¿El perfil bajo con el feminismo le ha estallado a Sánchez?

Las conversaciones entre Ábalos y Koldo García llegan en una legislatura donde los derechos de las mujeres han ocupado un segundo plano. ¿Por qué decidió Sánchez desplazar el feminismo? Los expertos responden

En esta legislatura el feminismo ha pasado a un segundo plano.
KiloyCuarto

En junio de 2023, el presidente del Gobierno se sentaba con el periodista Carlos Alsina y reconocía sin pudor que tenía amigos de 40 y 5o años que se sentían incómodos con el feminismo. Abogaba por interpretarlo “como un movimiento social integrador”, no de confrontación. Apenas cinco meses después, esa idea tomaba forma cuando colocaba a Ana Redondo en el Ministerio de Igualdad. Una ministra con un perfil bajo, sin apenas actividad legislativa, que no se mete en charcos y lo más importante, no hace declaraciones que irriten a esos hombres de mediana edad. El Partido Socialista desplegaba así su feminismo menos combativo.

La ministra de Igualdad, Ana Redondo, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
EFE

De hecho, es la primera vez que la titular de Igualdad en España no ha sufrido violencia política durante su mandato como sí padecieron tanto su antecesora, Irene Montero, como la primera ministra de este ramo, Bibiana Aído (PSOE).

El feminismo en un segundo plano

Dos años después de hablar de la incomodidad de sus amigos, Pedro Sánchez se topa con la misoginia en forma de audios. El presidente aseguraba sentirse “abochornado” y tildaba las conversaciones de José Luis Ábalos repartiéndose mujeres con Koldo García, como si fuesen trozos de carne como “repugnantes”. Lo decía como si ese machismo no fuese con él, pero lo cierto es que la única forma de luchar contra la desigualdad es con más igualdad y en esta legislatura las mujeres no han sido protagonistas de las reformas, ni han estado en el centro del debate político. ¿Le ha estallado ese perfil bajo en la cara al presidente? ¿Por qué optó por desplazar el feminismo de la agenda? Varias expertos responden por qué creen que Sánchez ha dejado la igualdad en un segundo plano y si esa decisión explica los audios machistas de su, antaño, mano derecha.

María Naredo, jurista, experta en violencias machistas y exasesora del Ministerio de Igualdad

El actuar en un terreno cumpliendo obligaciones del marco de derechos humanos, en un campo de discriminación tan instalado, tan asentado como son las violencias machistas y muy especialmente las violencias sexuales, es meterte en un terreno que incomoda. Creo que la clave de su postura fueron los ataques antifeministas que recibió la Ley del “solo sí es sí“. Y en ese momento, se podía haber posicionado, haber dicho  ‘aquí para avanzar en derechos de las mujeres discriminadas, en derechos frente a la violencia sexual como violencia sistémica contra las mujeres, es preciso incomodar, quitar privilegios, combatir determinados discursos’.

María Naredo es jurista e investigadora y fue asesora del Ministerio de Igualdad de Irene Montero
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Además, todo esto se dio también en un proceso electoral, pensó que le quitaba más votos de hombres de mediana edad, de clase media. Despreció en ese sentido los votos feministas en torno a ese otro status quo de los votantes que se vieron reflejados muy bien por esa frase de ‘mis amigos de 40 y 50 años’.

Las estructuras de poder patriarcal y económico capitalista están absolutamente arraigadas en el PSOE y por eso mismo, siempre se decía ‘es que estáis yendo demasiado lejos’. La ley de libertad sexual lo que hizo fue cumplir los mandatos de derechos humanos del Convenio de Estambul en términos de ley integral contextualizada y el cambio de paradigma hacia el consentimiento afirmativo. Es que no se hizo más. Pero ese cambio es subversivo cuando, de alguna manera, no quiere remover esas estructuras de poder patriarcal que, de algún modo, son las que te sostienen y están instauradas.

Cuando habló de que se iba demasiado lejos, de incomodar, de un feminismo no incómodo, yo no lo puedo entender. Cuando hablamos de una norma y de una política pública antidiscriminatoria precisamente en este hecho político de legislar y de poner políticas públicas contra la discriminación, es que es necesario ineludible molestar a los privilegiados, a los que se están aprovechando de esa discriminación para ejercer el poder. No hay otra manera. El feminismo comprometido con los derechos humanos de las mujeres es necesariamente incómodo.

