Susie Wiles, la primera mujer jefa de gabinete de la Casa Blanca y la figura no electa más poderosa de la segunda Administración de Donald Trump, ha ofrecido un retrato inusualmente directo del presidente al que sirve y de su equipo.
En una serie de 11 entrevistas con Vanity Fair, la conocida como “dama de hielo” ofreció una valoración sincera del temperamento de Trump, su sed de venganza, el escándalo de Epstein y las personalidades que dan forma a su Administración. Sus comentarios revelan una Casa Blanca impulsada tanto por impulsos, agravios y luchas internas como por ideología o política, con Wiles presentándose a sí misma como sincera así como de muro de contención. Es más, es de las pocas en el Gabinete que se atreve a llevar la contraria al magnate republicano, aunque luego él no siga sus consejos. Ocurrió con los perdones presidenciales a los condenados por asaltar el Capitolio el 6 de enero.
Trump y su personalidad de “alcohólico”
“El Sr. Trump tiene la personalidad de un alcohólico”, indicó Wiles, cuyo padre era alcohólico. Cabe recordar que el magnate republicano no bebe, pero ella usó este símil para describir su volatilidad, sus compulsiones y su apetito por el exceso. Pero también defiende el buen estado de salud del presidente. Cuando se le preguntó sobre los informes de que el presidente se había quedado dormido en las reuniones del Gabinete, ella los descartó: “No está dormido. Tiene los ojos cerrados y la cabeza inclinada hacia atrás… y, ya sabes, está bien”.
Wiles confirmó lo que los críticos llevan tiempo argumentando, que Trump utiliza los procesos penales como represalia. “No creo que se levante por la mañana pensando en vengarse”, aseveró a Vanity Fair, “pero cuando se le presenta la oportunidad, no la deja pasar”. La poderosa jefa de Gabinete reconoció que los procesos contra figuras como James Comey y Letitia James podrían considerarse razonablemente vengativos, y admitió que no podía decir lo contrario.
Epstein: “Lo echó todo a perder”
Según Vanity Fair, ningún tema parecía inquietar más a Wiles que la gestión de los archivos de Jeffrey Epstein por parte de la Administración, un episodio que describió como políticamente desastroso y mal gestionado.
Afirmó que la fiscal general Pam Bondi “echó todo a perder” con su respuesta inicial, en particular al entregar a personas influyentes conservadoras carpetas etiquetadas como “Los archivos de Epstein: Fase 1” que no contenían nada nuevo. “Primero les dio carpetas llenas de nada”, indicó Wiles. “Y luego dijo que la lista de testigos, o la lista de clientes, estaba en su escritorio. No hay ninguna lista de clientes, y seguro que no estaba en su escritorio”.
Un escándalo mayúsculo para Susie Wiles
Wiles reconoció que había subestimado la potencia del escándalo Epstein, especialmente entre los votantes más nuevos de Trump, con mentalidad conspirativa. “Si era un agente de la CIA, un agente del Mossad, si todos esos hombres ricos e importantes iban a esa isla repugnante y hacían cosas imperdonables a chicas jóvenes… Yo lo sabía, pero nunca le presté la más mínima atención“. Confirmó que Trump aparece en los registros de Epstein, incluidos los registros de vuelo, pero insistió en que no había pruebas de irregularidades. “Estaba en el avión de Epstein… una especie de grupo de jóvenes solteros y playboys”, admitió. Al mismo tiempo, contradijo rotundamente la acusación pública de Trump de que Bill Clinton visitó la isla privada de Epstein. “No hay pruebas. El presidente se equivocó en eso”.
Wiles advirtió que la debacle de Epstein corre el riesgo de alienar a una parte fundamental de la coalición de Trump -conspiranoicos, votantes jóvenes y nuevos conversos a la política MAGA- muchos de los cuales se sienten animados por la desconfianza hacia las élites y las instituciones.
Venezuela: “Volar barcos hasta que Maduro se rinda”
En materia de política exterior, Wiles hizo una de sus revelaciones más sorprendentes al hablar de Venezuela. Durante un almuerzo en su oficina del Ala Oeste, describió la estrategia de Trump en términos muy claros: “Quiere seguir volando barcos hasta que Maduro se rinda”.
