José Luis Martínez-Almeida, papá de Lucas: la paternidad a los 50

Por las pistas que ha ido dando, el alcalde de Madrid será un padre presente. La edad favorecerá una crianza “más consciente, vivificante, rejuvenecedora y vigorizante”, según un estudio

¿Papá de Lucas? Es la pregunta a la que se habituará en las próximas horas José Luis Martínez-Almeida, tras dar a luz su mujer, Teresa Urquijo, a su primer hijo. Será el papá de Lucas en la sala de pediatría o cuando lleguen a su domicilio los primeros regalos para el bebé. Sonará a música celestial en sus oídos y responderá con esa sonrisa con la que ya nos ha venido deleitando desde aquel 25 de enero, cuando anunció en sus redes sociales la feliz noticia junto a una bonita foto de la pareja. “Pronto seremos tres”, escribió.

Esa sonrisa, llamada de Duchenne, es genuinamente de alegría, con todos los músculos y líneas de su rostro remando en una sola dirección, la de la felicidad. No le hemos visto flotar, pero sí juraríamos que ha mejorado sus saques de balón en estos últimos meses. Mejor o peor goleador, su gesto es desde hace tiempo bien distinto al de aquella etapa en la que los periodistas nos permitíamos bromear con su “soltería de larga duración”, término que no le disgustó cuando se lo propuso quien escribe. Sumamente cortés, siempre respondía al atrevimiento con una sonrisa que delataba cierta incomodidad.

Hoy con su hijo Lucas en brazos, no hay músculo facial que se le resista al gesto de satisfacción. Cumplido su mayor deseo, puede considerarse un hombre tocado por la magia de la vida. Aunque alguna vez se ha mostrado impaciente por la llegada de los hijos, no se aleja demasiado del perfil de padre en España. Hace décadas se usaba el término “añoso” para referirse, casi despectivamente, a mujeres y hombres que posponían el embarazo más allá de los 35. Hoy ya es más común tener el primer hijo con 38 que con 27 años, como ocurría cuando nació Martínez Almeida, en 1975.

José Luis Martínez Almeida y Teresa

El primer hijo se retrasa cada vez más, una anomalía demográfica que no afecta, sin embargo, a la esposa del alcalde, que tiene 28 años. Hoy el 20% de los hombres recibe a su primer hijo más allá de los 40, aunque la media está en 34,5, según el INE. En nuestro país, un tercio de los hombres menores de 44 años ni siquiera se plantea la paternidad como algo viable, al menos de cara a los próximos cinco años, por lo que es previsible que el pequeño Lucas tendrá más de un amigo con papá cincuentón.

España tiene un problema de natalidad acuciante y el nacimiento de Lucas contribuye a sostener el Estado de Bienestar que necesitamos. Los hombres con un perfil socioeconómico alto se muestran más reticentes a ser padres jóvenes y tres de cada diez que lo han sido piensan que esto ha frenado su carrera, según el Estudio sobre la influencia de la maternidad/paternidad en la carrera profesional, de la firma de selección de talento Robert Walters. Alegan que no pudieron optar a cargos de responsabilidad en su compañía, que el inicio de una jornada reducida les cerró la puerta a nuevos proyectos o que tuvieron una menor carga de trabajo al reincorporarse.

Bien mirado, en lugar de anomalía demográfica, la paternidad a los 50 debería verse como una ventaja. Si tomamos los datos de Robert Walters, deducimos que, llegada a esta etapa vital, el hombre ha crecido en su carrera y goza de una buena estabilidad económica. Martínez-Almeida es abogado del Estado y ejerce como alcalde de Madrid desde junio de 2019. El matrimonio se mudó recientemente a una vivienda más amplia, en la calle Zurbano, más próxima a la casa de los padres de Urquijo.

Permiso maternidad, Economía
Una niña mira como su padre trabaja en casa.

La estabilidad favorece una crianza más involucrada que, por otra parte, se ve beneficiada por la equiparación del permiso de paternidad, uno de los aspectos más destacados en estos últimos años. Desde enero de 2021, padres y madres disponen de 16 semanas intransferibles y remuneradas al 100 %, con las primeras 6 semanas obligatorias inmediatamente tras el nacimiento. El regidor madrileño ya anunció que se ceñiría a lo que marca la ley, si bien aparecerá de manera puntual en algunos actos, como el homenaje a Miguel Ángel Blanco.

Casi todos los padres disfrutan de las 16 semanas cuando nace su bebé. El 52% fracciona este permiso, lo que permite que el bebé esté más tiempo en casa con uno de sus progenitores. Suelen coger de promedio 12 de sus 16 semanas mientras la madre está también disfrutando de la maternidad, según los datos que arroja un estudio publicado por el Centro de Políticas Económicas de EsadeEcPol.

Sin que apenas se dé cuenta, este tiempo que Martínez-Almeida tiene pensado pasar con su hijo le transformará cerebral y hormonalmente de cara a una mejor crianza y le ayudará a despertar esos instintos paternos que crearán un apego mayor. Son conclusiones muy recientes de un estudio comparativo con padres de Estados Unidos y España realizado en la Universidad de California en Santa Bárbara. “El comportamiento del padre es un proceso de aprendizaje, y cuanto más se practica, más se especializa y más se sintoniza con el bebé”, indica el informe.

La mitad de los papás solapa su baja con la madre.
Freepik.

La brecha de género sigue siendo incuestionable, pero algo vamos mejorando. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y algunos estudios de sociología familiar, un 61 % de los hombres participa regularmente en tareas como bañar, vestir o alimentar a los hijos. El cambio de pañales se ha convertido en una práctica habitual para más del 50 % de los padres primerizos y la presencia masculina en tareas “invisibles”, como llevar al médico o gestionar extraescolares, va en aumento.

Tampoco vamos a obviar que los hombres llegan a los 50 en estupendas condiciones físicas y mentales para brindar al bebé un entorno estable, divertido e incluso adaptado a las nuevas exigencias tecnológicas y de comunicación. La Fundación Repro aporta otros beneficios: “La experiencia y madurez emocional adquirida con el paso del tiempo pueden contribuir a una crianza más consciente y reflexiva. Como a medida que va a pasando el tiempo se va perdiendo la cuota de omnipotencia que se tiene cuando se es joven, la paternidad tardía va a tener que ver con la capacidad de disfrute y relax de esa persona”. A esta altura de la vida, “es una experiencia vivificante, rejuvenecedora e incluso vigorizante”. Añade que algunos hombres logran conectarse con sus hijos menores de una manera más relajada, con mayor espacio para el disfrute y el placer”.

Por las pistas que ha ido dando, Martínez Almeida será un padre presente, comprometido y tierno. A medida que se acostumbre a ser “el papá de Lucas”, irá reconstruyendo su identidad equilibrando su perfil político con ese otro rol que le exigirá nuevas relaciones, nuevos gustos, nuevos miedos y nuevas inseguridades. Hace solo unos días, hablando de la inminente llegada del bebé, comentó que aprovecharía el permiso de paternidad para descansar. Alguien a su lado carraspeó con cierta sorna, intuyendo que aún no había echado las cuentas de las noches sin dormir que se le avecinan, los ocho o diez cambios de pañal o las interminables tomas de alimento del recién nacido.