Miguel Lorente, exdelegado del Gobierno contra la Violencia de Género

No es que haya dejado de lado el feminismo, sino que no lo ha puesto en un lugar preponderante y referente como tiene que ser. No hay una política transformadora progresista que no sea feminista. No solo se trata de legislar para gestionar el machismo, sino siempre insisto, al machismo no hay que gestionarlo sino erradicarlo. Entonces, cualquier política progresista tiene que tener ese doble objetivo: abordar la realidad —y, por tanto, gestionar cualquier problema, ya sea económico, social, educativo, cultural o, por supuesto, de violencia—, pero también promover leyes que contribuyan a transformar la realidad que da origen a esos problemas. De lo contrario, estaríamos poniendo paños calientes sobre las causas de los problemas presentes en nuestra sociedad, y eso es lo que no tiene sentido.

Miguel Lorente, Profesor de Medicina Legal y ex delegado del Gobierno contra la Violencia de Género
Efe-Jesús Monroy

No creo que el feminismo quite votos, pero no los da como se los da a la ultraderecha la críticas al movimiento y atacar a las mujeres. Existe un sector social caracterizado por hombres y por ideas o referencias masculinas que sí son los que están asentados en la ultraderecha.

Sobre los audios creo que realmente nos descubre a todo el mundo como cómplices de todo esto. Es decir, usted no puede decirme que se escandaliza porque oiga a dos hombres hablar de este tipo de cosas sobre los elementos que tienen disponibles a su alcance para hablar del tema y dejar que el tema exista para que se hable y que el problema sea que se conozca y que se hable. Estamos sabiendo cosas que afectan a las mujeres donde podíamos hacer algo para que esas cosas no ocurrieran y no hacemos nada. Y cuando se conoce, entonces sí, entonces nos arrancamos las vestiduras, nos damos golpes de pecho y exigimos que todo el mundo dimita, etcétera. Pero no porque ha pasado, sino porque se ha sabido que ha pasado.

Si esperamos a que haya una demanda social más allá del movimiento feminista para legislar nunca va a ocurrir, porque siempre se verá como una una petición o una reivindicación de parte. Eso es un error, porque no hay parte social liberada a través de quien ha tenido conciencia crítica para ponerlo de manifiesto. Pero cuando se aprobó la Ley integral contra la Violencia de Género no había una demanda social que reivindicara la ley. Estas cosas hay que hacerlas por responsabilidad y coherencia, no por por reivindicación o por cómo sale en el CIS.

Carolina Pulido, exconcejal de Más Madrid, consultora en temas de género e infancia y experta en masculinidades

La razón por la cual el PSOE ha optado por un perfil bajo en cuanto al Ministerio de Igualdad, en mi opinión, tiene que ver con una decisión principalmente en clave electoralista. Es muy consciente del coste que ha tenido para el anterior Ministerio de Igualdad la reacción desproporcionada frente a los avances en materia de igualdad, y sobre todo, de la Ley del “solo sí es sí”, de los sectores más conservadores y de ultraderecha. Y también es consciente de que esto ha calado en un grueso de votantes de perfil más moderado que son potenciales votantes del PSOE, e incluso entre su propia militancia.

Carolina Pulido, exconcejal de Más Madrid, consultora en temas de género e infancia y experta en masculinidades

Desde luego esto demuestra una falta de arrojo por parte del PSOE que sin duda supondrá un frenazo en materia legislativa en todo lo que tenga que ver con la igualdad.

Con respecto a la afirmación que hizo sobre “sus amigos” de 40 y 50 “incómodos con el feminismo”, es evidente que no se atrevería a hacerla con cualquier otra lucha por derechos. A nadie se le ocurriría, ni siquiera a los partidos más conservadores, hacer afirmaciones de este tipo con respecto a la lucha antirracista porque probablemente la reacción frente a esto sería mucho más generalizada.

