“No sé qué hacer con mi vida”. Es un pensamiento que hemos tenido todos, tú y yo incluidos. Pero hay veces que más allá de un pensamiento durante un bache emocional, es todo un peligro silencioso para muchas personas. Es un sentimiento de estancamiento y de indecisión, alimentado por un gran vacío constante.
Un vacío que puede manifestarse como ansiedad, malestar o incluso una depresión. Poco a poco, va devorando las pocas ganas que quedan de encontrar un nuevo rumbo con el que volver a sentirse en un propósito. O simplemente, volviéndose a sentir auténtico o auténtica.
Y al final, va y resulta que, según la psicología, la solución a este malestar está más cerca de lo que pensamos…
“No sé qué hacer con mi vida”: ¿Y si la respuesta estuviera, paradójicamente, en ti misma?

Desde instituciones en psicología como Unobravo, defienden la idea de la autoexploración intencional.
Esta consiste en un proceso donde una persona elabora un mapa de su yo, a partir de reflexiones sobre quiénes somos, lo que nos gusta, lo que queremos cambiar de nosotros mismos, y cómo alinear nuestras acciones con nuestros valores.
No es tarea fácil, pero se puede hacer a partir de pequeñas acciones manejables donde poner a prueba las teorías sobre uno mismo. Son una especie de “experimentos de identidad”, con los que hacer unas pruebas y el impacto de las mismas, antes de aplicarlas en mayor medida a la vida personal.
Ejercicios para hacer “pequeños experimentos” de identidad
A continuación, te proporcionamos varios ejemplos de “microcambios”, con los que probar esas modificaciones que no sabes qué impacto tendrían en tu vida. Los cuatro están respaldados por profesionales como los de la propia Unobravo o Scala Psicología, y son los siguientes.
El hábito no-laboral
¿Crees que eres una persona más creativa de lo que consideras? ¿O quieres encontrar una nueva afición que te llene? Empieza por dedicar unos 15 minutos a una actividad que crees que te pueda gustar. Ya sea cocinar, escribir, pintar, aprender a tocar un instrumento, un género literario o de cómic…
Puedes hacerlo unos días, y si sientes que eso no te gusta, puedes buscar otro posible hobby. En un cuarto de hora, puedes descubrir cómo te sientes durante y después de esa nueva práctica. Es una manera breve y eficaz de ver si algo encaja contigo o no.
El interés social
Si sientes que quieres cambiar de profesión, o bien tomar más o menos profesionalidad, también puedes hacer un experimento sin dejar tu actual trabajo. Una alternativa es hacer un voluntariado de una o dos horas a la semana en un sector que te atraiga un poco, o uno al azar si no sabes qué es lo que buscas.
Puede ser colaborar con un refugio, mentorizar o enseñar algo, participar en un grupo de apoyo… O, como alternativa, probar a “simular” esa tarea en casa o al aire libre. Como cocinar, redactar, hacer reparaciones…
Lo importante es investigar tu grado de comodidad y satisfacción en una posible nueva profesión, sin jugarte tus ingresos o estabilidad.

El entorno y la forma de vestir
El “no sé qué hacer con mi vida” no sólo va en el interior. La identidad también se exterioriza, por lo que puedes empezar por probar uno o varios estilos de ropa, pulquería y/o maquillaje. Aunque sea sólo en casa, sin salir a la calle, mirándote y estudiándolo frente al espejo.
Estos cambios también puedes hacerlos cambiando algunas cosas de tu casa. Quizá no pintar una pared entera, pero sí cambiar alguna cosa de sitio, o comprar un objeto o mueble barato con un toque diferente a lo que tienes. Observa el resultado, y después, observa qué impacto tienen estas modificaciones en ti.
La habilidad transversal
Por último, en el caso de que quieras cambiar un tipo de pensamiento o reacción, puedes dedicar un día (o dos, o tres..) a la semana a aplicar un principio consciente en materia de cambio de forma de alguna de tus interacciones.
Puedes, por ejemplo, esperar unos segundos antes de responder sin pensar, para trabajar tu asertividad. O también puedes respirar hondo y pensar en algo que te calme si eres una persona muy reactiva y tensa, para empezar a reaccionar con mejor humor.


