Muchas mujeres siguen sufriendo en todo el mundo la crueldad sin límites del maltrato machista. La mutilación genital femenina (MGF) supone una grave violación de los derechos humanos y de la salud y bienestar de las mujeres y niñas que la sufren.
Se trata de una práctica que carece de beneficios médicos y tiene consecuencias físicas, psicológicas y sociales a corto y largo plazo en la mujer que lo sufre.
¿Qué es la mutilación genital femenina?
La mutilación genital femenina (MGF) es una práctica que implica la alteración o extirpación de los genitales externos femeninos por razones no médicas. Se considera una violación de los derechos humanos y afecta a millones de mujeres en todo el mundo, especialmente en África, Oriente Medio y algunas comunidades de Asia y América Latina.
Tipos de mutilación genital femenina
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cuatro tipos principales de MGF
Clitoridectomía
Extirpación parcial o total del clítoris. En algunos casos, también se eliminan los labios menores. Se realiza por motivos culturales, religiosos o sociales y no tiene ninguna justificación médica.
Excisión
Extirpación parcial o total del clítoris y los labios menores, con o sin la eliminación de los labios mayores. Es una de las formas más comunes de MGF y puede causar dolor intenso y hemorragias graves.
Infibulación
La infibulación es la forma más extrema y peligrosa de mutilación genital femenina (MGF). Consiste en el estrechamiento de la abertura vaginal mediante el corte y recolocación de los labios menores o mayores, con o sin la extirpación del clítoris. A menudo, se deja solo una pequeña abertura para la salida de la orina y la menstruación.
Otros procedimientos perjudiciales
Incluye prácticas como la punción, perforación, incisión, raspado o cauterización de los genitales femeninos.
Consecuencias para la salud de la mujer
La MGF tiene efectos físicos, psicológicos y sociales que pueden ser inmediatos o a largo plazo. Entre los efectos inmediatos destaca el dolor extremo, hemorragias, infecciones, dificultad para orinar y, en algunos casos, la muerte.
A largo plazo puede suponer problemas menstruales, complicaciones en el parto, infecciones urinarias recurrentes, disfunción sexual y estrés postraumático.
Además, esta vulneración de los derechos humanos puede generar en la víctima que lo sufre miedo al contacto íntimo y disfunción sexual. Así como un trauma emocional de por vida.
Lucha contra la MGF y cómo combatirla
La mutilación genital femenina (MGF) es una grave violación de los derechos humanos y un problema de salud pública que afecta a millones de mujeres y niñas en todo el mundo. Combatirla requiere un enfoque integral que combine educación, legislación, acceso a la salud y cambio social.
Esta práctica es ilegal en muchos países y está siendo combatida por organizaciones internacionales como la ONU y la OMS, que trabajan para erradicar esta práctica mediante la concienciación, la educación y el apoyo a las víctimas. En este aspecto, es de vital importancia garantizar la escolarización de las niñas para evitar matrimonios forzados y mutilación. Así como incluir en los planes educativos información sobre salud sexual y reproductiva.
Es posible combatir esta práctica a través de la educación, concienciación y leyes más estrictas, además del apoyo a las víctimas. La erradicación de la MGF es un paso fundamental para garantizar la dignidad, salud y derechos de las mujeres en todo el mundo.