Su fin sentimental, pero no creativo: así ha sido la ruptura de “Los Javis” y el imperio audiovisual que comparten

Tras 13 años juntos como pareja sentimental, Javier Calvo y Javier Ambrossi confirman su separación, mientras mantienen intacto un entramado profesional valorado en decenas de millones.

Javier Ambrossi y Javier Calvo, conocidos como Los Javis
Javier Ambrossi y Javier Calvo, conocidos como Los Javis

Tras más de 13 años de relación, Javier Calvo y Javier Ambrossi han decidido poner fin a su vínculo sentimental, una noticia que tomó por sorpresa a muchos seguidores pero que, según su entorno, llevaba tiempo gestándose. Aunque su historia de amor concluye, su unión profesional permanece intacta: ambos directores, guionistas y productores continuarán colaborando en los numerosos proyectos que tienen en marcha.

La pareja se conoció en el mundo del teatro y dio el salto conjunto al cine y la televisión. Empezaron a comprobar coincidencias creativas y personales en torno a 2012, cuando iniciaron su relación sentimental. Desde entonces, su nombre —“Los Javis”— se convirtió en sinónimo de un estilo propio: transgresor, pop, emocional y profundamente comprometido con la diversidad. Su trayectoria abarca títulos como Paquita Salas, Veneno o La llamada, proyectos que consolidaron su prestigio como creadores y su influencia en la cultura audiovisual española.

Javier Ambrossi y Javier Calvo.
EFE/ Fernando Alvarado

Los motivos de la ruptura

Según personas cercanas, la decisión de separarse se había tomado ya el pasado verano. En el entorno de la pareja se habla de que “la chispa sentimental ha ido apagándose”. Con el paso del tiempo, la vida conyugal se había reducido al mínimo, y el vínculo se transformó en una alianza de amistad y de trabajo más que en una relación romántica. Uno de los dos, incluso, habría reconocido hace meses en su círculo más cercano que atravesaban una crisis que resultó insalvable.

Fuentes del equipo apuntan a que ambos quisieron mantener la noticia en la esfera privada hasta comunicarla con calma. Durante las últimas semanas se lo habían contado a familiares y amigos, lo que acabó provocando la filtración. En cualquier caso, su entorno subraya que la separación ha sido amistosa y que no afectará a sus compromisos profesionales. De hecho, el proyecto que actualmente les ocupa —la película La bola negra, protagonizada por Penélope Cruz y Glenn Close— continúa adelante con normalidad y con ambos al frente de la dirección y la producción.

Un entramado patrimonial en común

La separación sentimental no implica la ruptura creativa ni societaria. El patrimonio conjunto de Calvo y Ambrossi ha sido objeto de atención por su volumen y estructura. La vivienda unifamiliar que adquirieron en 2024, en Pozuelo de Alarcón (Madrid) y valorada en alrededor de 1,5 millones de euros, es símbolo de ese éxito compartido. La casa cuenta con tres plantas, habitaciones para invitados, sótano con discoteca, sala de cine y gimnasio, además de un amplio jardín con piscina y barbacoa.

A ello se suma su productora, Suma Content S.L., nacida tras la reabsorción de sus primeras empresas, Superstar Producciones y Mi Querida Señorita Producciones. Actualmente cuenta con más de 60 empleados y activos que rondan los 19,5 millones de euros. Aunque el último ejercicio presentó pérdidas cercanas a los dos millones tras impuestos, el volumen del grupo y su catálogo de éxitos consolidan a ambos creadores como una de las marcas más potentes del audiovisual español. Los Javis han sabido convertir su alianza personal y profesional en un modelo de empresa moderna y creativa, capaz de exportar talento y generar empleo.

En su momento más público, reconocieron disponer de un capital modesto para los estándares del sector, pero las estimaciones actuales apuntan a que su fortuna conjunta se ha multiplicado gracias a contratos internacionales, licencias y proyectos con plataformas de streaming. Su éxito empresarial se ha sostenido en una fórmula poco habitual en España: independencia creativa, gestión directa de los derechos y una visión de largo plazo.

Qué pasará ahora

Aunque aún no se ha hecho público cómo gestionarán la división de bienes, los escenarios más probables incluyen la venta o reparto de la vivienda de Pozuelo, o su conservación como espacio creativo compartido. Su entorno insiste en que cualquier decisión será tomada en términos amistosos y con el foco en preservar su sociedad profesional.

Ambrossi y Calvo funcionan como un engranaje artístico casi perfecto. Han construido juntos una forma de narrar y producir que combina sensibilidad popular y riesgo estético. Por eso, quienes los conocen aseguran que su ruptura sentimental no alterará la marca “Los Javis”. Al contrario, podría suponer una nueva etapa en la que ambos crezcan también desde lo individual, sin renunciar a la complicidad creativa que los caracteriza.

Más allá del espectáculo

La historia de Los Javis no es solo una historia de amor y de éxito mediático. Es también la de dos creadores que transformaron la ficción española, abriendo espacios para la diversidad, la memoria y la emoción. Así lo dijo Javier Calvo cuando en los Premios Feroz 2018: “Yo soy gay. Tengo un novio que me quiere, una familia que me apoya y estoy aquí cogiendo este premio. Entonces si alguien, algún niño, alguna niña o alguna persona me está mirando y tiene miedo, si siente que está perdido, si siente que no le van a querer, que sepa que le van a querer, que va a encontrar su sitio, que su familia le va a querer y que va a cumplir su sueño. Que yo, y él [señalando a Javier Ambrossi], vamos a escribir historias para que tú te sientas inspirado”.

Su ruptura tiene un valor simbólico: demuestra que los vínculos pueden evolucionar sin romperse del todo. En un mundo donde las separaciones suelen interpretarse como fracasos, ellos apuestan por la continuidad profesional y el respeto mutuo.

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