Su comentario parecía contradecir la línea oficial de la Administración, según la cual los ataques estadounidenses contra barcos en aguas del Caribe y el Pacífico oriental tienen como único objetivo la interceptación de drogas, y no el cambio de régimen. Wiles defendió la política como una “guerra contra las drogas”, argumentando que Trump considera que las muertes son vidas salvadas y no vidas perdidas. “El presidente dice que son 25.000”, aseveró sobre el número de muertes causadas por las drogas, “y él las considera vidas salvadas, no personas asesinadas”.
Al ser presionada sobre si el Congreso debería autorizar tales acciones, Wiles fue tajante: “Todavía no es necesario”.
Los ataques a mujeres de Trump
Cuando se le preguntó por los ataques verbales cada vez más frecuentes de Trump contra las mujeres -incluido el comentario que le dijo a una periodista “¡Cállate, cerdita!”-, Wiles no los calificó de misóginos, sino de venganzas. “Es un contraataque. Y, cada vez más, en nuestra sociedad, quienes atacan son las mujeres”.
Susie Wiles, JD Vance, and the “Junkyard Dogs”: The White House Chief of Staff On Trump’s Second Term (Part 1 of 2) https://t.co/R1AefMKm81
— VANITY FAIR (@VanityFair) December 16, 2025
Es un tema recurrente en el relato de Wiles: viste a Trump como un hombre que responde perpetuamente a lo que percibe como desaires, agravios y desafíos -tanto personales como políticos-, a menudo sin tener en cuenta las normas ni las consecuencias.
Los chismes en la Administración
Wiles también se explaya con otros miembros del círculo Trump. El vicepresidente JD Vance “ha sido un teórico de la conspiración durante una década”, y su transformación de crítico de Trump a leal fue “en cierto modo política”, ligada a sus ambiciones en el Senado más que a sus convicciones. A Elon Musk lo describió como “un consumidor declarado de ketamina”, “un tipo extraño, muy extraño”, cuyo comportamiento a menudo la dejaba “horrorizada”. El director de presupuesto, Russell Vought, fue calificado como “un fanático absoluto de la derecha”.
Sin embargo, a pesar de sus críticas, Wiles rechazó la idea de que ella sea simplemente una conseguidora. “No soy una facilitadora. Tampoco soy una perra”, explicó. “Trato de ser reflexiva incluso sobre aquello en lo que me involucro”.
Si es un muro de contención o una facilitadora sigue siendo una pregunta sin respuesta. El propio Trump le preguntó una vez: “¿Cómo es que lo haces tan bien?”. Su respuesta fue reveladora: “Señor, recuerde que soy la jefa de gabinete, no su jefa”.
Las reacciones en la Casa Blanca a la entrevista
A medida que el segundo mandato de Trump se acerca a las elecciones de mitad de mandato de 2026, Wiles puede ser la figura más importante de la Casa Blanca, la persona más cercana a sus impulsos, sus rencores y su poder. Como observó un antiguo jefe del Partido Republicano, ella puede ser “la delgada línea entre el presidente y el desastre”.
Wiles, como era de esperar, no se mostró impresionada. “Trump no depende de nadie”, concluyó.
The article published early this morning is a disingenuously framed hit piece on me and the finest President, White House staff, and Cabinet in history.
Significant context was disregarded and much of what I, and others, said about the team and the President was left out of the…
— Susie Wiles (@SusieWiles) December 16, 2025
La entrevista ha sentado como un jarro de agua fría en la Casa Blanca que, como acostumbran, ya han salido a desmentir y a criticar al periodista. “Es un artículo difamatorio y malintencionado sobre mí y sobre el mejor presidente, el mejor equipo de la Casa Blanca y el mejor gabinete de la historia”, ha reconocido Wiles tras leer la entrevista. “Supongo que se hizo para crear una narrativa abrumadoramente caótica y negativa sobre el presidente y nuestro equipo”.