MÚSICA

Cher se une a Cyndi Lauper y reinterpreta su himno ‘Girls Just Wanna Have Fun’

En el último concierto de Cyndi Lauper en el Hollywood Bowl, Cher apareció por sorpresa para cantar con ella 'Girls Just Want to Have Fun', convirtiendo la despedida en un momento histórico

Cher y Cyndi Lauper - 'If I Could Turn Back Time'

La despedida de Cyndi Lauper de los grandes escenarios no podía ser un concierto cualquiera, y finalmente no lo fue. El 30 de agosto, el Hollywood Bowl de Los Ángeles se vistió de gala para acoger el último espectáculo de la Girls Just Wanna Have Fun Farewell Tour, un recorrido de 69 conciertos por cuatro continentes que marcó el cierre de una era.

Lo que nadie esperaba era que la velada se convirtiera en un acontecimiento histórico gracias a la aparición sorpresa de Cher, quien subió al escenario para cantar con Lauper el tema que convirtió a esta última en un símbolo global: Girls Just Want to Have Fun.

El público enmudeció al ver cómo Cher, envuelta en un abrigo blanco con lunares rojos a juego con el de su amiga, tomaba el micrófono. Dos generaciones de fans explotaron en aplausos cuando ambas artistas comenzaron a interpretar juntas la canción de 1983, convertida desde entonces en un himno de alegría, libertad y empoderamiento. Pero la actuación fue más allá de la nostalgia: en pleno clímax, ambas cambiaron el estribillo por un mensaje directo y político –Girls just want fundamental rights-, transformando el clásico pop en un manifiesto feminista que arrancó vítores y lágrimas por igual.

El momento se coronó con un intercambio de flores y palabras que destilaban complicidad. “Eres la reina”, dijo Lauper entregándole un ramo a Cher. A lo que la intérprete de Believe respondió con ironía y ternura: “No, tú eres la reina”. El abrazo entre ambas, acompañado por un espectáculo de fuegos artificiales sobre el cielo californiano, se convirtió en la imagen de la noche: dos mujeres que no solo definieron décadas de música, sino que siguen reivindicando la importancia de la sororidad y la lucha por los derechos.

Cher y Cindy Lauper, 1 de septiembre 2025. Fotografía: Instagram

El concierto no se limitó a esa aparición. Lauper estuvo arropada por figuras legendarias como Joni Mitchell, que a sus 81 años interpretó Carey y emocionó a un público rendido, y por voces emergentes como SZA, que añadió frescura y relevancia contemporánea al espectáculo. El resultado fue una especie de comunión generacional en la que mujeres de distintas épocas, con trayectorias muy diferentes, se unieron en torno a una misma causa: celebrar la música como espacio de resistencia y libertad.

Para Lauper, el final de esta gira no significa la retirada definitiva. Aunque ha confirmado que no volverá a embarcarse en giras internacionales, seguirá vinculada al mundo de la música y el teatro. Lleva años trabajando en la adaptación a Broadway de Working Girl y ha insistido en que su creatividad está lejos de agotarse. Su despedida de los escenarios es, en realidad, la apertura de un nuevo capítulo en su carrera, uno más íntimo y enfocado en proyectos que le permiten explorar otras facetas de su talento.

Cher, por su parte, demostró una vez más que a sus 79 años sigue siendo capaz de sorprender y dominar cualquier escenario al que sube. Su complicidad con Lauper ofreció una lección de longevidad artística: la música no entiende de edad, y mucho menos cuando se canta desde la autenticidad y el compromiso.

Lo vivido en el Hollywood Bowl fue más que un concierto de despedida. Fue un duelo de reinas, un espectáculo que combinó música, política, emoción y espectáculo visual. Fue también un recordatorio de que las canciones que marcaron una época pueden seguir resonando con fuerza renovada, adaptándose al presente y recordando que la cultura pop, cuando se interpreta con valentía, puede ser una herramienta poderosa de cambio.

La última palabra la tuvieron los fuegos artificiales que iluminaron la noche mientras Cher y Lauper se abrazaban. Más allá del cierre de una gira, lo que quedó en el aire fue la sensación de haber asistido a un momento irrepetible: la unión de dos iconos que, juntas, demostraron que las chicas no solo quieren divertirse, también quieren -y merecen- derechos fundamentales.

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