Uno de cada cinco chicos jóvenes en España —un 23 por ciento— cree que la violencia de género es un invento ideológico, que no existe, según el informe ‘Juventud en España 2024’. Se trata de una percepción que casi se ha duplicado desde 2019 cuando el porcentaje de negacionistas alcanzaba un 13%.

Crece el negacionismo entre los más jóvenes
Más datos: el 72 por ciento de los jóvenes entre 12 y 21 años aseguran vivir con miedo a que las mujeres les acusen injustamente de acoso o violencia de género, como apunta el estudio Así somos: el estado de la adolescencia en España de Plan Internacional. A pesar del ínfimo número de denuncias falsas que constan en las estadísticas oficiales (0,0084 %) y cuando el problema es el opuesto, las mujeres apenas denuncian las violencias machistas. Tan solo lo hace el 21,7 por ciento de las mujeres que sufren malos tratos en el ámbito de la pareja o expareja y el 8 por ciento de las mujeres que han sufrido una agresión sexual.
Resulta todavía más desolador este panorama cuando en tan solo una semana, dos hombres han asesinado a sus parejas de 21 y 19 años. Además, un joven de 21 años asesinó también a su expareja, una mujer de 28 años, hace menos de un mes en Sevilla. ¿Niegan los varones jóvenes la violencia machista mientras a ellas las asesinan?
En septiembre el sistema VioGén protegía a 1.349 adolescentes menores de edad
Lo cierto es que los datos dibujan una realidad muy lejana a la percepción juvenil. El pasado mes de septiembre, por ejemplo, el sistema de protección policial VioGén daba cobertura a 1.349 adolescentes menores de edad. Una de ellas, según el algoritmo corre riesgo extremo de ser atacada, 19 un riesgo alto, 248 constan como víctimas con riesgo medio y 1.081 un riego bajo.
En cuanto a las mujeres de entre 18 y 30 años, el sistema VioGén protegía a 26.231 mujeres jóvenes, de las cuales seis corren un riesgo extremo, 266 un riesgo alto de ser atacada de nuevo, 3.837 riesgo medio y 22.122 un riesgo bajo.
Martha, 21 años
Como riesgo bajo aparecía en el sistema Martha, la joven de 21 años asesinada en su casa de Madrid el pasado lunes. Su expareja, Juanjo, un hombre de 30 años, la acuchilló en presencia del bebé de 15 meses en su casa de Villaverde. Después, se fue a su casa y confesó el crimen a un amigo, con quién debatió dónde deshacerse de las pruebas que le incriminaban. Ambos fueron detenidos. Juanjo por el asesinato de Martha y su amigo como encubridor.
Martha, que vivía en Madrid, había denunciado a su expareja y a la postre asesino. A pesar de que él había quebrantado la orden de alejamiento en cuatro ocasiones, ni el juzgado consideró necesario que el agresor portase pulsera de localización conectada al Centro Cometa, ni dictó prisión preventiva. Tampoco la escalada de quebrantamientos propició que el riesgo de Martha se incrementase en VioGén, constaba como una víctima con un riesgo bajo de ser atacada.

Ainhoa, 19 años
Apenas unos días después, un hombre de 27 años asfixiaba hasta la muerte a Ainhoa, su pareja de tan solo 19 años en la vivienda que compartían en Librilla (Murcia), una localidad de algo menos de 6.000 habitantes. Un municipio rural en el que se sabe la violencia de género es más difícil de combatir. Quizá por eso Ainhoa no había denunciado a su agresor, a pesar de que, según cuentan los vecinos, quería dejar a su pareja. Lo había intentado el pasado invierno, según cuentan, pero el agresor se intentó suicidar tras la ruptura. Meses después, la ha asesinado, dicen, porque insistía en querer romper la relación.
El sistema no está pensado para las más jóvenes
José Antonio García Serrano, psicólogo experto en adolescentes y violencia de género recuerda que es complicado que las más jóvenes se sientan identificados con las campañas y las llamadas a las víctimas de las instituciones. “¿Qué información reciben? Lo que es la violencia de género, pero en personas adultas: la violencia económica, física, los asesinatos, eso ellas no lo reconocen como algo propio, no se sienten identificadas. ¿Cómo les ejercen violencia a ellas? Con el control de móvil, de las amistades, con el compartir ubicación del teléfono, te mando un vídeo sexual y te digo que me encantaría hacerlo, presionando con mis amigos mantienen relaciones y tú no me practicas sexo oral, tu amiga tal no me cae bien… Es mucho más sutil. El sistema contra la violencia de género no está pensado para las adolescentes”.
Y avisa: “Si no las formamos para que detecten estos mecanismos de control, ¿cómo se van a sentir identificadas? Ellas mismas pueden verse en la tesitura, si están viviendo violencia, de preguntarse, ‘¿esto es normal, no es normal? Porque nadie me habla de esto’. Es la falsa creencia que sabemos de algo cuando no es así”.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.




