Venezuela

Lo que se esconde detrás de los bailes de Maduro: “La paranoia peligrosa”

A pesar de las imágenes y los bailes, desde la escalada con Trump, el mandatario venezolano "no permite a los ministros usar WhatsApp y hace reuniones en búnkers"

Maduro baila

Nicolás Maduro quiere que el mundo lo vea bailar. En TikTok y en actos públicos, el mandatario venezolano proyecta una imagen de despreocupación: sonríe, improvisa coreografías, bromea con que cada día es un “día de fiesta”. Sin embargo, tras ese espectáculo de ligereza, se mueve un hombre gobernado por el miedo.

En privado, según personas cercanas al Gobierno, Maduro ha reforzado su seguridad como nunca antes. El diario “The New York Times” ha detallado que la rotación de camas, los cambios constantes de teléfonos, sus movimientos aprovechando la oscuridad de la noche, la ampliación y presencia de escoltas cubanos y las reuniones en búnkers forman se han convertido en parte de su rutina.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y la primera dama Cilia Flores, bailan en un acto
EFE/ Miguel Gutiérrez

Y, para Atenea Jiménez, de la recién creada Alianza por la Soberanía y la Democracia (ASD), esta transformación tiene un motor claro. “Indudablemente Maduro teme ser víctima de una operación militar”, resume.

Cuando se le pregunta a Jiménez -que es parte de esta nueva alianza que aglutina a diversas organizaciones progresistas y humanistas, así como a personalidades de la izquierda de Venezuela que acompañaron a Hugo Chávez- si el mandatario venezolano está obsesionado con su seguridad o teme por su vida, la venezolana es directa: “Indudablemente Maduro teme que pueda ser víctima de una operación militar, así como su círculo más cercano, que es su familia. Ya vimos que ante las negociaciones con (el entonces presidente Joe) Biden privilegió la libertad de los ‘narcosobrinos’ antes que el desmontaje de sanciones que afectan a la sociedad. Entonces, efectivamente tiene temor y ha actuado en consecuencia para resguardarse”.

Venezuela
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro
EFE/ Miguel Gutierrez

El miedo es real y determina sus decisiones políticas y personales. Las medidas defensivas que varias fuentes han descrito al diario estadounidense -dormir en distintos lugares, restringir accesos, blindar comunicaciones- encajan exactamente con lo que Jiménez define como un estado de alerta permanente.

La sombra de la traición a Maduro

A la pregunta de si Maduro teme que alguien en su círculo pueda entregarlo a Estados Unidos, especialmente en un escenario donde hay una recompensa millonaria, sanciones y supervivencia personal en juego, Jiménez subraya un tema central: “El pasado reciente tiene mucho peso político, hablo de uno de sus principales colaboradores Tareck El Aissami, quien presuntamente tenía acuerdos con Estados Unidos a espaldas de Maduro. Aunque el régimen ha encarcelado una gran cantidad de líderes, ha cerrado cada vez más su círculo de confianza y colaboradores y ha realizado modificaciones en la estructura militar para aumentar el control político, no se descarta la posibilidad de una traición. Es un escenario que siempre hay que considerar”.

Venezuela
Mujeres armadas, “soldadas de la patria”, condecoradas por Maduro en Caracas
Efe

“El miedo se traduce en terrorismo de Estado”

Para Jiménez, el propio Maduro ha dejado entrever su inquietud, al hablar recientemente de un ‘Santander’ dentro del Palacio de Miraflores. “Sabemos que Santander traicionó a Bolívar. Y esto nos muestra su miedo”. Ese miedo -explica a Artículo14- también se convierte en método de gobierno: “El miedo se traduce en terrorismo de Estado: los encarcelamientos por ‘traición a la patria’, hoy tenemos casi 1.000 presos políticos, 2.000 excarcelados que deben presentarse periódicamente ante los tribunales, decenas de personas a las que se les prohíbe participar políticamente, ha eliminado el salario, ha expulsado a millones de migrantes… En fin: el miedo de no tener votos lo traduce en violencia contra toda la sociedad”.

La escalada con Trump y la entrada en la “paranoia peligrosa”

Maduro vivió múltiples crisis antes de Trump, pero para Jiménez, el deterioro de su seguridad no viene solo de la tradición militarista chavista, sino de la confrontación directa con Estados Unidos. Al preguntarle si Maduro siempre fue así o si su temor se ha disparado desde que Trump lanzó su ofensiva contra el “narco”, la venezolana es contundente: “La seguridad ha aumentado, se encuentra en un momento inclusive de paranoia muy peligrosa; hace unos días suspendieron un acto en Miraflores por riesgos de seguridad. Desde el escalamiento del enfrentamiento con Trump no les permite a los ministros usar WhatsApp ni Signal, en muchos casos no les permite usar ni el móvil, sus reuniones las hace en búnkers”.

La prioridad de Maduro: resistir

Esta paranoia -dice- no solo envuelve al círculo presidencial. “Todos los venezolanos estamos en un estado general de sospecha, dentro o fuera del país, da igual. Maduro no ve ninguna posibilidad real de existencia fuera del poder, por tanto, lo prioritario para él es resistir. Y para resistir debe garantizar mayor seguridad”, concluye Jiménez.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asiste a un acto en Caracas
EFE/ Miguel Gutiérrez

El contraste entre su imagen pública y su vida interna nunca ha estado tan marcado. En un reciente acto, Maduro intentó proyectar normalidad con humor: “Lunes, fiesta; martes, fiesta; miércoles, jueves, viernes, doble fiesta; sábado, triple fiesta; domingo, fiesta chill”, proclamó entre risas, mientras sonaba de fondo “No war, peace”. A pocos metros, un francotirador vigilaba desde una azotea.

Días después, durante una marcha oficialista, él mismo hizo referencia a la tensión de las últimas semanas con Estados Unidos: “Hemos vivido 22 semanas de una agresión que se puede calificar como terrorismo psicológico (…) el pueblo de Venezuela ha puesto a prueba su amor a la patria”.