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¿Por qué ellas son más propensas a sufrir una depresión que ellos?

La doctora Gemma Parramón advierte que las mujeres hacen una “doble jornada laboral. En lugar de cuidarse o quedar con amigas, hacen las tareas domésticas y van a la compra”

Una persona mira por la ventana con tristeza
Los médicos recomiendan pedir ayuda cuanto antes para tratar la posible depresión Unsplash

La Organización Mundial de la Salud es clara con este tema: “Las mujeres son más propensas a la depresión que los hombres”. A escala mundial existe un 50% más de posibilidades que la mujer experimenta este trastorno que un hombre. Esto se debe a múltiples factores biológicos, psicológicos, artefactuales y ambientales que distinguen a las doctoras Gemma Parramón, presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría y jefa de sección en el Hospital Universitario Vall d’Hebrón, y Ángeles Sánchez-Cabezudo, psiquiatra del Hospital Universitario 12 de Octubre.

Es dentro de los factores ambientales donde la doctora Parramón insiste en que la “doble jornada laboral” que llevan a cabo muchas mujeres es una de las razones por las que tienen más probabilidades de padecer una depresión. Después de realizar su trabajo en la empresa correspondiente, la doctora advierte que “en lugar de cuidarse, quedar con amigas, ir al cine, leer, hacer ejercicio o alguna otra actividad que mejore la salud mental , la mujer cuida de la familia, hace las tareas domésticas y se dedican a la compra, lo que genera una gran carga mental”. Una carga mental que se traduce en altos niveles de “estrés” al tener que “organizar la familia” y acordarse de todas las citas pendientes: “La hora del pediatra, la tutoría con la profesora, las extraescolares de la niña…”

Es también en los factores ambientales donde se encuentra la violencia machista que las mujeres sufren cada día. Pues debido a las “desigualdades estructurales sociales de género”, que explica la médica Sánchez-Cabezudo, las mujeres se enfrentan a abusos sexuales desde la infancia, a violencia interpersonal en la adolescencia, con maltrato psicológico y de control en su mayoría, y a la violencia de género de adultos. Parramón también añade a este respecto que “la violencia económica e institucional hace que la mujer esté sometida a más factores estresantes” por lo que “tiene más números para tener peor salud mental”.

En cuanto a los demás factores que hacen que las mujeres sean más propensas a sufrir una depresión, destacando los factores biológicos y dentro de ellos, los hormonales. Según Parramón, las mujeres sufren “periodos de inestabilidad emocional” debido a los cambios de progestágenos y estrógenos en etapas como la pubertad, en la que a las niñas se enfrentan a su primera menstruación, en el embarazo, en el posparto y, más tarde, en la menopausia.

La depresión tiene sesgo de mujer y el suicidio de hombre

Sin embargo, son los factores artefactuales los que explican por qué el número de suicidios es mayor en hombres si son las mujeres las que tienen más probabilidades de sufrir depresión. Esto se debe principalmente a los “estereotipos de género”, según apunta Ángeles Sánchez-Cabezudo. La doctora explica que “las mujeres consultan con más frecuencia que los hombres y están más atentas a sus emociones y más preparadas para comunicarlas a otras personas, de forma que los médicos tienden a diagnosticarles depresión”.

En cambio, los hombres no consultan cuestiones de salud mental debido al “estigma y la vergüenza” que sigue existiendo en la actualidad. Esto es muy perjudicial para su salud porque, los que finalmente decidan consultar, obtendrán “un diagnóstico más tardío y grave” de “cuadros más severos” que pueden terminar en suicidio, tal y como alerta la psiquiatra del Hospital Universitario 12 de Octubre. Por su parte, Gemma Parramón explica que “cuanto más lo dejas, más se cronifica y más difícil es revertirlo”.

La jefa de psiquiatría en el Hospital Universitario Vall d’Hebrón afirma en este sentido que “el más perjudicado es el hombre” porque aunque “conocemos la medicina desde el punto de vista del hombre, con la depresión ocurre al contrario”. Es decir, este tipo de trastorno mental está más estudiado en mujeres. Por ello, la alerta médica que también es un error diagnosticar el mismo tratamiento a “un trastorno disfórico premenstrual de una mujer que a una depresión de un hombre de 80 años” y, sin embargo, Parramón reconoce que “lo tratamos igual”.

La depresión será “la primera enfermedad que conllevará pérdida de productividad, jubilación anticipada y ausencia laboral a nivel mundial en 2030”

Los datos recogidos por el Instituto Nacional de Estadística coinciden con el razonamiento de ambos doctores. En 2022, según los últimos datos anuales recogidos, se suicidaron 4.227 personas, de las cuales, 3.126 eran hombres y 1.101 eran mujeres. Es decir, más del 70% de las personas que se suicidaron, eran hombres. Cifras elevadas en hombres que se repiten en el primer semestre de 2023 con 1.967 suicidios en total: 1.480 hombres y 487 mujeres.

¿Cuándo se debería pedir ayuda?

Parramón asegura que aún “estamos muy lejos” de conseguir “cambiar la visión” respecto a la salud mental. Para Sánchez-Cabezudo esto es un “desafío significativo” porque al “estigma social” también hay que sumarle el “limitado acceso a servicios de salud mental, la falta de recursos en sistemas de atención médica y la carga global de enfermedades mentales”. De hecho, según varios estudios consultados, ella asegura que la depresión será “la primera enfermedad que conllevará pérdida de productividad, jubilación anticipada y ausencia laboral a nivel mundial en 2030”.

Para evitar esto, Gemma Parramón alerta de los diferentes síntomas a los que se debe prestar especial atención y que, a veces, no se relacionan con la salud mental. En primer lugar, la doctora explica que los síntomas suelen ser diferentes en hombres que en mujeres. La depresión en los hombres puede manifestarse a través de un cambio de comportamiento: “suelen estar más irritables, pasan más horas fuera de casa y consumen más sustancias”. En cambio, los síntomas en las mujeres son muy distintos: “aumento de apetito, pérdida de motivación, aumento de sueño y ganas de quedarse en casa. Generalmente, dentro de la cama”.

Parramón también advierte de que no todas las depresiones son tratadas con fármacos. Pues es una idea preconcebida que tienen en mente muchas personas. “Con fármacos solo se tratan los casos moderados y graves. En el caso de las depresiones leves, que son la mayoría, basta con sesiones de psicología y cambio de hábitos”. Entre los cambios de hábito que la presidenta de la Sociedad Catalana de Psiquiatría expone se encuentra “tener un horario estructurado, una buena higiene del sueño, hacer ejercicio físico y comer de manera adecuada”. No obstante, son pautas que deben determinar un médico especializado después de haber estudiado a fondo los síntomas de cada paciente.

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