Opinión

¿Alguien ha preguntado a los gazatíes?

Gaza
Actualizado: h
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Con muchas reservas y a la espera de la resolución final el plan de Donald Trump para Gaza supone la primera oportunidad real en dos años de acabar con el devastador conflicto en la Franja. De la propuesta de 20 puntos avalada por Netanyahu lo más importante es que tiene un gran respaldo de los principales países árabes vinculados de alguna forma al conflicto palestino como Egipto, Jordania, Arabía Saudí y Qatar. Los principales líderes europeos entre ellos Pedro Sánchez aplauden el programa además de Rusia y China lo cual sitúa toda la presión sobre Hamas. El documento es bastante detallado y similar a una hoja de ruta, en la que se han combinado medidas de urgencia como el fin de los ataques israelíes y de todos los secuestrados y planes posbélicos para la franja que excluyen la idea peregrina de expulsar a los gazatíes y edificar hoteles de lujo. El grupo terrorista islamista debe liberar a los 48 rehenes que están en su poder, desarmarse y ceder el poder. A cambio, Israel liberaría a 250 gazatíes condenados a cadena perpetua y a 1.700 detenidos desde el inicio de la guerra y los miembros de Hamas podrían abandonar Gaza o incluso ser amnistiados.

Un soldado israelí se sienta junto a un tanque en un lugar no revelado a lo largo de la frontera entre Israel y Gaza, en Israel, el 30 de septiembre de 2025.
EFE/EPA/ATEF SAFADI

Lo que queda en el aire es la creación de un Estado palestino, un punto que aparece al final de este documento y que exige previamente el fin de la guerra y el restablecimiento de la confianza. De momento y de aceptarse el plan, Gaza quedaría tutelada por la comunidad internacional y con asistencia de técnicos palestinos. La pregunta es ¿han preguntado a los gazatíes? ¿ésto es lo que querían? ¿han decidido su futuro sin contar con ellos? Y la respuesta es que efectivamente se ha diseñado su futuro otra vez más sin consultarles, sin preguntarles, sin reunirse con ellos. Han quedado completamente excluidos de un plan que diseña su futuro y que decide por ellos igual que ha pasado en otros tratados de paz que han salido mal y que han recogido muchos puntos de los que recoge éste. No pregunta EEUU, ni Israel y tampoco a Hamas que sigue teniendo en su poder a rehenes y son la primera moneda de cambio para Israel. Es la norma número uno porque parece imposible que haya planes de paz sin negociación previa. Es cierto que Hamas ya no tiene poder político y militar y tampoco cuenta con apoyo social pero el plan de Trump condiciona muchas cosas a la liberación de estas personas. Si se hubiese incluido a Hamas en la negociación se le podría haber exigido contar con la población entre otras cosas porque la rendición de Hamas implicaría el cese de la masacre de civiles y la entrada de la ayuda humanitaria. Se abre la posibilidad de detener inmediatamente los combates, parar la catástrofe humanitaria y poner la primera piedra de una larga y costosa recuperación. La alternativa es la continuación de un desastre que no ofrece ningún horizonte para los palestinos. Solo por eso Hamas que defiende su lucha armada en la causa palestina debería también de contar con ellos. Se trata de un mal menor que seguro que a muchos ciudadanos de Gaza les puede interesar.

La propuesta de Trump tiene mucho de ultimátum y de capitulación para Hamas. ¿Por qué entonces ahora iba a rendirse y dar por finalizada una guerra que desató el 7 de octubre del 2023, a sabiendas de la reacción brutal que provocaría? la novedad es que está más sola que nunca. Tanto Turquía como Qatar que son los aliados tradicionales, además de Egipto, Arabía Saudí y Emiratos Árabes Unidos han refrendado la propuesta de Estados Unidos e Israel y así lo han dejado claro. Hamás esta arrinconada e Irán su patrocinador muy arrinconado. La pelota está en su tejado y la pregunta que hay que hacerle es: ¿van a seguir sacrificando a la población gazatí en aras de una guerra con Israel imposible de ganar? Resistir la oferta es una opción pero Israel se convertiría en la diana de la crítica, en el blanco de la indignación internacional y de todas las personas que se manifiestan en favor de la paz. Expuesto así parece complicado que Hamas rechace pero la historia de Palestina está llena de errores cometidos por Hamas cuyo principal problema es que tampoco acepta la solución de los dos estados. La historia del pueblo palestino oprimido por Israel está lleno de decisiones erróneas y cálculos fallidos que le han llevado al error de aspirar todo o nada.

EFE/EPA/SARAH YENESEL

Son horas decisivas para poner fin a la guerra. Hamás debería aceptar la derrota y ahorrar a los gazatíes un sufrimiento en balde. Es probable que si rechaza el plan pierda el apoyo de muchas personas. Se puede romper el apoyo de la opinión pública occidental si la milicia palestina dice no a Trump. La presión es también para Benjamin Netanyahu que ahora mismo tampoco está en condiciones de burlar a su último gran aliado en el mundo, Donald Trump. Por otro lado a la espera de Hamas también el primer ministro israelí tiene que imponer el plan a sus ministros más extremistas que exigen la destrucción de Gaza y anexionarse la franja. La presión internacional reclaman a Netanyahu que tenga lo que nunca ha tenido: altura de miras.

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