Este viernes, ahora mismo está sucediendo, los juzgados de violencia contra la Mujer asumen más competencias. Serán los encargados de atender a las mujeres víctimas de violencia sexual, trata, acoso, mutilación genital femenina y matrimonio forzoso. Una buena noticia en el plano formal, pero que en la práctica, y según han explicado los propios jueces y juezas de violencia, va a suponer un colapso de los procedimientos. Menos tiempo para atender a cada mujer y una más que posible saturación que ralentizará los procesos, en una materia tan sensible como la violencia de género.
Las asociaciones de víctimas coinciden con los magistrados en que “va a ser un desastre”. Sus responsables atienden y dan cobertura a mujeres víctimas todos los días. Están en el terreno y conocen bien cómo funciona el sistema, que en la actualidad, ya está sobrecargado.
“Va en contra de las mujeres”
Gregorio Gómez, de la asociación Alma, no tiene dudas: “Va a haber una saturación brutal, más trabajo con el mismo personal, pues más saturación”. Considera que es lo “de siempre”. “No se dan más medios para afrontar esos trabajos. Entonces, obviamente estamos ante una saturación segura”.
“El hecho de que carguemos los juzgados que ya tienen trabajo con otros serie de delitos alargará los periodos, no habrá medidas cautelares en condiciones, estarán en un limbo. Todo esto va en contra de las mujeres y en detrimento de su bienestar. Vamos a dejarlas más desprotegidas, en ese sentido. Debería ser mucho más ágil, mucho más rápido, no al contrario”, alerta.
“Ahora mismo los juzgados de violencia están completamente saturados”
Una opinión que comparte Ana Bella, una superviviente de la violencia que fundó una asociación con su nombre, lleva años denunciando la lentitud de los juzgados. Mucho antes de que se decidiese que iban a asumir más competencias. “Ahora mismo los juzgados de violencia están completamente saturados, ahora mismo”, repite.
Además, no considera suficientes las plazas de jueces anunciadas. “Si no van a poner más funcionariado, por ejemplo, en Sevilla solamente van a poner un juez o jueza más, pero no van a ampliar el personal. Si ahora mismo están que no dan abasto, imagínate”.
Es cierto que determinadas casuísticas no percibirán ese atasco. “Hay casos en donde todo es muy flagrante. Ella tiene sangre, tiene un parte de lesiones, la policía ha visto o lo que sea, pues se resuelve muy pronto porque lo detienen, juicio rápido y sentencia. Sin embargo, solo son algunos casos, el resto van despacio y los maltratadores ponen impedimentos. No aparecen, no se les localiza, ahora renuncia al abogado para que eso se tenga que atrasar, mandan un fax diciendo que están enfermos con un parte médico y ahora se se tiene que aplazar. El proceso se eterniza”, explica.

“Muchas mujeres van a renunciar a denunciar”
Esa ralentización puede provocar una consecuencia no deseada, a ojos de Bella. “Si el procedimiento se alarga más todavía, muchas mujeres van a renunciar al procedimiento, van a renunciar denunciar, se van a separar o a divorciar sin poner la denuncia de violencia de género. Ahora mismo los abogados y la abogadas de oficio les están diciendo a las mujeres que no denuncie la violencia, que si se quieren deshacer del maltratador, que directamente hagan un acuerdo para divorciarse rápido y alejarse de él”.
Bella insiste en que es echar más leña al fuego. “Si ahora mismo ya están saturados, ponerle esa sobrecarga va a suponer que no van a poder atender bien los casos y va a ser perjudicial para las mujeres. Otra vez las últimas son las víctimas. Primero sufres el maltrato de tu pareja y después el de la administración porque no se les va a poder dar la prioridad que necesitan”, denuncia.
El camino va a ser más duro y largo para estas mujeres
No es que Ana Bella no esté a favor de la medida, la apoya: “Estamos de acuerdo y es importante, pero tiene que ir unida a un presupuesto que abarque la cantidad de trabajo que van a asumir esos juzgados”.
Por su parte Olga Caldera, de la asociación AMAR recuerda que el colapso de los procedimientos no solo implica que el proceso sea más largo si no también “más duro y perjudicial para las víctimas y los hijos víctimas también de la violencia. Si ya estaban colapsados imagínate ahora. Lo veo una locura con las implicaciones que conlleva. Cada vez va peor el sistema judicial, quizás desde el ministerio se lo deberían replantear”, concluye.
Si algo de lo que has leído te ha removido o sospechas que alguien de tu entorno puede estar en una relación de violencia puedes llamar al 016, el teléfono que atiende a las víctimas de todas las violencias machistas. Es gratuito, accesible para personas con discapacidad auditiva o de habla y atiende en 53 idiomas. No deja rastro en la factura, pero debes borrar la llamada del terminal telefónico. También puedes ponerte en contacto a través del correo o por WhatsApp en el número 600 000 016. No estás sola.