Reportaje

Antolina y Vitori, el alma del Mirandes

Con 92 y 93 años y una pasión sin igual, ambas aficionadas vivirán desde su Residencia un partido que puede marcar la historia del fútbol español

Vitori y Antolina en la Residencia Vital
Ángela Fernández de Gamboa

Cuando el árbitro pite este sábado el inicio del encuentro entre Oviedo y Mirandes, Antolina y Vitori estarán a 360km, cogidas a su radio, posiblemente de la mano, aguantando los nervios que 90 minutos que pueden cambiar la historia de su equipo.

Porque el club de Miranda de Ebro juega el último y definitivo partido, que, de ganarlo, le daría un ascenso a Primera, que supondría un hito inédito en sus 98 años de existencia.

De esos 98 Antolina le ha seguido fiel más de ochenta.”Con 12 años me saltaba la tapia para verles jugar porque no tenía dinero“, rememora de aquel primer terreno de juego de La Estación. Colándose o “desde los balcones” aledaños donde “sólo se veía medio campo” descubrió en su adolescencia una afición que la acompañaría de por vida.

Una cuota, dos pesetas

Años más tarde se fundaría el Estadio Municipal de Anduva “lo puso el Ayuntamiento y vino un sacerdote a bendecirlo“, recuerda. Era 1950 y “por dos pesetas” se hizo socia. De las mejores actuaciones de su equipo aún atesora los recortes de periódico.

Lo que no esperaba es que, a sus más de 90 años, el balompié la hermanase con Vitori. Hace cuatro años se volvieron inseparables cuando recalaron en la Residencia Vital en Miranda de Ebro, lugar de nacimiento de ambas. Llegó allí Antolina “porque se murió mi marido” y Vitori, con una degeneración macular que casi no la deja ver, habiendo enterrado a sus dos hijas.

En una amistad de confidencias, compañía y horas de charla sólo el fútbol las separaba. Hasta que partido a partido (como se dice ahora) Vitori fue entendiendo que la devoción de Antolina era innegociable. “Mi afición viene por ella ¿eh? que me lo fue explicando todo“, reconoce. Cuando ven los partidos por televisión a Vitori le guía la voz de Antolina, que le va haciendo de narradora de un deporte que domina.

Soy la única que leo Marca en mi residencia” comenta, mientras su amiga, de cerca apunta orgullosa, “habla con Antonio, el manitas y con los auxiliares y sabe más de fútbol que ellos“. Los resultados, nuevos fichajes, los que han ido o venido “por los millones”, y por supuesto lo que está este sábado en juego.

Sin embargo, le cuesta pensar en su Mirandes en Primera. “Yo no lo espero. ¿Como se va a comparar con el Real Madrid, el Barcelona o el Atlético?, si aquí solo hay tres mil socios“, mantiene incrédula. Aunque eso sí, sabe “que los chicos tienen mucha ilusión”, asegura de la plantilla que tantas alegrías está dando a los `jabatos´.

Antolina leyendo un diario deportivo

El apoyo a sus rojillos se ha trasladado ya a toda la Residencia. De hecho, nos atienden para la entrevista con un mural de fondo en apoyo al club que, por supuesto, también han ayudado a hacer ellas.

Un partido decisivo

La cosa no va estar fácil, ya lo saben, un gol de ventaja pero jugársela en campo rival. Dudan si aguantarán los nervios todo el partido “igual tenemos que apagar la radio, porque es que se pone tan nerviosa que la para y luego vuelve a escuchar“, asegura Vitori mientras su amiga asiente.

“Si fíjate, que nosotros cantábamos de jóvenes: en el portal de Belén han puesto televisión para ver al Mirandes en primera división“, recuerda de unos cánticos juveniles que ahora cobran más sentido que nunca.

Vitori y Antolina se despiden de nosotros. Habiendo vivido una guerra civil o una pandemia, cuando les recuerdas tantos acontecimientos históricos vividos se miran y se sinceran con un “yo no esperaba durar tanto“. El carisma del que no lo busca, la autenticidad de la humildad. El alma del Mirandes verdaderamente son ellas.

 

 

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