Yvonne, María y Rafaella: las compañeras de Prevost que eligen a los obispos

Han trabajado codo con codo con el nuevo Papa en el Dicasterio en los últimos años. Le recuerdan como una persona "muy humilde y muy capaz". Fue clave en la apuesta de Francisco por incorporar a mujeres en altos cargos

Yvonne Reungoat, María Lia Zervino y Raffaella Petrini son mujeres que han empezado a redefinir la autoridad espiritual, tradicionalmente masculina. Han llegado sin alzar demasiado la voz, simplemente con su trabajo y con pequeños gestos que transformaban lo cotidiano hasta terminar ocupando en silencio asientos que, en principio, no estaban reservados para ellas. Por decisión del Papa Francisco, son, desde 2022, las primeras mujeres con derecho a voto en un sínodo del Vaticano y también mantienen una estrecha relación con su sucesor, León XIV, con el que algunas de ellas han trabajado codo con codo.

El 13 de julio de 2022, la Oficina de Prensa de la Santa Sede dio a conocer los nuevos nombramientos para este Dicasterio. Entre ellos, tres mujeres nombradas por primera vez, que se sumaron a un grupo de once hombres elegidos también para el cargo entre los que estaba el recién elegido Papa. En total, catorce miembros con capacidad de participar en el proceso de elección de los nuevos prelados (abad, obispo, arzobispo, etc).

“Él todavía era solamente miembro cuando yo llegué hace dos años y medio. Luego el Papa Francisco lo nombró prefecto. Además, pertenecemos al mismo grupo de estudio que salió del Sínodo para estudiar la cuestión de los obispos. Así que nos veíamos cada 15 días, a veces mañana y tarde”, cuenta Lia Zervino en Alfa y Omega.

Prevost fue muy activo en el nombramiento por parte de Francisco de estas tres mujeres que están marcando el camino de la nueva Iglesia y que le recuerdan como una persona con “un trato sumamente amigable y respetuoso, encantador. Es una persona serena, que transmite mucha paz, muy humilde, muy capaz de escuchar, educadísima. Trabajar con él es un placer”.

León XIV es un convencido de que las mujeres son un valor en la Iglesia y sorteó junto con Francisco las tensiones que provocó el nombramiento de sus tres compañeras.

María Lia Zervino, laica argentina consagrada a Jesucristo

Socióloga, laica y perteneciente a la Asociación de Servidoras Vírgenes Consagradas, nació en Buenos Aires en 1951, en el seno de una familia católica. Fue bautizada en la víspera de la Inmaculada Concepción. Aunque desde entonces María guio sus pasos, no pudo evitar que en su difícil adolescencia todos sus esquemas vitales se viniesen abajo.

Recuperó su fe en los primeros años de universidad y entendió que estaba llamada a la consagración. “Sí, me enamoré de Jesucristo y, lo más sorprendente para mí, me di cuenta de que Él se había enamorado de mí”, escribió en Vida Nueva en 2022. “Mi lugar en el mundo y en la Iglesia de hoy es la Institución de las Servidoras, una asociación de vírgenes consagradas fundada en 1952”.

Maria Lia Zervino con el Papa Francisco. Omnes

En las Servidoras descubrió la alegría de vivir exclusivamente para Jesucristo y se le abrieron caminos pastorales, especialmente en la diócesis de Mar de la Plata, donde impartió catequesis, paraliturgia, bautismos y responsos. También practicó pastoral universitaria, evangelización de los jóvenes y formación de agentes de pastoral. En una carta abierta al Papa Francisco, le agradeció “haber sanado las heridas abiertas de la Iglesia, las atrocidades del abuso y la esclavitud moderna, junto con las violaciones de la dignidad de la mujer”.

María reconoció que el Papa Francisco no había avanzado suficiente y reclamó que, como madre, la Iglesia se hiciese eco de las situaciones de vulnerabilidad que viven tantas mujeres en la actualidad. Además, consideró urgente la necesidad de formar parte de los equipos eclesiales donde se toman las decisiones de alto nivel. “Si los obispos no perciben que estamos recortando su ámbito de poder, sino que queremos aportar desde nuestra naturaleza femenina, las cosas puede que cambien rápidamente”, escribió.