Sólo frente al feminismo hay tanta permisividad discursiva y, desde luego, es evidente que no dijo nada que no sea verdad. Claro que Pedro Sánchez debe de tener muchos amigos “incómodos” con el feminismo, al fin y al cabo, los avances del feminismo suponen una pérdida de privilegios para esos “amigos de 50”, aunque al final sea una cuestión de justicia social. Pero esos “amigos de 50” también le suponen un caladero de votos al PSOE.

Irene Zugasti, periodista y politóloga

Sánchez optó por un feminismo inerme, sumiso, de moqueta y de perfil bajo, precisamente porque se dio cuenta de la potencialidad transformadora que tenía un feminismo radical y valiente con una cartera ministerial en su mano. Si hubieren sabido en el PSOE lo que iba a significar el ministerio de Irene Montero jamás lo habrían permitido. Y por eso no permitiría una segunda legislatura, y apareció todo aquel relato sobre “haberse pasado de frenada” o “incomodar a los señores de mediana edad” o incluso tachar a todo un equipo de “niñatas” que no sabían gobernar.

La periodista y politóloga, Irene Zugasti
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No creo que fuera una cuestión de votos (el voto progresista es femenino mayoritariamente siempre en España) sino de que Sánchez y Díaz no podían permitirse seguir teniendo en su Gobierno a figuras y formaciones dispuestas a hacer política que molestase a los jueces, a los puteros, a los empresarios de puro y puticlub, a los agresores sexuales con poder… no podían asumir de nuevo en el Gobierno que hubiera quienes pusieran sobre la mesa verdades que eran un tabú en política institucional.

Pedro Sánchez y los cuadros feministas del PSOE despreciaban profundamente el feminismo del “sí es sí”, el que hablaba de violencia sexual, el que apoyó a las madres protectoras y habló de violencia vicaria, el que hablaba de racismo sin tapujos, de luchas LGTBIQ+, de clase. Cuando se demostró que desde Igualdad, con Irene Montero, se podía marcar agenda no solo en temas de igualdad, sino en la política entera de un país, se incomodaron. Ellos nunca quisieron llegar tan lejos.

Las políticas feministas del PSOE dejaron de ser valientes hace mucho tiempo. Les debemos, por supuesto, conquistas enormes como la ley orgánica de Violencia de Género o la de Igualdad. Pero muchas feministas queríamos seguir avanzando mucho más allá. El PSOE y algunas de sus cuadros, criadas en el feminismo institucional, nunca perdonaron que el Ministerio de Igualdad no cayera en sus manos, porque habían patrimonializado esa cartera y pensaban que nadie más tenía derecho a hacer políticas feministas en España.

Hubo muy poca generosidad, muy poca sororidad: yo recuerdo a Irene Montero siempre hablar con respeto de Bibiana Aído, de Leire Pajín, de las mujeres que levantaron las políticas de igualdad en este país y que sufrieron violencia política cuando lo hicieron. Y sin embargo el PSOE eligió alinearse a menudo con sectores conservadores y reaccionarios porque preferían ver el feminismo roto que verlo fuera de su control.

Sánchez y sus socios de Sumar respiraron muy tranquilos cuando la cartera de Igualdad volvió a ser lo de siempre, lo de hace 20 años: un ministerio para inaugurar jornadas, para gestionar cuatro políticas y para no confrontar con los verdaderos nodos del poder patriarcal en nuestro país, que son los jueces machistas, los Ábalos puteros y los ‘Koldos’, los volquetes de putas que celebraban en la trama Púnica o los chantajes sexuales de los que presumía Villarejo con Dolores Delgado en aquellos audios.

Me apena ver que igualdad es un ministerio perdido: se dejó una hoja de ruta potentísima para avanzar en temas como el Plan Camino, como Corresponsables, la implementación de la Ley solo si es si…. Y lo que veo es una ministra que vuelve al marco de que la denuncia es el único camino para salir de la violencia (algo muy peligroso porque hay muchas mujeres que no pueden denunciar y aun así tienen derechos y recursos), una ministra que no habla de las palestinas, que se quedó sentada cuando la Iglesia despreció a las víctimas del Patronato de Mujeres del franquismo…  Sé que hay mujeres en el PSOE que sí han querido cambiar las cosas, pero esas son castigadas por el aparato, relegadas.