Reino Unido

La batalla de una madre contra los móviles en las aulas tras la tragedia de Briana Ghey

Esther Ghey, madre de la joven asesinada Briana Ghey, que sufría trastornos por su adicción al smartphone, exige al Gobierno de Starmer la prohibición del uso de dispositivos en horario escolar. Kate Winslet se ha sumado a su lucha

Por un mundo sin pantallas
La batalla de Esther Ghey contra los móviles
Efe/KiloyCuarto

Briana Ghey era una joven británica aparentemente sana y feliz, hasta que desarrolló una adicción por la pantalla de su smartphone y el uso irracional de las redes sociales. La grabación de vídeos y el consumo de contenidos secuestró la juventud de esta joven transgénero, que acabó siendo asesinada a manos de dos adolescentes en 2023. Tan solo tenía 14 años.

Su actitud ya había empezado a cambiar drásticamente dos años antes de su asesinato, debido a la adicción al uso de su teléfono móvil, que tuvo un “efectivo negativo masivo” en su vida”, según cuenta su madre Esther Ghey. Además de los problemas que ya afrontaba en la escuela por su condición de transgénero, desarrolló problemas mentales, desórdenes alimenticios y una dependencia insana de la pantalla.

Profesor de secundaria - Sociedad
Una imagen de archivo de un docente dando clase
Shutterstock

El veto de los móviles

Su madre intentó limitar el acceso a la red wifi de casa o puso un control parental en su dispositivo, pero fue en vano. Cuando le intentaba retirar el teléfono, la joven enfurecía y golpeaba las paredes. “Era muy difícil, me sentía totalmente perdida”, reconoció la madre en una entrevista a The Independent. Ahora, la mujer británica intenta redirigir su duelo y frustración: exige que el Reino Unido vete el uso de smartphones en el sistema educativo.

Junto a la reconocida actriz Kate Winslet, la madre de Briana ha lanzado un llamamiento al primer ministro Keir Starmer para prohibir la entrada de teléfonos a las aulas. Ante el retorno de niños y jóvenes a las clases en Inglaterra y Gales esta semana, Ghey denuncia que solamente un 11% de institutos de secundaria implementan un veto total a la entrada de smartphones, o al menos exigen dejarlos en un lugar seguro durante todo el día.

El peligro de los móviles según un experto en crianza digital
El peligro de los móviles

Una prohibición habría solucionado “muchos asuntos” a su difunta hija, que fue “apartada de la sociedad e inducida al mundo digital, donde afrontaba múltiples riesgos”. A Briana se le diagnosticó una “adicción al teléfono”, poco antes de ser asesinada por los dos chicos, uno de los cuales era amigo suyo.

Reino Unido se resiste

Por ahora, el gobierno de Starmer se resiste a prohibir el uso de dispositivos móviles en los colegios, ya que considera que son los maestros quien deben adoptar sus propias decisiones. En 2024 se emitió una recomendación: “las escuelas deberían desarrollar una política que prohíba el uso de teléfonos móviles durante todo el día escolar, incluso durante las clases, el tiempo entre clases, los descansos y la hora del almuerzo”.

Según una investigación realizada en 2.467 institutos el pasado mes de abril, un 90% de los centros sí tienen ciertas restricciones en el uso de teléfonos, pero solo el 3,5% han aplicado un veto total, mientras que el 7,9% exigen a los jóvenes entregar sus dispositivos durante toda la jornada escolar.

Peter Kyle, secretario de tecnología del gobierno, insistió en que las escuelas son libres de adoptar las recomendaciones según su criterio, pero aclaró que “si las escuelas necesitan más ayuda para tomar medidas, lo analizaremos con mucho cuidado porque queremos asegurarnos de que las aulas estén libres de teléfonos”.

La campaña Phone Free Education cuenta con más caras visibles que la respaldan, como el actor Stephen Graham, quien apareció en el drama de Netflix Adolescence, que trataba sobre la radicalización de los niños en internet; el boxeador convertido en activista de salud mental Frank Bruno; el cantante Will Young; o Jonathan Haidt, el autor de The Anxious Generation, quien dice que los smartphones han causado una epidemia de enfermedades mentales infantiles.

Fotograma de la serie 'Adolescence', de Netflix
Fotograma de la serie ‘Adolescence’, de Netflix
kiloycuarto

En una carta abierta dirigida a Starmer y a la secretaria de educación, Bridget Phillipson, los firmantes insistieron en que “la mayoría de las escuelas dependen de que los niños resistan una tentación que incluso los adultos enfrentan. No es justo y no está funcionando”. Al pedir una prohibición legal, afirmaron que “sabemos que puede funcionar, las escuelas que pueden permitirse este enfoque están reportando mejoras tanto en el bienestar del personal como del alumnado”.

La popular actriz Kate Winslet, quien participó en el drama televisivo I Am Ruth, donde interpreta el rol de una madre que apoya a una hija consumida por el uso de redes sociales, insistió en que “todos los niños merecen estar en aulas libres de la distracción y la alta adicción que generan los teléfonos inteligentes. Una prohibición legal sería un paso vital para proteger la salud mental de los jóvenes y preservar el derecho de cada niño a desarrollar todo su potencial durante estos años tan valiosos e integrales”.

Para Esther Ghey, la tragedia de su hija debe servir como lección para que los niños sean libres y “construyan relaciones con sus compañeros” en lugar de estar enganchados a las pantallas en clases y patios. Esta dinámica incluye el consumo de imágenes de abuso sexual, pornografía o mercados de droga clandestinos. Briana no pudo desengancharse de su dispositivo: acumuló más de 116 faltas por mala conducta por irse a grabar TikToks al baño o rechazar dejar de usar el móvil en clase.

“Ninguno de nosotros sabía qué hacer. Creo que, si hubiéramos tenido esta prohibición, se habrían resuelto muchos problemas. Simplemente la habían apartado de la sociedad y la habían llevado al mundo digital, donde corría mucho riesgo. Debería haber estado en la escuela, debería haber guardado su teléfono, debería haber estado socializando con sus compañeros y centrándose en su educación”, lamenta ahora su madre. Ante el inicio del nuevo curso escolar, el debate queda irresuelto: ¿quién debe limitar o prohibir el uso de aparatos tan nocivos para el desarrollo de los jóvenes?

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