Esta semana le hemos visto las orejas al lobo cuando el PP de Almeida ha aprobado sin pestañear una de las ocurrencias de Vox que implica un retroceso en los derechos de las mujeres en España. La ocurrencia escondía una bomba cuyo objetivo es socavar uno de los derechos más importantes para la igualdad entre hombres y mujeres: el derecho al aborto. En el pleno del Ayuntamiento de Madrid, Vox propuso que sea obligatorio informar a todas las mujeres que decidan abortar que van a sufrir los efectos de un supuesto “síndrome posaborto” que las arrastraría a la depresión, el alcoholismo o la anorexia. Y aunque suene a ciencia ficción… el PP lo aprobó. De una formación que niega la existencia de la violencia machista no esperábamos nada, pero que ese sinsentido sea respaldado por uno de los partidos más importantes del país hace que visualicemos todos los logros de la lucha feminista tirados a la basura de la noche a la mañana. Da pavor pensarlo.
Gracias a este pacto entre derechas, el personal de los centros de atención de Madrid Salud, espacios de Igualdad y Samur Social así como sus páginas web, está obligado a alertar a las mujeres que se planteen abortar que pueden sufrir “depresión, sentimiento de culpa, aislamiento, pesadillas, insomnio, alcoholismo, anorexia, bulimia, disfunciones sexuales, autolesiones, agresividad y hospitalización por problemas psiquiátricos”. Menos mal que aún queda un poco de cordura en la plantilla municipal y se han negado.
Lo que sí sería muy positivo para toda la ciudadanía, es que, en lugar de esa información infundada que no está respaldada por ningún organismo científico, ofrecieran otra que sí está ampliamente contrastada por historiadores, sociólogas, economistas, legisladores y personal sanitario. Este derecho tiene un papel fundamental en la vida de las mujeres, las economías mundiales y la igualdad de derechos y oportunidades.
Autonomía de las mujeres e impulso de la economía
Lejos de lo que se piensa, el aborto no influye en que haya menos natalidad, sino que retrasa la edad a la que se tienen hijos. El hecho de que las mujeres puedan estudiar y terminar sus carreras determina sus oportunidades laborales y los posibles ingresos que puedan generar. Las mujeres que se ven forzadas a seguir adelante con embarazos no deseados, entre las que se encuentran adolescentes o mujeres sin recursos, tienen cuatro veces más probabilidades de caer en la pobreza en el futuro. La falta de independencia financiera puede desembocar, además, en violencia de género y violencia económica. Por lo tanto, este derecho no solo tiene un impacto en la vida profesional, también es indispensable para establecer relaciones de igualdad entre hombres y mujeres.

A nivel social, el derecho al aborto también es un pilar fundamental para el buen funcionamiento de las economías mundiales. En 2022, cuando en Estados Unidos se estaba considerando revocarlo, la presidenta del Instituto de Política Económica, Heidi Shierholz, declaró que el aborto también era un derecho económico y que derogarlo significaría la pérdida de seguridad económica, independencia y movilidad de las mujeres.
Garantía de salud
En los países en los que el aborto está prohibido las mujeres siguen abortando, pero lo hacen de manera clandestina y sometiéndose a intervenciones no reguladas que ponen en riesgo su salud, provocándoles daños irreversibles e, incluso, la muerte. Es muy importante no criminalizar ni presionar a las mujeres como hacen algunos grupos religiosos y políticos con consignas emocionales e imágenes provocadoras, o como acaba de hacer el Ayuntamiento de Madrid implantando esta medida. Solo de esta forma podrán acceder a la información, servicios e instalaciones con todas las garantías. Los organismos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch aseguran que el acceso a un aborto seguro y legal es fundamental para proteger los derechos humanos, incluyendo el derecho a la salud sexual y reproductiva.
Derecho fundamental
Abortar no es ningún capricho, es un proceso difícil y doloroso para las mujeres. Confiar en su criterio, que puedan decidir sobre su propia vida y su maternidad, es un derecho que debería ser considerado fundamental. El partido socialista ha propuesto incluirlo en la Constitución, siguiendo el ejemplo de Francia que contó con un amplio consenso político incluso de parte de la extrema derecha en 2024. Esperamos que el Partido Popular entre en razón, se desmarque de las ideologías retrógradas para situarse en el presente: a favor de la igualdad y los derechos de las mujeres.