Este sábado, el Vaticano acogerá el funeral del papa Francisco en una ceremonia solemne que reunirá a líderes políticos y religiosos de todo el mundo. Sin embargo, entre los grandes ausentes estará el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez. Su no asistencia ha levantado polémica en el ámbito político nacional, especialmente desde las filas del Partido Popular, que ha cuestionado los motivos que justifican su ausencia.
Moncloa alega razones institucionales
Desde el Gobierno se asegura que la decisión de que Sánchez no viaje a Roma responde a una cuestión estrictamente protocolaria. Fuentes oficiales explican que la invitación del Vaticano está dirigida al jefe del Estado —en este caso, el rey Felipe VI— y que la representación de España estará garantizada al máximo nivel con la presencia de los Reyes, la reina emérita Sofía y varios miembros del Ejecutivo.
La delegación institucional incluirá a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero; la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz; y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, quien se encargará de la coordinación logística. Además, el Ejecutivo ha invitado al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, en un gesto similar al que tuvo lugar en 2005 con la asistencia de Mariano Rajoy al funeral de Juan Pablo II. Feijóo ha aceptado la invitación, aunque ha mostrado su sorpresa ante la ausencia del jefe del Ejecutivo.
Una polémica política
El Partido Popular ha criticado duramente la decisión, insinuando que podría tratarse de una “descortesía institucional difícil de justificar“. En su opinión, la presencia de Sánchez sería no solo una muestra de respeto al líder de la Iglesia católica, sino también una forma de reforzar la imagen internacional de España en un evento de alto simbolismo diplomático.
Desde Moncloa rechazan de plano esa interpretación y acusan al PP de politizar una cuestión de Estado. “Nuestro error ha sido invitar a Feijóo”, señalan con malestar fuentes gubernamentales, que recuerdan que el gesto pretendía ser una deferencia hacia el principal partido de la oposición, de raíces democristianas.
¿Podría haber asistido Sánchez?
La respuesta técnica es sí. Aunque la invitación esté formalmente dirigida al jefe del Estado, lo cierto es que nada impide que el presidente del Gobierno acuda si así lo decide. De hecho, en 2005, el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero asistió junto a Rajoy al funeral de Juan Pablo II, acompañando a los Reyes eméritos. Moncloa responde que aquella fue una decisión personal de Zapatero, y que en esta ocasión se ha optado por otra fórmula igualmente válida.

No obstante, para evitar interpretaciones erróneas, el Ejecutivo ha querido destacar que ha decretado tres días de luto oficial en homenaje al papa Francisco, un gesto que, subrayan, va más allá de lo que se hizo en ocasiones anteriores y que evidencia el respeto institucional hacia su figura.
La decisión de otros país
El caso español no es único, aunque sí ha generado mayor controversia que en otros países europeos. En monarquías como Suecia o Bélgica, serán los respectivos monarcas quienes encabecen las delegaciones. En Reino Unido, asistirá el príncipe Guillermo, dado que por tradición el monarca reinante no acude a funerales. Por su parte, en repúblicas como Francia, Alemania o Estados Unidos, la representación recae en los presidentes, al ser estos las máximas autoridades del Estado.
En España, sin embargo, la existencia de un sistema parlamentario con monarquía constitucional implica que el jefe del Estado —el rey— tiene un papel representativo en actos de esta naturaleza. Moncloa insiste en que se ha querido dar visibilidad al papel de Felipe VI como máximo representante institucional del país en la escena internacional.