¿Quién puede arrebatarle a Demi Moore el Oscar?

Demi Moore parte como la gran favorita para llevarse el Oscar a Mejor Actriz, pero la competencia sigue abierta. Mikey Madison, Karla Sofía Gascón y Fernanda Torres han ofrecido interpretaciones memorables que podrían dar la sorpresa en la gran noche de Hollywood

-FOTODELDIA- Beverly Hills (Estados Unidos), 06/01/2025.- La actriz Demi Moore a su llegada a la gala de los Globos de Oro celebrada en Beverly Hills, California, Estados Unidos. EFE/ Caroline Brehman

“He estado trabajando en esto mucho tiempo, más de 45 años, y esta es la primera vez que gano un premio interpretativo… Hace treinta años un productor dijo que yo era una actriz palomitera, y en ese momento sentí que eso significaba que [este tipo de honores] eran algo que no me estaba permitido recibir, que podía hacer películas que ganaran mucho dinero pero que no podría ser reconocida, y yo me lo creí y lo acepté”.

La batalla por el Oscar a la Mejor Actriz que ha tenido lugar en los últimos meses, y que está a punto de llegar a su fin, pareció decidirse a finales de enero a causa no solo de la victoria de Demi Moore en los Globos de Oro en la categoría de Mejor Actriz de Comedia o Musical sino también, sobre todo, del discurso que la ganadora pronunció al recoger el premio, y que por sí solo ya habría merecido un galardón.

De inmediato, ella se convirtió en la favorita indiscutible a llevarse la estatuilla. Pero, claro, no es seguro que sea eso lo que acabe sucediendo. Es difícil pensar en una competición previa por el premio en esta categoría tan reñida como la de este año; antes de hacerse públicas las cinco candidaturas, de hecho, había casi una docena de aspirantes plausibles a obtener alguna de ellas, entre ellas Angelina Jolie por Maria Callas, Nicole Kidman por Babygirl y Marianne Jean-Baptiste por Mi única familia. Y la intensidad de esa lucha significa que nadie debería sentir verdadera sorpresa si su vencedora, en lugar de Demi Moore, acaba siendo la formidable Mikey Madison, cuyo trabajo al frente de Anora es absolutamente cautivador.

Fotograma de la película 'Anora', dirigida por Sean Baker y protagonizada por Mikey Madison

Fotograma de la película ‘Anora’, dirigida por Sean Baker y protagonizada por Mikey Madison

La narrativa del auge, caída y resurrección

La victoria de Demi Moore gracias a su imponente trabajo en La sustancia, reconózcase, ofrecería un relato perfecto. De entrada, la trayectoria que la actriz ha seguido a lo largo de su carrera encaja a la perfección en el tipo de narrativa de auge, caída y resurrección que tanto atrae a los votantes de la Academia de Hollywood, y su discurso en los Globos de Oro deja claro que ella es plenamente consciente de ello; en ese sentido, un Oscar para ella supondría un renacer actoral mucho más espectacular que experimentados en el pasado por Brendan Fraser, Matthew McConaughey y Mickey Rourke gracias a la estatuilla, y sería entendido como una petición de disculpas por parte de la industria que durante años le faltó al respeto.

Además, el personaje de Demi Moore en la película de Coralie Fargeat funciona a modo de crítica feroz al patriarcado institucionalizado que, sobre todo en la industria del entretenimiento, aboca a las mujeres a la búsqueda insana de la perfección física, y recompensarlo daría a Hollywood una oportunidad de mostrar su repulsa al misógino que de nuevo se encuentra al frente de la Casa Blanca. El triunfo de Demi Moore, asimismo, significaría un reconocimiento al cine de terror y al cine dirigido por mujeres, ambos tradicionalmente ignorados por la Academia.

Otro dato que certifica a la protagonista de La sustancia como probable vencedora es el Premio del Sindicato de Actores (SAG) que recibió hace solo unos días; según la estadística, 9 de las últimas 12 ganadoras de ese galardón acabaron llevándose también el Oscar por el mismo papel. Sin embargo, no está de más recordar que, en 2021, Frances McDormand se llevó la estatuilla a la Mejor Actriz por Nomadland (2020) después de salir derrotada en ceremonias de premios como los Globos de Oro, los Critics Choice y el SAG y de ganar únicamente el BAFTA en esa categoría.

De Cannes a los Oscar

Esa es, exactamente, la misma trayectoria seguida en las últimas semanas por MikeyMadison gracias a su trabajo en la magistral comedia de Sean Baker en la piel de una trabajadora sexual que se ve empujada a una humillante odisea tras equivocarse de príncipe azul. Al aceptar su premio, la joven dio un discurso en defensa de las mujeres empleadas en la industria del sexo que sin duda tocó la fibra sensible de muchos académicos.

A favor de las posibilidades de Mikey Madison cabe decir que el trabajo por el que está nominada -el primero de verdadero relieve en su carrera- es sin duda es uno de los principales motivos por los que Anora obtuvo la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes y ahora es la favorita para llevarse el Oscar a la Mejor Película, en buena medida porque aparece en casi todas sus escenas. Sí, es una actriz muy joven -25 años- y demasiado desconocida como para que los votantes la distingan fácilmente del su personaje. En todo caso, premiarla a ella proporcionaría a los académicos la clase de cuento de hadas que tanto les gusta desde que Audrey Hepburn se llevó el galardón por Vacaciones en Roma (1953) a los 24 años.