Yvonne Reungoat, autora de 150 circulares

Esta religiosa francesa, nacida en 1945 en la pequeña ciudad de Plouénan, en Bretaña, se unió a las Salesianas en 1963. Tras licenciarse en Literatura, Historia y Geografía en Lyon, ejerció la docencia durante varios años, aunque enseguida fue reclamada para coordinar un nuevo proyecto en África. Sus misiones y los diferentes cargos que fue ejerciendo con los años, le permitieron observar el mundo sobre el terreno. Además, sus años como superiora general de las Salesianas sumó carisma y formación para gestionar una institución que, desde muchos puntos de vista, se parece al gobierno de una empresa multinacional. Aunque se han perdido vocaciones, las Salesianas están presentes en 97 países de los cinco continentes.

Yvonne Reungoat con el Papa Francisco. Vatican News

Durante los doce años de su mandato, Yvonne escribió más de 150 circulares, recogidas en un volumen editado por la monja salesiana Gianfranca Franceschin con el título Strade di futuro (Caminos de futuro, ed. Paulinas). El libro relata la actividad de una guía espiritual y sirve de herramienta para las generaciones futuras de las Hijas de María Auxiliadora. En sus páginas, explora la alegría de evangelizar, la importancia de vivir la vida como testimonio de fe y misericordia o el problema de las vocaciones.

Participó como auditora en el Sínodo de los Obispos de 2023 y en las reuniones en el Vaticano sobre los abusos a menores en 2019. Su nombramiento en el Dicasterio acentúa su influencia. Entre otras funciones, en el Dicasterio de la Santa Sede se ocupa de la constitución y provisión de las iglesias particulares, su división, unión, supresión y otros cambios, y del ejercicio de la función episcopal en la Iglesia latina. Le compete todo lo que se refiere al nombramiento de los obispos, incluidos los titulares, y vigila el recto ejercicio de su función pastoral.

El verano pasado, Yvonne visitó la comunidad María Auxiliadora del Congo, donde impartió dos cursos de ejercicios espirituales y varios encuentros con grupos de religiosas de diferentes edades a las que transmitió “una alegría incontenible y nueva savia para renovar nuestra conversión al Evangelio”, según sus anfitrionas. “En sus intervenciones, no dejó de ayudarnos a darnos cuenta del amor con el que el Señor nos ama, a cada una en particular… Como criaturas de Dios, nos exhortó a ser portadores de vida, comenzando a darla a los miembros de nuestras comunidades, a ser atentas y amables las unas con las otras”.

Raffaella Petrini, la “alcaldesa” del Vaticano

Nacida en Roma en 1969, esta monja franciscana ha jugado un papel relevante durante estas semanas como secretaria general de la Gobernación del Vaticano, lo que viene a ser su alcaldesa, una posición hasta ahora solo ejercida por hombres. Ella es quien gestiona, desde el 1 de marzo, la administración del Estado y supervisa los servicios públicos, el mantenimiento de infraestructuras y el cuidado diario de este Estado de 600 habitantes y unos 2.000 empleados. Durante el velatorio, funeral y entierro del Papa Francisco, se ocupó de que todo funcionase correctamente.

Sor Raffaella Petrini, primera mujer en dirigir el Gobierno del Vaticano
Sor Raffaella Petrini, primera mujer en dirigir el Gobierno del Vaticano

Su capacidad de gestión fue lo que hizo que el Papa se fijase en Raffaella y la escogiese también para presidir la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano. Pertenece a la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Eucaristía y es licenciada en Ciencias Políticas por la Universidad Internacional Libre Guido Carli, además de doctora en Sociología por la Pontificia Universidad Santo Tomás de Aquino, donde también ejerce como profesora de Economía del Bienestar y Sociología de los Procesos Económicos.

Desde joven, mostró una inclinación por el estudio, la vida espiritual y el servicio educativo y social. Tanto su formación académica como su trayectoria son una brillante combinación de excelencia y rigor intelectual.

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