro de 360 grados. Así, el efecto caperucita modernadel diseño ad hoc que lució la cantante traspasa fronteras hasta el terreno nupcial, donde muchas futuras novias han fijado la mirada. Un universo donde, la próxima temporada, conviven felizmente los lazos de gran tamaño (en espaldas, cierres, mangas o cinturas), las aplicaciones de perlas, encajes o flores bordadas (también en faldas) y las mangas o (directamente) los conjuntos desmontables, que añaden un aire práctico a lo poético del conjunto.

Ya lo decía Gabrielle Chanel: “Un vestido solo es el adecuado cuando parece tuyo” y, aunque las opciones en tendencia para las novias que van a dar el sí quiero próximamente parecen inabarcables, estas son algunas de las más destacadas y, sobre todo, de las que tomar nota si quieres ser una novia à la mode.

El velo-capa

Esta última temporada, los velos han desdoblado con una doble personalidad: la de decorar y la de cubrir, pero de forma práctica. Además, las capas y mantos tipo Watteau sustituyen o complementan ya al velo tradicional, aportando movimiento y dramatismo al conjunto.

Magníficos ejemplos de su (buen uso) son el diseños de Abrams (unida al propio escote del vestido), y el del velo-capa de Blanca Miró (que se casó en Menorca con un total look de Dior) o el de Lucía Entrecanales (que se casó con Laszlo Bene el pasado mes de junio en Sevilla).

 

Customización teatral

La clave aquí es una mayor versatilidad para que las novias jueguen con elementos intercambiables y desmontables, logrando distintos estilos a lo largo de su gran día. Alejandra Oria, diseñadora de novias, destaca para el próximo año como tendencia las faldas con volumen, “que se convierten en las verdaderas protagonistas del vestido”. “Se contrarrestan con cuerpos más sencillos y ajustados a la silueta; las faldas de capas que mezclan tejidos y aportan mucho movimiento, las faldas de volantes —que personalmente me apasionan y me parecen una tendencia eterna para quien se sienta identificada y quiera atreverse— seguirán muy presentes”, dice la diseñadora con sede en Madrid. “También las faldas globo, que regresan con fuerza, aportando ese efecto moderno y sofisticado a la vez.”

Otra tendencia que viene pisando fuerte es la camisa para novias. “La combinación de una maxifalda con una camisa de guiño masculino me parece un éxito asegurado. Me divierten muchísimo este tipo de mezclas; para mí, lo importante es que el resultado no pierda la elegancia y delicadeza que siempre deben prevalecer en una novia”, asegura Oria.

Romanticismo reinventado

Como apunte, los ramos de novia pequeños serán un detalle estrella este 2026; desde bouquets (al más puro estilo novia couture) monocolor hasta propuestas algo más selváticas, la tendencia apunta a composiciones más íntimas y naturales. Así, triunfan los bouquets asimétricos con flores (tradicionalmente) más silvestres y combinaciones que arrojan un estilo más orgánico frente a la rigidez más impostada. “En cuanto a ramos salvajes y asimétricos, diría que han predominado mucho el burdeos, el morado casi negro y el marrón”, dice la florista con sede en Madrid Liliya Varenytsya.

“También últimamente muchos ramos de tonos oscuros, además de mezclado con verdes y mucho uso de girasoles deshojados”, dice la creadora de Flores Mercuriales. “Siento que hay dos corrientes, sobre todo respecto a las forma del ramo: las novias que quieren un ramo diferente o directamente no ramo (como los bolsos de flor), asimétrico o de colores que no entran tradicionalmente en el imaginario de boda (como los más oscuros), y después y las novias que van volviendo a lo ‘típicamente’ nupcial, como ramitos románticos en tonos blancos-crema o más cálidos y con mucho movimiento.Me parece que en 2026 se va a potenciar más esa tendencia a lo tradicional, por referencias como el de Selena Gomez o el de Charlie XCX…. Incluso el de Taylor Swift que también pronostico algo muy tradicional”, apunta Varenytsya.

