El mundo del cine y la televisión está de luto tras conocerse el fallecimiento de Kelley Mack, actriz estadounidense que alcanzó popularidad por su papel de Addy en The Walking Dead. La intérprete ha muerto a los 33 años tras una dura batalla contra un agresivo cáncer cerebral que le fue diagnosticado en 2024.
Según ha confirmado su familia a través de un comunicado, Kelley Mack falleció el pasado sábado en Cincinnati, Ohio, su ciudad natal, rodeada de sus seres queridos. La actriz fue diagnosticada con un glioma difuso de línea media. Una enfermedad extremadamente agresiva que afecta al sistema nervioso central y que no suele presentar buenos pronósticos.
Una vida marcada por la lucha y el arte
Kelley Mack había desarrollado su carrera durante más de una década entre el cine, la televisión y la publicidad. Aunque su papel más reconocido fue en la serie The Walking Dead, donde interpretó a Addy, también tuvo apariciones destacadas en otras producciones como 9-1-1 (Fox, 2019) y Chicago Med (NBC, 2022).
Además, Kelley Mack prestó su imagen al personaje de Spider-Gwen en una serie de anuncios promocionales relacionados con Spider-Man: Into the Spider-Verse, ampliando así su vínculo con el universo del entretenimiento más allá del drama televisivo.
Durante los últimos años, Kelley Mack se había establecido en Los Ángeles, donde trabajó intensamente como actriz y modelo publicitaria. Su rostro se hizo habitual en numerosos spots publicitarios. Y su trayectoria parecía en ascenso hasta que la enfermedad interrumpió de forma brutal su vida y su carrera.
Un adiós íntimo y emotivo
En el comunicado compartido este martes por sus familiares, se puede leer: “Con profunda tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Kelley. Una luz tan brillante y ferviente se ha trasladado al más allá, adonde todos finalmente debemos ir”.
La familia de Kelley Mack también quiso destacar la serenidad con la que la actriz afrontó sus últimos momentos. Según el texto, falleció “en paz”, acompañada por su madre y su tía, que estuvieron con ella hasta el final del tratamiento. A modo de despedida simbólica, sus allegados compartieron una imagen reconfortante: “Kelley ya ha llegado a muchos de sus seres queridos en forma de varias mariposas. La echaremos de menos tan profundamente que las palabras no pueden expresar”.
Un tipo de cáncer poco frecuente y muy agresivo
El glioma difuso de línea media que acabó con la vida de Kelley Mack es un tumor cerebral de pronóstico complicado. Afecta de forma especial a regiones críticas del cerebro y la médula espinal, y suele presentarse en pacientes jóvenes.
Su carácter infiltrante lo convierte en uno de los cánceres más difíciles de tratar, incluso con las terapias más avanzadas.
Aunque no es una enfermedad muy común, en los últimos años se ha investigado más sobre ella debido a su impacto devastador en pacientes jóvenes. La historia de Kelley Mack vuelve a poner el foco sobre la necesidad de investigación y tratamiento temprano para este tipo de tumores.