Cada vez que me hacen últimamente la manida pregunta sobre “y ¿qué tal el tema de las mujeres en el periodismo deportivo?” que suele venir acompañada de la consiguiente coletilla “ porque ahora sois muchas, ¿no?” como si el hecho de “ser muchas” significase que ya está todo hecho en materia de igualdad. Que ya adelanto yo que NO.
Imagino preguntas parecidas en el entorno de las jugadoras de fútbol, que ahora, especialmente las de nivel top, por ejemplo la internacionales, han dado un salto considerable en cuanto a popularidad y exposición mediática respecto a, por ejemplo, hace solo 5 años. Al fin y al cabo, ¿quién no sabe en la calle quien es Alexia Putellas, Aitana Bonmatí o Jenni Hermoso?
Es evidente que la selección campeona del mundo y de Europa ha puesto al futbol femenino español en otro nivel, aunque al mismo tiempo resulta difícil negar que esos éxitos no han revertido en la Liga F, que avanza mucho más despacio de lo que debería.
Volvamos a la selección española, que se ha clasificado de manera brillante para la final de la Nations League por un marcador global entre la ida y la vuelta contra Suecia de 5-0 en la eliminatoria que supuso el estreno en el banquillo de la absoluta de Sonia Bermúdez.
Tras la alegría de la clasificación vino la noticia de que el partido de vuelta de la final , (se estrena formato con final a doble partido) se jugará en el estadio Metropolitano el próximo 2 de diciembre, una nueva ocasión para que la selección femenina reciba el respaldo de la afición y se demuestre que el buen fútbol que practican y la posibilidad de levantar un nuevo título sean alicientes más que suficientes como para ver una gran entrada en un estadio con capacidad para 70000 espectadores. Un acierto.
España llega a esta final ante Alemania tras ser primera de su grupo con Inglaterra, Portugal y Bélgica, y barrer a Suecia en la semifinal. Ante tal expediente y con la sede elegida a la altura, ¿qué podía salir mal?
Pues que ellas sigan siendo invisibles para los hombres que siguen dirigiendo el fútbol como rezaba el anuncio de un conocido coñac de los años 60. Aquel de “Soberano es cosa de hombres”.
Resulta que la liga ha fijado los horarios de los dos partidos adelantados de la jornada 19 que no se podrán jugar en su fecha de enero por la Supercopa de España en Arabia Saudí. Y uno es el Barcelona- At. Madrid, que la Patronal fija justo el mismo día que se juega el España Alemania en el Metropolitano, a las 9 dela noche. Conviene recordar que Javier Tebas, presidente de la Liga, es vicepresidente de la RFEF, nombrado por su presidente Rafael Louzán.
Preguntado por este desprecio a la final de la selección femenina en “El Partidazo” de Cope, el presidente de la RFEF intentó defender que la liga no conocía la decisión y que se está manejando situar la final a las 19h. Explicaciones poco convincentes sobre los tiempos y el modus operandi que no cambian la triste realidad. Para algunos el fútbol fue y sigue siendo cosa de hombres, y así será mientras ellas no generen los beneficios que ese fútbol masculino reparte generosamente hacia algunos de sus dirigentes.



