De la pasada 38 edición de la Semana Negra de Gijón, celebrada del cuatro al trece de julio, a la 13 del Festival de terror, fantasía y ciencia ficción Celsius 232 de Avilés, que vino a continuación entre el 14 y el 18 del mismo mes, hemos seguido y perseguido a una de nuestras artistas favoritas dentro y fuera de España: Carol Medina (Gijón, 1976).
Tras una larga e intensa trayectoria como ilustradora, artista gráfica y profesora, Carol irrumpió el pasado año en el panorama de la historieta con un excelente álbum que adapta la novela negra de Lorenzo Silva El lejano país de los estanques (Planeta) al formato narrativo dibujado, en colaboración con el guionista y escritor uruguayo Rodolfo Santullo. El excelente resultado ha puesto a su autora en el mapa, proyectándola a la primera línea del mejor cómic hecho en nuestro país. Era inevitable que tras la persecución, llegara el interrogatorio.

¿Cómo y por qué decidiste dedicarte al diseño gráfico y el cómic?
El dibujo, la pintura y el arte en general siempre han formado parte de mi vida. Me licencié en Historia del Arte y después conseguí un título privado de generalista en antigüedades y arte contemporáneo. Tuve trabajos de lo más variado desde entonces y, mientras tanto, me iban saliendo encargos diversos por parte de gente que me conocía, exposiciones y la posibilidad de dar clases así que, finalmente, decidí apostar por dedicarme a mi verdadera vocación.
¿Es difícil abrirse camino profesionalmente en el medio, en general, y siendo mujer en particular?
Creo que en nuestro país es difícil para todos. Hay mucha gente con talento luchando por abrirse paso y pocas oportunidades, por eso muchos optan por trabajar para otros mercados.
Llevas muchos años trabajando, pero solo en los últimos tu nombre ha empezado a sonar fuerte, recibiendo premios, siendo invitada a participar en eventos y, finalmente, llegando el encargo de “El lejano país de los estanques”. ¿Cómo has vivido este salto y a qué crees que se debe: la constancia, la calidad de tu trabajo o estar en el sitio oportuno en el momento adecuado?
Supongo que se debe a un poco de todo eso y a mucho trabajo. Al principio me centré en el mundo de la ilustración y el diseño porque era más fácil conseguir encargos de todo tipo; después empecé a impartir clases de narrativa gráfica y dibujo y creo que ganar un premio con un cómic del que era autora completa —el que otorga el concurso “Un valle de cómic”, organizado por el Ayuntamiento de Blanca y la asociación E-Cultura y Ocio de Murcia, que obtuvo por su historieta “El escritor”—, me dio la confianza para intentar lanzarme de cabeza a lo que verdaderamente me apasiona, que es dibujar tebeos.
Cuéntanos cómo surgió el proyecto de adaptar a Lorenzo Silva y cómo fueron tu trabajo y relación con él y con el guionista, Rodolfo Santullo.
Conocí a Rodolfo en el festival Celsius de 2022 y hablamos de la posibilidad de trabajar juntos. Un tiempo después, me ofreció este proyecto de adaptar la primera novela de Bevilacqua y Chamorro que él tenía en mente desde hacía tiempo y a mí me pareció fenomenal. Trabajar con Rodolfo es un placer, siempre está abierto a mis ideas y me da libertad total para transformar sus palabras en páginas de cómic. Lorenzo Silva es un hombre fantástico, generoso y con quien da gusto tratar: nos apoyó desde el principio y fue definitivo para que la adaptación se llevara a cabo. El hecho de que le gustara nuestra versión de su obra es la mejor recompensa por nuestro esfuerzo.
¿Has notado a lo largo de tu carrera una evolución positiva en el trato que se os da en el medio a las mujeres, teniendo en cuenta que durante mucho tiempo fue un campo muy masculino, vamos: un campo de nabos?
Yo estoy empezando a abrirme camino en este medio, así que no tengo perspectiva personal sobre cómo eran las cosas hace años, pero está claro que ahora se está dando mucha más visibilidad y apoyo a las autoras, que no es que antes no existieran sino que estaban luchando por hacerse ver y oír.
