Venezuela

“Operación MCM”: de la silla vacía al plan Trump, los escenarios en Venezuela tras el Nobel

La presencia de María Corina Machado en Oslo sin garantías de una vuelta pactada con EE UU amenaza el posible proceso de transición tras la caída de Maduro

Oslo
Varias fotografías en una exposición en Oslo, Noruega, que documenta el activismo político de María Corina Machado y el éxodo de millones de venezolanos
EFE/ Paloma Rocha

La jornada que debería haber marcado el regreso público de la líder opositora venezolana María Corina Machado, galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, estuvo envuelta en incertidumbre hasta el último minuto. La rueda de prensa previa a la ceremonia -un acto que tradicionalmente inaugura la agenda oficial del Nobel- no contó finalmente con su presencia.

Su última aparición pública se remonta al 9 de enero, cuando encabezó en Caracas una protesta contra la toma de posesión de Nicolás Maduro para su tercer mandato. Han sido once meses de absoluta clandestinidad que se suman a los cinco anteriores tras las elecciones presidenciales del 28-J.

Venezuela
La líder de la oposición venezolana María Corina Machado, antes de pasar a la clandestinidad en Venezuela
EFE/ Miguel Gutiérrez

Mucho más que un premio

Para los opositores, la relevancia del Nobel va mucho más allá del reconocimiento internacional. “Era muy importante que hubiera habido una transición en Venezuela para que María Corina Machado pudiera estar este miércoles en Oslo”, explican a Artículo14 desde la oposición. La posibilidad de que hubiese salido del país y pudiera regresar a Caracas se interpretaba como un examen real de la capacidad de control del régimen. Si la dictadura podía impedirle volver, la oposición perdería a su figura más crítica y unificadora en el momento en el que más la necesita. Pero hay también quien admite que si no sale de Venezuela es sin duda porque Machado debe estar en el país.

Para muchos en el exilio, el único actor capaz de garantizar tanto la salida como el retorno de Machado es Estados Unidos, y en concreto Donald Trump. El presidente, en plena escalada dialéctica y despliegue militar, ha declarado en una entrevista con Politico que “Maduro tiene los días contados”, una frase que el entorno opositor interpreta como señal de una postura más intervencionista que en etapas previas. “El único camino es que Trump la saque de allí pero también garantice su vuelta”, resume un opositor desde Oslo.

Un seguidor de la líder antichavista María Corina Machado ondea una bandera
EFE/ Ronald Pena R.

Consultada sobre este escenario, la primera diputada venezolana en España, María Luisa Alonso, sostiene que la aparición de Machado en Oslo tendría un impacto profundo: “Demostraría que la dictadura no tiene tanto control sobre lo que está pasando en Venezuela como realmente está o intenta demostrar Maduro“. Aunque para ella, desde el punto de vista estratégico, a Estados Unidos “le vendría muy bien que Machado no esté dentro del país en una incursión militar terrestre”, pues su presencia en Caracas la podría convertir en un rehén útil para presionar a un Gobierno estadounidense en plena ofensiva. Para Alonso, su salida del país (si se confirma) encajaría dentro de una planificación precisa. “Todo está medido, todo está pensado y todo lleva una estrategia”, admite. “Si realmente ha decidido abandonar el país es porque hay una estrategia en curso a todos los niveles y especialmente para facilitar la transición de Venezuela y aumentar aún más la presión sobre la dictadura”.

Venezuela
La líder de la oposición venezolana, María Corina Machado frente a Nicolás Maduro
KiloyCuarto

Alonso considera que la presencia de Machado en Oslo permitiría activar una agenda exterior de gran alcance: reuniones con presidentes latinoamericanos, conversaciones con gobiernos europeos y una mayor exposición mediática que consolidaría la legitimidad internacional del proceso de transición. La ex diputada concluye que, si finalmente Machado no asiste, sería debido a un contratiempo logístico y no a una renuncia estratégica, aunque insiste en que “todo pinta y apunta a que se presentará”.

Los cuatro escenarios posibles

Atenea Jiménez, de la recién creada Alianza por la Soberanía y la Democracia (ASD), describe un panorama en el que la crisis puede evolucionar hacia cuatro desenlaces posibles. “La continuidad del bloque en el poder”, con un Maduro que resiste, gana tiempo y se consolida si Washington decide no intervenir. “En este escenario, Estados Unidos no ataca, se repliega. Maduro sería el héroe de este siglo “contra el imperio”. Es un escenario de consolidación de la dictadura”, destaca. En segundo lugar “una transición negociada hacia la democracia”, donde la presión estadounidense obligue al régimen a pactar un gobierno híbrido cuyo principal reto sería la gobernabilidad. “El aumento de la presión de EE UU hace que el bloque en el poder se vea forzado a negociar. Nace un gobierno hibrido con miembros del régimen madurista y de las oposiciones. El reto es la gobernabilidad”. En tercer lugar, “una escalada militar de Estados Unidos que”, aunque implicaría necesariamente algún tipo de negociación posterior, “podría desembocar en nuevas elecciones, un gobierno de transición o incluso la investidura de Edmundo González Urrutia con garantías para parte del régimen. “El reto son focos caóticos y el control territorial”.

Captura de vídeo de la líder opositora venezolana María Corina Machado
EFE/ @convzlacomando

Por último, Jiménez destaca “la ruptura interna” del chavismo, un escenario en el que “la presión genera contradicciones que llegan a un punto insostenible y se rompe la cohesión del bloque en el poder, lo que da paso a una nueva alianza y un nuevo gobierno. En buena parte de los escenarios, hay negociación”, concluye.

El plan de 100 horas y 100 días de Machado

De ahí que la figura de Machado sea clave para el “día después”. The Washington Post ha revelado que Maduro siente la presión internacional pero se niega a considerar el exilio, y que su círculo más cercano -la vicepresidenta Delcy Rodríguez, los ministros del Interior y de la Defensa y el presidente de la Asamblea Nacional- se mantiene firme. Documentos internos citados por el diario indican que la Administración Trump examina ya distintos escenarios para un eventual derrocamiento del mandatario y estudia la posible reacción del Ejército venezolano. Según esos informes, la oposición ha elaborado planes detallados para las primeras cien horas y los primeros cien días tras la salida de Maduro, y prevé celebrar elecciones durante el primer año de transición.

María Corina Machado habla a sus simpatizantes durante una caravana
EFE/ Henry Chirinos

Los mismos documentos recogen que el equipo de Machado ha realizado un análisis minucioso de los militares venezolanos, concluyendo que solo el 20% sería “irrecuperable” y que el resto estaría en contra de Maduro o carecería de afiliación política. También señalan que tanto Machado como González rechazan cualquier forma de cohabitación con altos cargos del régimen, lo que implicaría una purga “limitada” que podría abarcar solo a unas pocas decenas de figuras clave del madurismo.

La suma de todos estos factores sitúa la ceremonia del Nobel en un punto de inflexión político que va mucho más allá del simbolismo del premio. La silla vacía de María Corina Machado (o no) en Oslo marcará la lectura internacional del momento venezolano.