Pedro Sánchez se aferra al timón e intenta mantener el rumbo establecido. El presidente del Gobierno ha descartado este lunes un adelanto electoral, pese a los escándalos de supuesta corrupción que afectan a exdirigentes del PSOE, a los casos de presunto acoso sexual que han convulsionado al partido, y del cuestionamiento que han exteriorizado sus aliados parlamentarios, pero también el partido minoritario de la coalición, Sumar.
En su tradicional balance político previo al parón navideño, Sánchez ha insistido en que van a dar “lo mejor” de ellos mismos en esta “segunda parte de la legislatura”, aunque saben que el “contexto no es fácil”. “Si para hacerlo [apurar la legislatura] tenemos que aguantar campañas de acoso personal, mentiras, en definitiva, fango, lo haremos, lo haré. Porque la razón que buscamos no sólo está en el presente de nuestros conciudadanos, también está en el pasado y en el futuro de nuestro país”, aseguró.
En respuesta a las preguntas de los medios, ha precisado que con esta alusión al “fango” y al “acoso personal” no se refería a las investigaciones contra Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García, que no ha puesto en duda.
Sí enfatizó que “no hay caso de financiación ilegal del PSOE”, por más que haya exdirigentes que hayan podido aprovechar sus cargos para lucrarse. “Creo que se conoce más a una persona yendo de vacaciones y subiéndose a un yate que compartiendo mesa en el Consejo de Ministros”, espetó, en clara alusión al líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
“Torquemadas” que no tienen “protocolos específicos” para combatir el acoso
Sobre las denuncias internas por supuesto acoso, ha rechazado “lecciones de quienes cuestionan la violencia contra las mujeres”; quienes actúan como “torquemadas” cuando “no tienen protocolos específicos” para que las potenciales víctimas puedan denunciar acoso sexual. “Cero lecciones de quienes sueltan lecciones de ejemplaridad desde una sede pagada con dinero negro”.
Además, ha defendido que actuaron de inmediato cuando se conocieron las denuncias contra Paco Salazar, el 5 de julio, frustrando su ascenso en el partido y cesándolo en La Moncloa. Aunque después las investigaciones permanecieran en el limbo durante cinco meses. “La contundencia contra el acoso y el abuso tiene las siglas del PSOE”, apostilló.
Por otro lado, el jefe del Ejecutivo ha anunciado un abono único de transporte de 60 euros al mes -30 para menores de 26 años- para poder viajar por todo el país, y ha presumido de los datos macroeconómicos. Apenas ha reconocido que hay que mejorar su “impacto microeconómico en el día a día de los trabajadores”, ya que “demasiada gente vive en la precariedad”. “Lo que es innegable es que vamos en la dirección correcta”.
Así, frente a la oposición “más estéril, destructiva y ultra”, ha dicho contar con “cierta estabilidad parlamentaria”, “dentro de la dificultad”. Esta “dificultad” quedaba evidenciada con las llamadas del socio minoritario de la coalición, Sumar, que ve “insuficientes” sus palabras y le exige una crisis de Gobierno a la que Sánchez ha dado portazo.
Esta enorme complejidad también se hizo visible cuando reconoció la ruptura de puentes con Junts, a los que volvió a “tender la mano”; al hartazgo de ERC, que le ha reclamado una reunión que previsiblemente tendrá lugar en enero; o a los nuevos dardos del PNV o de Podemos. Pese a este contexto, Sánchez afirma que tienen “energía” como para apurar lo que queda de legislatura. “A los españoles les renta este Gobierno”.



