Un año después del paso atrás de Joe Biden y después de sufrir una dura derrota como candidata demócrata frente a Donald Trump, la exvicepresidenta Kamala Harris se encuentra en un estado de suspensión política. Desde California hasta Carolina del Sur, dos escenarios clave para cualquier demócrata con ambiciones nacionales, la que fuera estrella en ascenso del partido se enfrenta ahora a aplausos tibios y cálculos aún más fríos.
En Carolina del Sur, el estado donde se celebraron las primeras primarias y que ayudó a Joe Biden a asegurarse la nominación en 2020, el nombre de Harris rara vez salió a relucir durante una reciente reunión de activistas demócratas. Según describe el medio estadounidense Politico, en Anaheim, California, los delegados y operadores políticos recibieron la mención de su posible candidatura a la gobernación con escepticismo en lugar de entusiasmo. Ambas costas parecen estar de acuerdo en una cosa: la exvicepresidenta debe decidir, y pronto.

Kamala Harris y su fecha límite
Harris se ha dado hasta finales del verano para decidir si se presentará a las elecciones a gobernadora de California en 2026 o si esperará para presentarse de nuevo a las presidenciales de 2028. Pero la demora ya está causando revuelo dentro del Partido Demócrata, donde los donantes, los candidatos y los activistas se están impacientando.
This Fourth of July, I am taking a moment to reflect. Things are hard right now. They are probably going to get worse before they get better.
But I love our country — and when you love something, you fight for it. Together, we will continue to fight for the ideals of our nation. pic.twitter.com/pYxJVw0fiD
— Kamala Harris (@KamalaHarris) July 4, 2025
“La gente quiere una campaña”, no una coronación, indicó David Campos, vicepresidente del Partido Demócrata de California a Politico. Su opinión refleja un deseo creciente dentro del partido de que se aclare la situación, no solo por parte de Harris, sino también por parte de los demás candidatos, que actualmente se encuentran en una situación de incertidumbre.
Su indecisión ha congelado de facto la escena política de California. Los grandes donantes están a la espera. Los sindicatos están retrasando sus apoyos. Y los posibles candidatos están calculando sus posibilidades —o sus estrategias de salida— en función de lo que decida Harris.
California: ¿premio de consolación o regreso a casa?
Incluso en su estado natal, la acogida a una posible candidatura de Harris es complicada. Algunos demócratas ven su interés en la mansión del gobernador como un plan alternativo tras su fallida campaña presidencial.
“No hemos sabido nada de ella sobre los asuntos de California desde la toma de posesión de Trump”, aseveró Madison Zimmerman, delegada de la zona rural del norte de California. “Creo que California no es un premio de consolación”.
Otros siguen siendo leales, con partidarios como la activista Ingrid Hutt deseosos de que Harris “vuelva a casa y lidere nuestro estado”. Pero sigue existiendo la preocupación de que la exvicepresidenta vea la gobernación como un puesto provisional, una parada política en su camino hacia una segunda oportunidad en la Casa Blanca.
Carol Weiss, delegada de Sunnyvale, expresó la inquietud que muchos comparten: “Mi preocupación con respecto a Harris es que, si ganara, utilizaría el cargo como un puesto provisional. Y eso me haría sentir que estoy desperdiciando mi voto”.

La cuestión nacional: 2028 y el peso del legado
Harris sigue siendo una de las figuras más reconocidas del Partido Demócrata y sigue ocupando los primeros puestos en las encuestas para las primarias de 2028. Pero su camino de vuelta a la primera línea no está nada claro.
La encuesta Omnibus de julio de Echelon Insight muestra que, entre los votantes demócratas en las primarias, Harris (26%) lidera un grupo de 20 candidatos en una prueba electoral preliminar para las primarias presidenciales de 2028. La excandidata presidencial y exvicepresidenta aventaja a sus dos principales competidores: el exsecretario de Transporte Pete Buttigieg y el gobernador de California Gavin Newsom, en 15 y 16 puntos, respectivamente.
Sin embargo, su asociación con la Administración Biden puede resultar un arma de doble filo. Mientras que algunos, como el expresidente del Partido Demócrata del condado de Charleston, Sam Skardon, sostienen que Harris no tuvo una “oportunidad plena y justa” en 2024, otros creen que la disminución de la popularidad de Biden proyecta una larga sombra sobre cualquiera de sus antiguos aliados.
“No creo que el partido le deje el campo libre”, añadió Skardon. “Nadie espera que tenga derecho a la nominación”.
A pesar de la incertidumbre, Harris sigue siendo una fuerza formidable, una celebridad política capaz de llamar la atención con un breve discurso en vídeo o una aparición en una gala. Su reconocimiento y su destreza para recaudar fondos la convierten en la favorita instantánea en la carrera por la gobernación de California, si decide presentarse.
Pero ese mismo poder de las estrellas ya no garantiza el entusiasmo en las urnas.