El Meadow Park vivió una noche de Champions con remontada. El Real Madrid sorprendió con un misil de Caroline Weir al borde del descanso, pero el guion cambió por completo tras la reanudación. El Arsenal volvió del vestuario desatado, arropado por su afición y liderado por una Alessia Russo descomunal, para firmar una remontada y cerrar el 2-1 definitivo. Las campeonas de Europa comenzaron a contracorriente, pero acabaron imponiendo su superioridad en el juego aéreo y su madurez competitiva cuando el choque se decidió en los detalles.

Superioridad española en la primera parte
El Real Madrid arrancó con descaro en Londres, decidido a discutirle el balón al Arsenal desde el primer minuto. La propuesta de Pau Quesada permitió a su equipo instalarse en campo contrario y mover la pelota con criterio, mostrando personalidad en un escenario exigente. Aunque no generó ocasiones claras, el conjunto blanco dejó claro que no pensaba refugiarse atrás.
El control inicial merengue se diluyó cuando el Arsenal ajustó su presión y empezó a encadenar posesiones largas. Las ‘Gunners’ lograron encerrar al Real Madrid y rozaron el gol con un cabezazo de Maanum y un intento lejano de Olivia Smith. En ese tramo, la defensa visitante y una inspirada Misa, con una intervención decisiva ante Russo, sostuvieron al equipo en los momentos de mayor agobio.
Superada la tormenta inglesa, el Madrid recuperó aire y amenazó con transiciones rápidas. Feller rozó el 0-1, pero su disparo careció de potencia. Cuando el descanso parecía firmado, un rechace tras una falta botada por Däbritz cayó a los pies de Weir, que firmó una volea imparable para abrir el marcador. El Arsenal apretó en el añadido, pero Misa aseguró la mínima ventaja con la que las blancas se marcharon al vestuario.

Remontada de las Gunners
El Real Madrid salió del vestuario con la intención de aumentar su ventaja y no de protegerla. Linda Caicedo estuvo a punto de firmar el segundo gol nada más empezar, con un disparo que rozó la escuadra y encendió las alarmas en el banquillo local. Mientras tanto, Weir continuó funcionando como el metrónomo blanco, combinando pausa y calidad para esquivar la presión inglesa y sostener la propuesta de las de la capital española.

Pero el impulso del Madrid se apagó pronto. El Arsenal encontró velocidad por fuera con Smith y profundidad con Fox, hasta encerrar al conjunto español en su área. En una de esas llegadas, un centro al corazón del área permitió a Russo conectar un remate bombeado que, tras rebotar en una defensora, se coló por encima de Misa. Tras una revisión prolongada del VAR, el empate subió al marcador y Meadow Park despertó al unísono.
La diana reactivó por completo al Arsenal, que se lanzó sobre el área blanca con decisión. Misa sostuvo al equipo con intervenciones decisivas, pero la presión inglesa terminó por romper la resistencia visitante. La remontada llegó en un córner mal defendido por el Madrid, que Russo transformó en su segundo tanto de la noche con un cabezazo letal. La entrada de Mead y Foord dio aún más vuelo a las bandas, mientras Quesada respondía con un triple cambio para recomponer líneas y buscar oxígeno en ataque.
Pese al golpe, el Madrid no se rindió. Alba Redondo y Yasmim rozaron el empate en acciones consecutivas y un centro raso cruzó el área pequeña sin encontrar rematadora. El Arsenal, consciente de que el duelo aún estaba abierto, reforzó su defensa para los minutos finales y trató de adormecer el ritmo. La última ocasión volvió a ser blanca, pero Van Domselaar detuvo el disparo de Alba Redondo y certificó un 2-1 que hace justicia al empuje inglés.
Las londinenses, guiadas por una gigantesca Russo, completaron su remontada; el Madrid, competitivo pero castigado a balón parado, se marchó de Londres con la sensación de un premio que se escapó entre los dedos.