A diferencia de la mayoría de autoras actuales de novela gráfica que se decantan por la auto-ficción, la visibilización de la mujer y otros temas estrictamente feministas, tú te has tirado al policial y me consta que eres una fanática de la ciencia ficción, el terror, la aventura… ¿Te sientes quizá un poco “marginada” dentro del boom de las creadoras de cómic españolas por tomar esta opción tan poco habitual?
No me siento marginada en absoluto. Entiendo que el trabajo de esas autoras es importantísimo, necesario y beneficia a todos pero, para mí, el verdadero avance que están consiguiendo implica poder dibujar lo que te apasiona y divierte, independientemente de cuál sea tu género, en todos los sentidos del término, y abrir un mercado en el que las autoras puedan contar lo que les apetezca sin tener que justificarse. La ciencia ficción, la aventura, etcétera no son masculinos ni femeninos; yo entiendo que todos los géneros narrativos son universales.
Este año presentaste en la Semana Negra de Gijón, junto al resto de colaboradores, un segundo álbum editado por el Colectivo Berde. ¿En qué consiste este proyecto y cuál ha sido tu participación?
Es una iniciativa de Colectivo Berde, Arte y Transformación Social que consiste en dar voz a personas con diversidad psicosocial a través de la publicación de una antología de cómics hechos por los asistentes al taller TBO BERDE. Yo me encargué de diseñar el programa del curso e impartir el taller y te aseguro que ha sido una de las mejores experiencias docentes y vitales que he tenido, así como la confirmación definitiva de la importancia de este medio como herramienta narrativa y terapéutica.
También das clases de cómic. ¿Cómo ves a las nuevas generaciones? ¿Hay esperanza para el cómic en España?
Mientras siga habiendo gente apasionada por dibujar y contar historias a través de viñetas y gente deseando leerlas habrá esperanza para el cómic en nuestro país. Desde luego, el apoyo institucional y las ayudas estatales a los creadores y a la industria son fundamentales para conseguirlo y hacer que el cómic en España consiga tener la importancia que tiene en otros países como Francia.
Cómo creadora de cómic, ¿Cuáles son tus influencias principales, los y las artistas que admiras y te inspiran?
Admiro a cualquiera que tenga el valor y esté dispuesto a pasarse todas las horas del día dibujando historias maravillosas: nombres como Darwyn Cooke, David Mazzucchelli, Mike Mignola, Moebius, Naoki Urasawa, Frank Quitely, Fiona Staples, Matteo Scalera, Javi Rodriguez, Albert Monteys, Alex Toth, Paul Pope, Edgar P. Jacobs, Enki Bilal, Mark Schultz, Alberto Breccia… la lista es interminable.
¿Alguna autora de cómic española actual que recomendar?
Las recomiendo todas, pero mencionaría especialmente a Teresa Valero, Natacha Bustos, Aneke, Ana Miralles…
Háblanos sobre tus próximos proyectos, incluyendo esa historia de terror con Santullo de guionista que andáis pergeñando…
Sí, con Santullo estoy trabajando ahora mismo en un proyecto del que empezamos a hablar antes de adaptar “El lejano país de los estanques”. Es una historia de aventuras y terror que ocurre a principios de la década de 1960 en un tren entre Galicia y Asturias y que acabaremos en los próximos meses. También tenemos en mente hacer algo para la Editorial Orpheus Ediciones Clandestinas y nos planteamos la posibilidad de una nueva adaptación de Lorenzo Silva. Crucemos los dedos para que todo esto salga adelante.
¿Cómic, historieta, literatura dibujada, narrativa secuencial, novela gráfica… o tebeo?
Yo los sigo llamando tebeos, pero que cada uno los llame como quiera. Creo que el medio está lo bastante consolidado como para que nadie piense en él como el hermano pequeño de otro medio ni se necesite dignificarlo con nombres rimbombantes.