El Parlamento ucraniano ha respaldado por abrumadora mayoría una moción para conceder a título póstumo a la periodista Viktoriia Roshchyna el título de Héroe de Ucrania, la más alta condecoración de la nación. En la votación, 246 diputados dieron su apoyo a la resolución, que ahora espera la aprobación formal del presidente Volodimir Zelenski.
Roshchyna, de sólo 27 años, fue secuestrada en agosto de 2023 mientras informaba valientemente desde los territorios ocupados por Rusia en el este de Ucrania. Ella se encontraba cerca de la central nuclear de Zaporiyia. Su desaparición provocó la preocupación internacional y una búsqueda que duró meses. Al año siguiente, en una escalofriante declaración, Moscú confirmó que estaba detenida en Rusia.
Torturada en sus últimos días
Los últimos días de Roshchyna fueron muy sombríos. A finales de febrero de 2025, las autoridades ucranianas recibieron su cadáver, mal identificado y etiquetado como “NM SPAS 757” (persona no identificada) junto a decenas de cuerpos de soldados ucranianos. Más tarde, las pruebas de ADN confirmaron que los restos eran de Roshchyna. Las autoridades verificaron su muerte el 10 de octubre de 2024, aunque Rusia mantiene que murió semanas antes, el 19 de septiembre. Las verdaderas circunstancias que rodearon sus últimos momentos siguen siendo objeto de una investigación en curso. A su cadáver le habían sacado los ojos y hasta el cerebro.
Una investigación conjunta de medios de comunicación Forbidden Stories, ha revelado recientemente nuevos y espeluznantes detalles. El cadáver de Roshchyna fue devuelto sin órganos, lo que sugiere un intento deliberado de ocultar signos de tortura, asfixia o estrangulamiento. La ONG ucraniana Iniciativa de los Medios de Comunicación por los Derechos Humanos informó de que, durante su cautiverio, estuvo recluida en dos prisiones tristemente célebres: la Colonia Penal nº 77 de la ocupada Berdiansk y el Centro de Detención nº 2 de la rusa Taganrog, centros conocidos por el trato brutal que dispensan a los detenidos.
Este no había sido el primer encuentro de Roshchyna con la represión rusa. En marzo de 2022, fue detenida brevemente por el Servicio Federal de Seguridad (FSB) cuando salía de Berdiansk. Liberada al cabo de 10 días, la obligaron a grabar un vídeo en el que afirmaba falsamente que las fuerzas rusas la habían salvado.
El trabajo de Viktoriia Roshchyna se centró en la información de primera línea, a menudo en zonas de conflicto para dar voz a los civiles que vivían bajo asedio. Su periodismo intrépido aportó claridad y compasión a la niebla de la guerra y, en última instancia, le costó la vida.
Los llamamientos para que se haga justicia son cada vez más fuertes. “Viktoriia era un símbolo de la verdad y la resistencia”, declaró Iryna Herashchenko, diputada que apoyó la resolución al medio Kyiv Independent. “Su sacrificio no debe ser en vano. El mundo debe ver lo que ocurre cuando la tiranía teme a la verdad”, indicó tras la votación, el 14 de mayo.
Mientras Ucrania sigue lidiando con el coste humano de la guerra, sin que la tregua se materialice, la historia de Roshchyna es un duro recordatorio de los peligros a los que se enfrentan los periodistas y del poder duradero de su trabajo. Si el presidente Zelenski firma la moción, Roshchyna se unirá a las filas de quienes pagaron el precio más alto por la libertad: su pluma silenciada, pero su legado será inmortal en Ucrania.