Minimal chic

Los vestidos de novia minimalistas se consolidan como una tendencia clave para 2026. Telas nobles como el crepé, el mikado o el satén mate dan vida a cortes limpios y elegantes, con líneas que estilizan sin necesidad de adornos excesivos. Sin embargo, el minimalismo evoluciona: ya no se trata solo de la sencillez, sino de la precisión en cada costura y la sofisticación del diseño. También es el caso de diseños de dos piezas, una tendencia efervescente en el terreno nupcial durante en los últimos. “ Me parece algo totalmente lógico, porque las novias cada vez quieren ser menos tradicionales y valoran más la practicidad”, concede Alejandra Oria. “El hecho de que el vestido tenga dos o más piezas lo convierte en una opción transformable para el propio día de la boda, lo que permite que la novia luzca, en esencia, más de un vestido, simplemente cambiando las piezas. Además, el dos piezas ofrece mucha versatilidad: hay novias que reutilizan alguna de las prendas más adelante, fuera del contexto nupcial”.

Foto: Vestido Priscila de tirantes finos con escote redondo y drapeados confeccionado en tul microplisado y sin cola. (Alejandra Oria)

Un clásico renovado

Uno de los imprescindibles más clásicos y omnipresentes en la moda nupcial, el encaje, continúa siendo un clásico, pero aquí se presenta con un aire renovado. Sus formas adoptan lugares insospechadas y adornan partes del vestido (bien e inserción o sobrexposición) pero también de los complementos. Así, radicalmente contemporáneos, los tejidos translúcidos y los bordados tridimensionales son unos de los claros (y renovados) protagonistas de las novias del 2026. En ese espíritu de aportar el toque romántico sin perder modernidad, también destacan los detalles arquitectónicos de los corsés estructurados, los escotes tipo cuadrado o halter, y las cinturas marcadas que evocan la silueta de los años 90 con un giro contemporáneo.

Complemento principal

Ampliando esta representación, los accesorios llevan varias temporadas cobrando la importancia que merecen y, sobre todo, que tienen para el día a día y para cada mujer de forma tan diferenciada como única; del mismo modo que para alguien los zapatos es la primera pieza con la que se visten, para otra persona puede ser la última y menos central del conjunto. En sintonía con los Pantone de la temporada, los zapatos, minibolsos o tocados adoptan los colores tendencia, e incluso los primarios y vibrantes tienen cada vez mas cabida en las propuestas más recientes de los diseñadores bridal.

En este sentido, Oria se declara fan de los tocados, los sombreros, las flores XL, los lazos… “y, por supuesto, del romanticismo de los velos de siempre, reinterpretados con bordados más abiertos e hilos rústicos, que aportan un aire moderno a la mantilla tradicional”, apunta. “Además, es un elemento tan ligado a nuestra cultura española que me encanta seguir viéndolo.

Desde el año pasado realizamos velos bordados y amontillados a medida para cada novia, y cada vez más mujeres los eligen, incluso las internacionales, que se atreven con este toque made in Spain.”

Respecto al resto de complementos, la diseñadora apostaría por un bien par de guantes (“me encantan, aunque no favorecen a todas las novias ni a todos los vestidos”, advierte). “Y si tuviera que elegir un accesorio del que nunca me cansaría, serían unos buenos zapatos. Me encantan las bailarinas con tacón o los slingbacks de Miu Miu, siempre me han parecido perfectos para una novia”, comenta.

Asimismo, las joyas también reclaman su sitio en las celebraciones de a pie, mezclando clasicismo con singularidad. Los chockers, pendientes-joya (cada vez de mayor tamaño) y anillos chunky reclaman su sitio frente a la sencillez recatada, como es el caso de Dua Lipa.

A todo color

En cuanto al uso de la paleta cromática, las novias del 2026 se alejarán (una temporada más) del blanco puro para también poder explorar una paleta de matices suaves: de los (siempre elegantes) tonos marfil al blush, pasando por el champagne, el rosa o el lavanda pálido o azul empolvado. Así, empleados estratégicamente en complementos y acabados del look (lazos, encajes, cierres o botonaduras) aportan sutileza y calidez al conjunto. “Estos tonos no solo favorecen a distintas tonalidades de piel, sino que también reflejan una nueva sensibilidad hacia la individualidad y la autenticidad de la esencia de todas las novias”, aconseja Lisa Walker Havette, maquilladora y estilista especializada en novias, quien escribió que “el día de tu boda no se trata de replicar la idea de belleza de otra persona, sino de ser la versión más feliz y radiante de una misma”.