Mikey Madison en los Screen Actor Guild Awards. EFE/EPA/ALLISON DINNER

Si ordenamos a las candidatas de acuerdo a sus probabilidades de victoria, en el tercer puesto de la lista debe situarse a Fernanda Torres, que en Aún estoy aquí encarna a la abnegada esposa de un excongresista que a principios de los 70 fue secuestrado, torturado y asesinado a manos de la dictadura militar de Brasil. Ella es tan solo la segunda intérprete brasileña de la historia en ser candidata al Oscar; la primera fue Fernanda Montenegro, su propia madre, que obtuvo ese honor gracias a Estación central de Brasil (1998), y a los miembros de la Academia les gustó tanto su interpretación que, sorprendentemente, decidieron incluir Aún estoy aquí entre las diez nominadas en la categoría de Mejor Película además de hacerlo -esto sí era de esperar- en la de Mejor Película Internacional.

Pero a pesar de ello, y de que Torres se llevó el Globo de Oro a la Mejor Actriz Dramática -es la primera mujer latinoamericana en ganarlo-, sus posibilidades cara al Oscar son pocas, y no solo por el poderío de algunas de sus rivales. No hay que olvidar que ninguna de las actrices contra las que compitió en los Globos de Oro está nominada a la estatuilla, por lo que aquella victoria tiene escaso valor predictivo, ni que la brasileña se ha visto envuelta de polémica recientemente al salir a la luz imágenes de un sketch cómico que interpretó en el pasado y en el que aparecía caracterizada de mujer negra con el rostro cubierto de pintura.

Aún menos opciones de triunfo parece tener Cynthia Erivo, nominada por su trabajo en Wicked en la piel de una joven de piel verde destinada a convertirse en la Bruja Mala del Oeste de El mago de Oz. Su trabajo ha sido alabado por la crítica, y premiarlo -dado que la película es un alegato contra los prejuicios raciales y la discriminación– significaría elevar una necesaria protesta contra la administración Trump. A pesar de ello, decimos, Erivo no figura en las quinielas.

La improbabilidad de Karla Sofía Gascón

Caso aparte, por último, es el de la madrileña Karla Sofía Gascón, candidata gracias a su trabajo en el deslumbrante musical Emilia Pérez, en el que da vida a un señor de la droga que decide cambiar de sexo para poder vivir como la mujer que siempre ha sido, y que tras hacerlo se convierte en heroína del pueblo; el papel ya le proporcionó el premio a la Mejor Actriz en Cannes -‘ex aequo’ con el resto de intérpretes femeninas de la película- y el galardón de la Academia de Cine Europeo, y gracias a él se ha convertido en la primera mujer trans nominada al Oscar. También fue la primera persona trans candidata a un Globo de Oro y a un Bafta.

La actriz española Karla Sofía Gascón, en una imagen del Festival de Cannes

La actriz española Karla Sofía Gascón, en una imagen del Festival de Cannes

Durante meses, Karla Sofía Gascón fue quizás la gran favorita a ganar la estatuilla, incluso después de que la comunidad trans se quejara del retrato que ofrece de sus miembros. La narrativa creada en torno a ella, después de todo, era pura fantasía: se trataba de una auténtica desconocida perteneciente a una minoría -en Hollywood, los intérpretes españoles son catalogados como personas de color- cuya experiencia actoral previa se limitaba casi por completo al mundo de las telenovelas, representante de un colectivo al que históricamente se le han negado las oportunidades de triunfar en el cine y al que es de justicia reivindicar ahora que sus derechos vuelven a ser aplastados a causa del auge de la ultraderecha; en otras palabras, la candidata perfecta.

Pero, como sabemos, todas las opciones de Karla Sofía Gascón se desvanecieron de golpe al reemerger tuits ofensivos -algunos de ellos terriblemente racistas, y algunos incluso dirigidos contra los propios Oscar- que había publicado en el pasado. Inmediatamente fue repudiada por los productores, y miembros del equipo de Emilia Pérez; y en Netflix, compañía encargada de su distribución en Estados Unidos, no solo anunciaron que ya no financiarían ninguno de los viajes de la actriz para asistir a actos promocionales, sino que eliminaron su rostro de toda publicidad de la película.

Con el paso de los días, sin embargo, el escándalo ha perdido virulencia. El director de Emilia Pérez, Jacques Audiard, aprovechó la gala de los BAFTA para dedicar a Gascón palabras conciliadoras solo días después de haberla condenado públicamente con gran crueldad, y la semana pasada Netflix anunció que, pese a lo dicho anteriormente, sí pagarían sus gastos si decidía acudir a la gala de los Oscar. Por supuesto, eso de ningún modo significa que ahora Gascón esté ni por asomo en posición de arrebatarle a Moore -o a Madison- la estatuilla en el último momento. Cosas más raras se han visto a lo largo de la historia de los premios, es cierto. Pero no muchas.

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