Unos días más. Se aplaza la entrega de Daniel, el hijo de Juana Rivas, hasta el próximo viernes 25 de julio. Al parecer, el pequeño se negaba a irse con Francisco Arcuri y la jueza ha optado por devolver a Daniel a su madre al descartar utilizar la fuerza y la coacción para lograr que se fuera con su padre. Así consta en el auto donde la jueza decide “la devolución del menor a la progenitora con la que se
encontraba residiendo, en tanto es absolutamente descartable que se emplee en la entrega del menor ningún tipo de fuerza física o coacción”.
Además, la jueza ha convocado en el juzgado este miércoles 23 de julio a la representación procesal de las partes así como al Ministerio Fiscal para efectuar los requerimientos correspondientes en orden a la propiciar el cumplimiento activo de la resolución dictada por el Tribunal de Apelaciones de Cagliari.
Unas horas antes, entre lágrimas y emocionados llegaban Juana Rivas y Daniel, su hijo de once años al Punto de Encuentro Familiar donde, por orden judicial y tras agotar todas las vías, ha tenido que entregar a su hijo. El pequeño pedía entre la multitud, entre sollozos, que no le obligaran a volver con su progenitor porque temía por su vida. Le acompañaban su hijo mayor Gabriel y su asesora jurídica, Paqui Granados.

Rivas abandonaba el lugar en ambulancia
La propia Juana Rivas ha tenido que ser atendida por una ambulancia ante su destruida situación emocional ante la entrega de Daniel y trasladada a un centro médico, como adelantaba el diario Granada Hoy.
El Tribunal Constitucional se reunía de urgencia en la mañana de este martes para estudiar la solicitud urgente presentada por Juana Rivas para que suspenda la orden de entrega de Daniel, su hijo menor al progenitor, Francisco Arcuri, que fue dictada por la Corte de Apelación de la ciudad de Cagliari (Italia). Los magistrados de la Sección Segunda José María Macías, Ricardo Enríquez y Juan Carlos Campos han inadmitido el recurso en un acuerdo unánime por “falta de agotamiento de la vía judicial ordinaria y por carecer de especial trascendencia constitucional”.
¿Qué pasará por la cabeza de un niño de once años que ha contado los malos tratos que ha vivido, ha verbalizado el terror que le provoca su progenitor y el sistema le obliga a volver con él? El progenitor ha asegurado en el lugar que en cuanto le entreguen a Daniel se lo llevará a Italia.
Todo empezó en Navidades
La historia de Daniel dio un giro las pasadas Navidades cuando vino a España a pasar unos días de vacaciones. El viaje ya fue extraño. Arcuri insistió en que como el pequeño, que en ese momento, tenía diez años, volaba solo de Italia a España, Rivas tenía que pagar el suplemento que se abona cuando un niño viaja solo. Pero no era cierto que iba solo en el avión, Arcuri se subió con él sin avisar a nadie y sin tener razones fundadas para hacerlo.

Una circunstancia extraña y preocupante tanto el inexplicable viaje a España, como el hecho de obligar a desembolsar un dinero cuando Daniel, en realidad, no iba solo en el avión. Una vez que el pequeño pisó suelo español y pudo abrazar a su madre, Arcuri se dedicó a envíar mensajes a Juana para hacerle saber que estaba cerca, para que notase su aliento en el cogote: “Buenas noches, también yo estoy en España en Granada y alrededores. Espero que Daniel pueda pasar buenos momentos con vosotros. Si se manifestaran nuevos episodios de maltrato psicológico contra él, intervendré inmediatamente. Feliz Navidad a todos”. Una advertencia también en forma de llamadas, casi un centenar en una semana, según denuncian los abogados de la madre protectora.