Ellie Carpenter, internacional australiana y refuerzo del Chelsea a sus 25 años, se definió recientemente como “adicta a la adrenalina”.
Antes de consolidarse en la élite del fútbol femenino, llegó a pilotar motos y a coquetear con los deportes extremos, una faceta que, asegura, ya ha dejado atrás para centrarse por completo en su carrera.
La defensora explica también que su carácter competitivo se forjó de niña, cuando jugaba casi siempre con chicos y se empeñaba en ganarles.

Estas confesiones llegaron en una entrevista en ‘The Telegraph’, en la que también valoró su presente y las metas del club londinense.
Bronze como referente y un reencuentro especial
Carpenter está señalada como la heredera natural de Lucy Bronze en el lateral derecho europeo. Ambas coincidieron brevemente en el Lyon y la australiana reconoce a la inglesa como un espejo donde mirarse: una “leyenda” de la que aprendió observando y compartiendo vestuario.
Hoy, volver a cruzarse con ella le sirve de estímulo competitivo y de pauta para crecer en un rol de alta exigencia defensiva y ofensiva.
La zaguera subraya que su formación en la élite fue acelerada en Francia, cuando tuvo que asumir el rol principal tras la salida de Bronze rumbo al Manchester City en 2020, y que esa responsabilidad temprana le enseñó a sostener ritmos y duelos al máximo nivel.
Sobre el escenario competitivo, Carpenter considera que la Women’s Super League inglesa es la liga más dura del continente.
En su opinión, cualquiera puede ganar, de modo que cada fin de semana obliga a dar la versión más sólida para sumar tres puntos.
Ese listón conecta con el hambre del Chelsea por conquistar la Liga de Campeones, el gran título que se le resiste.
Relata también que en el primer día de pretemporada, junto al equipo, ya se habían marcado los objetivos principales a ganar en la temporada.“El primer día de pretemporada pusimos en la pizarra los trofeos que queremos ganar. Quieres ganar todos los trofeos posibles, pero no puedes simplemente decir: ‘Quiero ganar la Champions League’ porque todas lo quieren. Pero es mucho más que eso. Es cada día, cada partido.
Mentalidad ganadora y un fichaje estratégico
El aterrizaje de Carpenter en Londres también supone el reencuentro con Sonia Bompastor, la entrenadora con la que alzó la Champions en 2022.
La futbolista aprecia la claridad táctica y la capacidad motivadora de la técnica francesa, dos virtudes que, entiende, encajan con el gen competitivo del grupo.
Para el Chelsea, su fichaje es estratégico: añade profundidad, velocidad y agresividad a un costado clave en la salida de balón y en la presión alta, a la vez que aporta experiencia internacional a pesar de su juventud.
La fórmula blue
Más allá de las etiquetas, Carpenter maneja una dualidad atractiva: el instinto aventurero de quien creció entre motores y desafíos, y la disciplina metódica que le exige el fútbol de élite.
En el Chelsea, donde la exigencia es diaria y el margen de error mínimo, esa combinación puede ser diferencial.
Su incorporación llega en un contexto favorable: un vestuario acostumbrado a ganar en Inglaterra y obsesionado con completar su palmarés en Europa.
Si mantiene el filo competitivo que la caracteriza y consolida su entendimiento con Bompastor, el plan azul gana una pieza que no solo corre: también acelera la ambición colectiva.