El acuerdo de paz entre Hamás e Israel anunciado por Donald Trump en la madrugada del miércoles al jueves marca un punto de inflexión en uno de los conflictos más sangrientos de los últimos años. Tras intensas negociaciones en Egipto, mediadas por Estados Unidos y Catar, el pacto abre la puerta a la primera fase del alto el fuego en Gaza, con la promesa de liberar rehenes, retirar tropas y permitir la entrada masiva de ayuda humanitaria.
Un acuerdo histórico con sello estadounidense
El acuerdo de paz entre Hamás e Israel fue presentado por Trump como “histórico” y “decisivo” para el futuro de Oriente Medio. Según el presidente estadounidense, el entendimiento permitirá que “Israel retire sus tropas a una línea acordada” y que “todos los rehenes sean liberados pronto”. La firma oficial está prevista para este jueves a las 11:00 horas en Egipto, en presencia de representantes de ambos bandos y de los países mediadores.

Este pacto representa la culminación de varios días de intensas conversaciones en El Cairo. Las delegaciones israelí y palestina, bajo la supervisión de la inteligencia egipcia y estadounidense, lograron desbloquear los principales puntos del plan de paz propuesto por Washington la semana pasada.
Liberación de rehenes y prisioneros palestinos
Una de las piezas centrales del acuerdo de paz entre Hamás e Israel es la liberación simultánea de cautivos por ambas partes. En las próximas 72 horas se espera la liberación de los rehenes israelíes capturados durante la ofensiva del 7 de octubre de 2023. Así como la excarcelación de unos 2.000 prisioneros palestinos, entre ellos varios condenados a cadena perpetua.
Se trata de uno de los puntos más sensibles del pacto. Y, al mismo tiempo, uno de los más simbólicos. Con esta medida, se da cumplimiento a los apartados 4 y 5 del plan de Trump y Netanyahu, que buscan iniciar un proceso de reconciliación progresiva a partir de gestos concretos y verificables.
El intercambio de prisioneros será acompañado por la supervisión de observadores internacionales y la participación directa de la Cruz Roja, que garantizará que las liberaciones se realicen de forma segura y simultánea en distintos puntos de la región.
Retirada de tropas y fin de los bombardeos
El acuerdo de paz entre Hamás e Israel también contempla la retirada escalonada de las tropas israelíes de varias zonas de la Franja de Gaza, en paralelo con el proceso de liberaciones. Israel se compromete a replegar sus fuerzas hasta una “línea acordada” dentro de la franja, una medida que permitirá el regreso de miles de desplazados a sus hogares.
A partir de la firma del pacto, prevista para las 11:00 horas, se espera que los bombardeos israelíes cesen por completo. Esta condición, considerada la más urgente por las organizaciones humanitarias, pretende detener la destrucción y las pérdidas civiles que se han multiplicado desde el inicio del conflicto.

Una fuente de Hamás recogida por ABC señaló que la retirada militar israelí será “verificable y gradual”, con controles conjuntos para asegurar el cumplimiento de los puntos establecidos en el acuerdo.
Entrada masiva de ayuda humanitaria
Otro de los pilares del acuerdo de paz entre Hamás e Israel es la entrada de ayuda humanitaria a Gaza. Una región devastada por la guerra y por una crisis alimentaria sin precedentes. Según los términos pactados, en los primeros cinco días tras el alto el fuego podrán ingresar al menos 400 camiones diarios con alimentos, medicinas y combustible. Cifra que se incrementará progresivamente en las semanas posteriores.
Esta ayuda será coordinada por agencias de la ONU y organizaciones internacionales. El propósito es garantizar la distribución equitativa entre las comunidades más afectadas. Se espera que este flujo de asistencia alivie una situación que Naciones Unidas ha calificado como “de hambruna inminente” en varios distritos de la franja.
Además, el acuerdo incluye el compromiso de permitir el regreso de las personas desplazadas desde el sur hacia la Ciudad de Gaza y el norte, zonas de las que fueron evacuadas durante los bombardeos más intensos.
Una primera fase que podría cambiar el rumbo del conflicto
El acuerdo de paz entre Hamás e Israel no pone fin de manera definitiva al conflicto. Pero sí sienta las bases para una negociación más amplia que podría conducir a una paz duradera. Esta primera fase busca consolidar la confianza mutua, detener la violencia y abrir el camino a conversaciones políticas sobre el futuro de Gaza y la relación entre ambos pueblos.
Los mediadores internacionales han insistido en que el éxito del pacto dependerá de su cumplimiento estricto. Cualquier incumplimiento, advierten, podría poner en riesgo la frágil tregua alcanzada y devolver la región al punto de partida.

Aun así, el anuncio ha generado esperanza entre la comunidad internacional. Diversos gobiernos han celebrado el acuerdo de paz entre Hamás e Israel como un “paso valiente” hacia la estabilidad. Aunque también han recordado que la paz verdadera exigirá compromisos sostenidos y concesiones difíciles por ambas partes.