Venezuela celebró ayer unas “elecciones” legislativas y regionales donde no hubo ganadores. De allí la sensación de resaca que se evidencia en los comentarios difundidos por las redes sociales, ninguno de los cuales reivindica un triunfo o su aceptación por la mayoría.

Por el contrario. El régimen, que obtuvo casi todos los escaños (260 legisladores de los consejos legislativos estadales y 285 diputados a la Asamblea Nacional), así como las gobernaciones de provincias (23 de 24), se muestra más irritado que de costumbre y se ha dedicado a defender “la legitimidad del proceso” (a pesar de la alta y evidente abstención) y volvió a denunciar un “plan terrorista para atentar contra centros electorales”.
A pesar de haber declarado que los comicios se habían desarrollado con total normalidad y que Venezuela “es un ejemplo de elecciones libres, soberanas y democráticas”, a renglón seguido pasó a anunciar que se dispone a instalar un nuevo modelo de democracia directa para reemplazar la democracia liberal en Venezuela. “Eso no es democracia liberal ni un coño, es una farsa”, dijo el derrotado frente a Edmundo González en las elecciones presidenciales del 28 de julio pasado.
Como si hiciera falta una nueva confesión de desprecio por el modelo democrático occidental (que Maduro alude como “democracia burguesa, representativa”), al que el régimen contrapone lo que llama “democracia directa” o “poder popular”. Sin la mediación “de gestores, de intermediarios”, solo el líder autoritario y las comunas, los consejos comunales y otras formas de organización popular. En lo sucesivo, de reformarse el sistema electoral, como el tirano Maduro ha dicho que hará, no habría votación directa y secreta, sino en asambleas comunales.

En los hechos, las estructuras comunales creadas por el chavismo carecen de autonomía por estar alineadas y financiadas por el Estado autoritario. Y la realidad es que cada vez que Chávez, Maduro han esgrimido el supuesto “poder popular”, se ha observado un debilitamiento de las instituciones representativas tradicionales (como la Asamblea Nacional y los partidos políticos opositores), así como la concentración de poder en el ejecutivo.
Cuatro a cero
La oposición mayoritaria, por su parte, aunque no puede felicitarse de haber obtenido un solo cargo (porque la ínfima minoría que no recayó en el partido de gobierno, Psuv, fue ganada por candidatos de “la otra oposición”), se ha ufanado, por boca de María Corina Machado (MCM) de haber asestado “otra derrota al régimen criminal” al haber contribuido a que “más del 85 % de los venezolanos desobedeció” y no votó en los comicios regionales y parlamentarios.
El PODER lo tienes TÚ.
Venezuela DESOBEDECIÓ.
Vamos 4 a 0.
Y no hay QUINTO MALO…. pic.twitter.com/39OToTFyYM
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) May 26, 2025
En un más que escueto tuit, la líder caraqueña escribió: “4 a 0”. Se refería, como luego desarrollaría, a las cuatro derrotas que, desde su perspectiva, su liderazgo le ha asestado a la dictadura: 1) Las primarias, en las que ella arrasó en el 93 % de los votos; 2) las elecciones del 28J, donde Maduro perdió 70 – 30 frente a Edmundo González Urrutia; 3) la Operación Guacamaya, por la que los cinco miembros de su equipo refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas huyeron de esta y salieron del país rumbo a Washington, después de trece meses de asedio de la policía política y las fuerzas represivas del régimen, señaladas de violadoras de derechos humanos; y 4) el desierto que constituyeron los centros de votación en todo el territorio de Venezuela, tal como lo documentaron los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales, así como usuarios en redes sociales, que compartieron imágenes y videos probatorios de la poca movilización de electores.
4 a 0
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) May 25, 2025
Inconsistencias
¿De cuánto fue la abstención? Al margen del vacío en los centros de votación, de la soledad de las calles y del silencio que cubrió al país, se ignora la verdadera dimensión del boicot atizado por MCM. Según Maduro, todo transcurrió de manera normal. Según el CNE (Consejo Nacional Electoral) que lo declaró ganador el 28J en la noche con el 51.95 % de los votos, este domingo 25M la participación electoral fue del 42.63% (con lo que la abstención oficial sería del 57.37%).
Pero el periodista especializado en cuestiones electorales, Eugenio Martínez, dijo en la red social X que: “El anuncio del CNE es inconsistente con una participación del 42%. Según el rector Carlos Quintero, para la lista nacional de la AN se escrutaron 5.507.324 de votos. Esto implica que la participación fue de 25%. Para que votaron 42% han debido totalizarse 8 millones de votos”.
La mayoría de la oposición, sobre todo el sector liderado por Machado, insiste en que la abstención fue mucho mayor; y analistas electorales también señalaron a media jornada una participación muy baja, entre un 8% y 9%. Esta discrepancia se debe a la desconfianza de la oposición y de buena parte de la comunidad internacional en la transparencia del sistema electoral venezolano y en las cifras proporcionadas por el CNE. A lo que debe sumarse el hecho, denunciado por el activista de DD. HH, Rafael Uzcátegui, de que: “Muchas personas fueron presionadas, ellas y sus familiares, para obligarlas a votar. Sabían que eran vigiladas por el consejo comunal, el Clap [comida] y la UBCh (Unidades de Batalla Hugo Chávez)”.
“Venezuela será libre”
En la misma noche del domingo, MCM difundió un video para enfatizar: “el inmenso significado de lo que ha ocurrido este día en nuestro país… Hoy más del 85 % de los venezolanos desobedecimos a este régimen y dijimos No. Hoy fracasó la estrategia de terror del régimen… Hasta los empleados públicos también dijeron NO, mi respeto para ustedes”. Y calificó la jornada, signada por el desacato a la convocatoria del régimen, como “un plebiscito a la tiranía y un mandato a la Fuerza Armada”.

Machado instó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a «abrir el camino a la transición, en orden y con seguridad», a cumplir “con su deber constitucional”, y ser “garantes de la soberanía popular”. Según ha venido insistiendo, a «nadie le consta tanto esta verdad “como usrtedes, ciudadanos militares”, quienes “fueron testigos del mandato ciudadano del 28 de julio en todos y cada uno de los centros de votación”.
—Es el momento de actuar -arengó Machado en franco alegato a los militares-. Tienen la obligación de hacerlo. Ya la nación no tolera más la inacción o la indiferencia que se convierte en complicidad.
Al mediodía del día siguiente, ningún militar había acusado recibo y el tirano Maduro persistía en sus amenazas y persecución a los opositores, periodistas y defensores de derechos humanos.