La lucha de Elvira contra el calor: “No hace falta que se muera gente para que haya una ley”

Tras la muerte de una compañera de Barcelona por un golpe de calor, Elvira Gómez, una barrendera de Terrassa, ya acumula casi 50.000 firmas en change.org para impulsar un protocolo que las proteja ante las altas temperaturas

Para Elvira, la muerte de Montse Aguilar el pasado 28 de junio fue determinante. “Llevaba tiempo pensando que hay que mejorar el protocolo pero cuando la semana pasada ví que había muerto Montse en Barcelona, decidí hacer algo ya”. Porque aunque no se conocían, Elvira Gómez también sabe bien lo que es barrer las calles a más de 35 grados y sin una sombra a la vista. Es barrendera desde hace 7 años en la ciudad de Terrassa, en Barcelona. Realiza su trabajo (obviamente) a pie. En una mano, el escobón. En la otra, un capazo. Y en la furgoneta la sopladora, más escobas, bolsas de basura… por si hace falta. En su empresa hay tres turnos: el de mañana, de 6 a 13; el de tarde, de 13:45 a 20:45 y el de noche, hasta las 4 de la madrugada. Ella está en el de tarde. Así que con calor o sin calor, pasa las horas centrales del día siempre a la intemperie. Por eso ha iniciado una lucha a capazo y escoba.

Cuestión de protocolos

“Es curioso que cuando hace calor el ayuntamiento pida a la gente que se quede en sus casas, pero en cambio no haya problema para que nosotros hagamos trabajos de esfuerzo al aire libre”, nos explica. Porque aunque la norma marque que se suspenden los trabajos al aire libre cuando hay aviso naranja o rojo de AEMET, Elvira cree que es muy insuficiente. “No entiendo por qué en las oficinas hay un máximo de 27 grados y nosotras tenemos que estar en la calle en las horas centrales del día a más de 35 grados. Porque aunque la gente piense que barriendo no se hace esfuerzo, le invitaría a más de uno a que viniera conmigo a ver qué tal lo pasa”.

EFE/ Mariscal

Nos habla en un tono entre resignado y enojado. Y continúa: “En mi empresa los protocolos sólo se activan cuando AEMET activa el aviso naranja o roja, algo que no he visto aún en los 7 años que llevo trabajando. Además, eso no significa que antes de llegar a ese extremo no haga muchísimo calor”. Muchísimo. En el prelitoral de Barcelona, el plan Meteoalerta establece en 39 grados el umbral de aviso naranja y en 42º el rojo. Eso supone que si hay 38º, toca barrer durante horas a pleno sol. Le preguntamos en qué consiste exactamente el protocolo contra el calor de la Sociedad Anónima Municipal en la que trabaja.

“En julio y agosto las personas no van solas. Vamos en parejas para que el compañero vigile si estás bien. También nos dan una botella de agua para todo el turno. Es insuficiente. En Francia, por ejemplo, dan tres litros. En nuestro caso, cuando se acaba nos toca comprar más porque la de las fuentes sale muy caliente y sabe rara. No queremos acabar con diarrea tampoco…” Elvira se afana en explicarnos que ella no es ninguna vaga. Que lo que quiere no es dejar de trabajar cuando haga calor. Lo que pide es que haya una temperatura máxima en toda España para currar al aire libre (a poder ser por debajo de los 39 grados). Eso y descansos reales que se respeten. “Yo no quiero que nos dejen sin trabajar. Pero igual se puede adaptar el tipo de trabajo, ¿no? No hace falta que se muera gente para que haya una ley, digo yo. El calor extremo no es solo una incomodidad. Es un riesgo real”.

Una petición de ayuda contra el calor

Por todo esto y conmovida por la muerte de su compañera de Barcelona, Montserrat Aguilar, Elvira empezó el pasado 2 de junio la petición “El calor nos mata” en change.org que ya lleva más de 50.000 firmas recogidas. También ha pedido ayuda en Tiktok. Busca que su mensaje llegue hasta la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz . De momento, compañeros y compañeras de toda España le han mostrado su apoyo. También algunos sindicatos. Pero ni la empresa ni nadie del Ayuntamiento cuyas calles limpia cada día, han hablado aún con ella.

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