Una aplicación de taxis exclusivamente para mujeres. Con ese concepto innovador acaba de estrenarse este verano en el Líbano -aunque la idea nació en octubre del año pasado, en plena guerra entre Israel y Hizbulá- Heya Ride. “Somos la primera ‘app’ de transporte privado solo para mujeres. Nuestra misión es sencilla: ofrecer a las mujeres una forma segura, confiable y empoderable para que puedan moverse con libertad mientras creamos oportunidades de ingresos para las conductoras femeninas”, explica a Artículo14 Élise Moussa, una de las cuatro cofundadoras -junto con Farah Nassar, Maysaa Merie, Farah Ktaish– de la aplicación.
En un funcionamiento semejante al de otras ‘apps’ asentadas en el país de los cedros como Uber, Bolt o Allo Taxi, las conductoras se llevan una parte del importe de la carrera y Heya Ride deduce del montante gobal un porcentaje. El origen de la ‘app’ está directamente relacionado con una mala experiencia vivida por una de las fundadoras en un taxi de la capital libanesa. “En lugar de aceptar simplemente el problema, lo convertimos en una oportunidad para crear una solución”, relata a este medio la joven emprendedora y graduada de la Lebanese American University de Beirut. Heya Ride continúa el camino abierto por la pionera Banet Taxi, nacida hace una década, antes del boom de las ‘apps’, con unos taxis que se popularizaron gracias a su característico color rosa por las avenidas y calles de la jungla urbana beirutí.

Víctimas en los taxis
No en vano, según una encuesta llevada a cabo en la ciudad libanesa de Trípoli en 2022 por ONU Mujeres en el Líbano en colaboración con la ONU Kafa y la organización Mousawat, el 68% de las mujeres participantes admitía haber sido víctima o testigo de acoso en el interior de los taxis en el Líbano. Además, la mitad de las encuestadas aseguraba que el miedo de ser víctimas de acoso restringía su movilidad cotidiana.
A pesar de la gran competencia existente en las calles de Beirut -donde pugna media decena de ‘apps’ con miles de taxis tradicionales en una ciudad sin metro y con una deficiente red de autobuses públicos-, la cofundadora de Heya Ride presume de su buena aceptación en el corto espacio de tiempo transcurrido desde su puesta en marcha. “En apenas unos meses, hemos reclutado más de 160 conductoras femeninas y registrado más de 9.000 usuarios, con una media de 40 rutas diarias. El ‘feedback’ ha sido mayoritariamente positivo”, explica Moussa, “tanto de pasajeras que se sienten más seguras como de conductoras que están logrando independencia financiera”. “Aunque estamos aún en las fases iniciales, estos resultados demuestran que la necesidad de un Heya Ride es real y que el modelo funciona”. Por ahora Heya Ride opera en Beirut y área metropolitana, pero sus promotoras esperan ir ampliando el rango geográfico de actividad.
Mujeres conductoras
Sin embargo, la joven fundadora de la ‘app’ de transporte privado solo para mujeres lamenta el tabú existente aún en torno a la cuestión del acoso a la población femenina en el transporte público: “Muchas mujeres experimentan acoso pero dudan en contarlo por culpa del estigma y del miedo a que se les juzgue, o simplemente a que no se las tome en serio”.
Aunque la situación al respecto en el Líbano dista mucho de la que se vive en otros países de la región -como Egipto, Jordania o Siria-, mucho queda por hacer. En diciembre de 2020 las autoridades libanesas dieron un importante paso al respecto al promulgar la ley nº205, que sanciona el acoso sexual en los lugares privados y públicos, incluido el transporte, con penas que oscilan entre el mes y los cuatro años de cárcel. En la memoria colectiva perdura el caso ocurrido tres años antes de la promulgación de la citada ley, en 2017, cuando la empleada de la Embajada del Reino Unido Rebecca Dykes fue asesinada por un conductor de Uber cuando regresaba a casa de un bar en la cosmopolita zona de Gemmayze, en Beirut.

Los testimonios de malas experiencias se repiten. La investigadora universitaria Maria Chalhoub, residente en Beirut, relata el suyo a Artículo14: “Me saqué el permiso de conducir a los 18 años para evitar los taxis. Mi madre, por ejemplo, harta de vivir experiencias negativas, se sacó el suyo a los 50 años y se desplaza a diario en su coche a su lugar de trabajo. En casa somos cuatro y tenemos cinco coches, una cosa habitual en este país”.
“Desplazarse con libertad y sin miedo”
“En Heya Ride creemos que romper con ese silencio es fundamental. Al afrontar el acoso de manera abierta y ofrecer una solución práctica, estamos ayudando a normalizar conversaciones sobre la seguridad de las mujeres y sobre la movilidad”, asegura a Artículo14 la emprendedora Élise Moussa. “Nuestra meta es empoderar a las mujeres para reclamar tanto su voz como su derecho a desplazarse con libertad y sin miedo”, concluye la cofundadora de Heya Ride.