En el cuarto día de la guerra total abierta entre Israel e Irán, el panorama sigue empeorando. Tras el ataque sorpresa de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el Mossad del viernes pasado en bases militares, instalaciones nucleares y residencias de líderes militares y científicos, la escalada bélica entre ambos países sigue subiendo peldaños.
Y quienes pagan el precio son civiles inocentes: en Israel van 24 muertos, varios desaparecidos y más de 600 heridos; en Irán, se cuentan ya 225 víctimas mortales, mientras los residentes de Teherán huyen despavoridos de la capital buscando lugares seguros.

La “Cúpula de Hierro” de Israel
En la madrugada del lunes, una refinería de petróleo fue impactada en el golfo de Haifa, así como una central eléctrica. Los misiles balísticos iraníes están saturando la “Cúpula de Hierro”, la batería antiaérea israelí capaz de interceptar cerca del 90% de proyectiles. De los más de 370 misiles lanzados el lunes desde Irán, más de 30 causaron impactos directos en ciudades como Bat Yam, Tel Aviv, Haifa, Rehovot o Petah Tikva. El poder destructivo de los proyectiles mató a civiles, incluso algunos dentro de los refugios antibombas en sus casas.
En Irán, la televisión nacional IRINN fue bombardeada por cazas de las FDI el lunes, mientras una presentadora emitía un directo para intentar levantar la moral de una población en estado de shock. Desde la guerra Irán-Irak de los años 80, los centros urbanos del país no habían sufrido bombardeos. “El portavoz de propaganda e incitamiento iraní está a punto de desaparecer”, vaticinó el ministro de defensa hebreo Israel Katz. El canal persa de las FDI emite constantes órdenes de desalojo a residentes de Teherán y otras ciudades antes de los ataques.

El lunes estuvo marcado por las ambiguas palabras de Trump, que señaló que “tal vez” podría lograrse un acuerdo diplomático para frenar la guerra. Según fuentes citadas por la CNN, el presidente estadounidense vetó un plan israelí para matar al líder supremo del régimen de los ayatolás, Ali Jamenei. “El conflicto está siendo doloroso para las dos partes, pero Irán no está ganando esta guerra”, consideró Trump.
Irán: “Muerte al dictador”
En Teherán, crecen las voces de disidentes al grito de “¡muerte al dictador!”. “El pueblo iraní tiene una opción de levantarse y cambiar al régimen”, afirmó Isaac Herzog, presidente de Israel, ante el runrún constante sobre la debilidad que afronta el régimen iraní . “El pueblo iraní ha estado oprimido durante décadas”, añadió. Pero Herzog aclaró que el objetivo primordial es “eliminar el programa nuclear iraní”.

Pese a los golpes sufridos en centrales nucleares como Natanz, la planta de Fordo, que supuestamente alberga un centro de enriquecimiento de uranio a 800 metros bajo tierra, sigue intacta. Para neutralizarla, las FDI necesitarían de apoyo militar estadounidense, pero la Casa Blanca no da señales de querer -por ahora- involucrarse directamente en el conflicto. Desde Washington asumen que la guerra durará “semanas, y no días”.
Propuesta de alto el fuego
La agencia Reuters informó en la tarde del lunes que Irán habría solicitado a Qatar, Arabia Saudí y Omán que impulsen una propuesta de alto al fuego -vía Washington- para proponer a Israel, con intención de reanudar las conversaciones sobre el pacto nuclear. Mientras tanto, el régimen iraní sigue perdiendo cabecillas militares: ayer se liquidó a Mohammed Kazemi, el jefe de la inteligencia de las Guardias Revolucionarias.

El régimen teme que una postergación del conflicto con el estado judío sacuda sus cimientos internos. Si bien los lealistas a los ayatolás exigen mano dura contra Israel, una mayoría de los iraníes es favorable a un cambio de régimen. Las consecuencias de la guerra ya no se sienten solo en objetivos militares: ayer un hospital en Kermansah fue golpeado por los cazas de las FDI.
La huida de Teherán
En la noche del domingo, masas de gente abandonaron en coche Teherán, huyendo mayoritariamente hacia al norte del país. “Todo es incierto”, comentó el poeta Meisam al New York Times. El caos parece apoderarse del país persa. Por primera vez, las FDI ordenador la evacuación del noreste de Teherán, ya que se planeaba golpear “infraestructura militar” en la zona. Mientras, las gasolineras cierran por falta de suministros. Muchos huían, sin tener demasiado claro hacia donde.
En Israel, el precio a pagar por la decisión de Benjamin Netanyahu de golpear ahora Irán se eleva cada día que pasa. Ocho personas murieron durante los ataques de la madrugada y la mañana del lunes, que además dañaron el edificio de la embajada de EE UU en Tel Aviv. Los misiles iraníes apuntan a zonas densamente pobladas, y los impactos generan gran destrucción en barrios enteros. Constantemente, las FDI mandan avisos a la población israelí para encerrarse en los refugios ante ataques inminentes. Irán también dispara decenas de drones diarios, que son mayoritariamente interceptados.
Israelíes, a los búnkeres
“Es importante para mí enfatizar que en los edificios adicionales que registramos, la mayoría de las personas que estaban en un espacio protegido no resultaron heridas”, insistió un portavoz del comando civil del Ejército israelí. Pero en muchas residencias y edificios no hay cuartos blindados, por lo que los israelíes se ven obligados a correr a búnkeres públicos. A veces, no llegan a tiempo.

En el encuentro de líderes del G7 en Canadá, Trump avisó que no firmará un comunicado conjunto urgiendo a la desescalada. “Bajo el firme liderazgo del presidente Trump, Estados Unidos ha vuelto a liderar el esfuerzo por restablecer la paz mundial. El presidente Trump seguirá trabajando para garantizar que Irán no pueda obtener un arma nuclear”, declaró la Casa Blanca.
Desde Irán, su ministro de Exteriores Abbas Araghchi dijo que “una sola llamada de Trump a Netanyahu podría garantizar el retorno a la vía diplomática”. No obstante, al atardecer el régimen de los ayatolá amenazó con el “ataque de misiles más intenso” hasta la fecha. Por su parte, Netanyahu no descartó matar al ayatolá Jamenei: “Así lograremos terminar el conflicto”, concluyó el premier israelí.