La aparición de La familia de la tele en plena cobertura del Cónclave ha provocado un terremoto interno en RTVE. Lo que parecía un simple gesto de entretenimiento televisivo se ha transformado en una grieta profunda entre los servicios informativos y la dirección de contenidos de la Corporación.
El programa, producido por La OSA y heredero informal del espíritu de Sálvame, ha dinamitado la paz interna del ente público con una acción que muchos consideran un agravio a la profesionalidad periodística de la casa. Y no es el único quebradero de cabeza que le está provocando a RTVE, si atendemos a la última hora.
Un programa de entretenimiento en el corazón del Vaticano
Todo estalló ayer, durante la jornada del anuncio del nuevo pontífice León XIV. Mientras los medios del mundo entero centraban su atención en Roma y el humo blanco que saldría desde la Capilla Sixtina, La familia de la tele optó por enviar a su colaboradora Marta Riesco a cubrir el evento. Lo hizo, además, empuñando un micrófono con el logo de TVE, en una intervención que fue calificada de frívola e impropia por los trabajadores del ente.

El Consejo de Informativos de RTVE no tardó en reaccionar. A través de un comunicado contundente, pidió a la presidencia de la Corporación y al Consejo de Administración que La familia de la tele no vuelva a inmiscuirse en la labor periodística de la cadena pública. “Urge evitar que un programa de entretenimiento merme la credibilidad de nuestros servicios informativos ni perjudique la imagen de marca de RTVE”, sentenciaron.
Periodismo serio frente a espectáculo televisivo
Desde dentro de RTVE, la indignación es evidente. Los profesionales de los Servicios Informativos llevaban días desplegados en Roma con el objetivo de cubrir con rigor y responsabilidad el Cónclave y la elección del nuevo Papa. La irrupción de La familia de la tele, con un tono completamente distinto al exigido por un evento de estas características, fue vista como una falta de respeto tanto hacia los periodistas desplazados como hacia los espectadores.

“Enviaron a una de sus colaboradoras a Roma, a un evento claramente informativo, utilizando el micrófono de TVE. Ni el tono ni la forma de este programa es lo que se espera de una televisión pública en un evento de esta importancia”, denuncia el comunicado del Consejo de Informativos. La figura de Marta Riesco ha sido, una vez más, epicentro de la controversia, al mezclar entretenimiento con una cobertura que debía limitarse al terreno informativo.