Cada 1 de octubre el mundo celebra el Día Internacional del Café, una fecha instaurada por la Organización Internacional del Café (ICO) en 2015 con el objetivo de rendir homenaje a una de las bebidas más consumidas y queridas del planeta. La jornada no solo reconoce la importancia cultural de esta infusión, sino también la enorme cadena económica y social que genera, desde los caficultores hasta las cafeterías de cualquier rincón del mundo.
Con motivo de la celebración, la publicación gastronómica TasteAtlas ha elaborado un ranking de las especialidades más populares y valoradas internacionalmente. Entre ellas se cuela un clásico de la tradición española, el café cortado, que comparte protagonismo con elaboraciones italianas y francesas que han conquistado a millones de paladares.
Espresso, el rey de los cafés

Hablar de café es hablar del espresso. Nacido en Italia a finales del siglo XIX gracias a la invención de Angelo Moriondo, esta preparación revolucionó el consumo al introducir agua caliente a presión a través de granos finamente molidos. El resultado es una bebida intensa, de sabor concentrado y con una textura casi almibarada.
El espresso es la base de numerosas variantes: ristretto, lungo o doppio, entre otras. Su fuerza y su aporte de cafeína lo han convertido en la opción preferida para quienes buscan un golpe rápido de energía acompañado de un sabor profundo e inconfundible.
Cappuccino, espuma con historia

Otra creación italiana, el cappuccino, ha traspasado fronteras y se ha convertido en un símbolo global del café con leche. Se prepara con una base de espresso y se completa con leche vaporizada y espumada, generando una mezcla suave y cremosa que suele coronarse con cacao en polvo.
Su origen no está del todo documentado, aunque muchos historiadores apuntan a una evolución del café vienés conocido como kapuziner, que ya se bebía en el siglo XVIII. El nombre “cappuccino” podría estar inspirado en el color marrón claro de las túnicas de los monjes capuchinos, muy similar al tono que resulta de combinar café y leche.
Cortado, la aportación española

En el listado de los cafés más célebres del mundo no podía faltar el cortado, una especialidad con sello español. Su nombre viene del verbo “cortar”, en referencia a la pequeña cantidad de leche caliente que se añade para suavizar la intensidad del espresso.
El cortado suele servirse en un vaso de cristal pequeño, permitiendo apreciar el contraste de colores entre el café y la leche. Es una bebida de sabor robusto, con un final aterciopelado gracias a la vaporización. Para muchos, es la manera perfecta de disfrutar del café sin renunciar a su carácter fuerte pero con un toque más amable para el paladar.
Café au lait, la elegancia francesa

Francia aporta su propia versión del café con leche: el café au lait. A diferencia del cappuccino o el latte italiano, esta receta se prepara con café de filtro o de prensa francesa, lo que le otorga un perfil aromático distinto. La leche se añade en la misma proporción, pero sin espuma, lo que da como resultado una bebida más ligera y sencilla, ideal para acompañar un desayuno con croissants o pan fresco.
Su popularidad ha hecho que el café au lait sea sinónimo de las mañanas parisinas, aunque hoy se puede encontrar en cafeterías de todo el mundo como una alternativa refinada y equilibrada.
Ristretto, la intensidad al límite

El top cinco lo completa el ristretto, otra especialidad italiana cuyo nombre significa “restringido”. En esta variante se utiliza la mitad de agua que en un espresso normal. Lo que genera una bebida más corta, de sabor intensísimo y un cuerpo que recuerda al chocolate negro.
Aunque es más pequeño en tamaño, su concentración lo convierte en una experiencia sensorial poderosa. Es muy apreciada por los verdaderos amantes del café que buscan matices fuertes y persistentes.
Más que una bebida
El Día Internacional del Café es mucho más que una excusa para disfrutar de una taza. Esta conmemoración busca también poner en valor el trabajo de los productores de café, muchos de ellos en países en desarrollo, que dependen de este cultivo para su sustento. Además, promueve la sostenibilidad en la cadena de producción, animando a consumidores y empresas a apostar por prácticas responsables.