El pasado 28 de septiembre, cinco meses después del apagón del 28 de abril, el sistema eléctrico peninsular sufrió “variaciones bruscas de tensión”. No fue un único suceso, ya que durante los tres días previos se registraron eventos similares. En primavera, el sistema sufrió un colapso que llevó al cero eléctrico. Ahora, según reconocen a Artículo14 fuentes del sector, el sistema volvió a operar en condiciones de vulnerabilidad que hacen que un nuevo apagón siga siendo una posibilidad real.
Lo ocurrido hizo saltar las alarmas en la sede de Red Eléctrica de España (REE), al frente de la cual está Beatriz Corredor, como presidenta de Redeia. Persisten las dificultades para controlar las oscilaciones de tensión en condiciones similares al mes de abril. Entre estas destaca, en primer lugar, la baja demanda de energía tras los picos extremos del verano por el uso del aire acondicionado -en primavera se relacionó con el fin del uso de las calefacciones-.
En segundo lugar, la parada por recarga de dos centrales nucleares, Almaraz II y Cofrentes. En el día del apagón tampoco no funcionaban, por el mismo motivo, Almaraz I, Cofrentes y Trillo. A ello se suma, tal y como explica a este medio un experto del sector, la menor disponibilidad de una de las fuentes de generación más estables: la hidráulica, debido a la reducción de las reservas de agua y de la turbinación de bombeo tras el verano.
Un primer paso
Ante esta situación, el 1 de octubre, tal y como adelantó El Periódico de la Energía, Red Eléctrica, con el visto bueno del Ministerio de Transición Ecológica y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), informó a los operadores de un cambio en la forma de entrada en el sistema de las plantas fotovoltaicas y eólicas. Estas son dos fuentes de generación de respuesta muy rápida, que pueden entrar en avalancha, lo que dificulta la estabilidad de la red. De ahí que el gestor optara por forzar una entrada más gradual, extendiendo el tiempo de acoplamiento de dos a quince minutos.

Si esa medida fue suficiente para estabilizar la tensión quedó en entredicho tras la petición de “modificaciones urgentes en varios procedimientos de operación eléctricos” presentada por REE a la CNMC el 7 de octubre. Ante los riesgos descritos, la reacción del supervisor que preside Cani Fernández no se hizo esperar: 24 horas después abrió una audiencia pública para tramitar, por la vía de urgencia, una Resolución de medidas urgentes para la estabilización de la tensión.
Su justificación deja patente la situación: el operador del sistema ha observado “en las últimas dos semanas variaciones bruscas de tensión en el sistema eléctrico peninsular español, tales que pueden tener impacto en la seguridad del suministro si no son implementados los cambios propuestos”.
Quitar tensión
Ante las informaciones publicadas, lanzamos un mensaje de tranquilidad:
▶️Desde Red Eléctrica no hemos hablado de riesgo de apagón ni inminente ni generalizado.
▶️Hemos observado recientemente variaciones de tensión que deben evitarse pero que no han supuesto riesgo de… pic.twitter.com/BGy00S0t7P— Red Eléctrica (@RedElectricaREE) October 9, 2025
REE trató ayer de rebajar la gravedad de la situación del sistema eléctrico. En un comunicado, precisó el alcance de su propia advertencia a la CNMC: “no ha existido riesgo de suministro en los últimos días, sino que se han observado algunas situaciones de variaciones bruscas de tensión en el sistema siempre dentro de los márgenes establecidos”. En la misma línea, el Ministerio para la Transición Ecológica señaló que Red Eléctrica informó de “recientes variaciones de la tensión, si bien dentro de los límites establecidos, aun con un elevado número de grupos convencionales conectados”.
Desde el apagón, el sistema eléctrico funciona en modo reforzado. “Los ciclos combinados (CCG) siguen ganando presencia y limitan el incremento de la generación renovable”, señaló en su último informe mensual el Grupo ASE, especializado en gestión energética. Así, la producción a base de gas se ha incrementado un 33% en 2025, especialmente desde abril. Según aprecia esta consultora, “REE parece haber puesto un suelo del 8% de generación procedente de los CCG para garantizar la estabilidad del sistema eléctrico”. La consecuencia de esta operativa es una mayor restricción a la entrada de las renovables, que según esta misma fuente, se situaría en el entorno del 60% del total.
Renovables en el punto de mira
Sin embargo, a pesar de esta operativa reforzada, las energías renovables (fotovoltaica y eólica) vuelven a situarse como uno de los origenes de los problemas de la red. Ya lo fueron el 28 de abril, cuando la pérdida repentina del 60% de la oferta, provocó la caída del sistema. Ocurrió en un contexto de altísima generación renovable y escasa aportación de centrales térmicas e hidráulicas.
Con la decisión de REE del 1 de octubre, que retrasó sus tiempos de entrada, las renovables volvieron a quedar marcadas. Para la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), supone “expulsar” a estas instalaciones del mercado secundario y terciario, en el que se vende la electricidad no casada en la programación que REE hace en la víspera.
#InformeAnualUNEF: "Las renovables podrán participar en el control de tensión, el principal reto actual de la red eléctrica, en el Q1 de 2026. El "modo reforzado" que se ha activado mientras, está incrementando los costes del sistema" Héctor de Lama, Director Técnico de UNEF pic.twitter.com/kOi53D9d3Q
— Unión Española Fotovoltaica (UNEF) (@UNEFotovoltaica) October 7, 2025
Ahora, el Operador las vuelve a señalar como las causantes de las “variaciones rápidas de tensión” que potencialmente pueden desestabilizar el sistema por su efecto “escalón”, dado que pueden modificar la potencia en “muy pocos segundos”. Incide también, entre otros factores, como el autoconsumo, que reduce la demanda cuando hay mucho sol. “Esto hace que se descarguen las redes de transporte. Y lleva al sistema a un punto de funcionamiento donde variaciones de potencia activa tienen un impacto cada vez mayor” en su predictibilidad.
REE no logra estabilizar la red
Los nuevos vaivenes de tensión y las exigencias de nuevas medidas urgentes arrojan una conclusión: la estabilización del sistema continúa pendiente para Red Eléctrica. Una responsabilidad que el sector atribuye exclusivamente al Operador, según apuntan las fuentes consultadas. Así lo han trasladado en los requerimientos de información sobre las últimas oscilaciones.
En el contexto actual, el supervisor ha entendido que son necesarias medidas inmediatas para reforzar el sistema. Se trata de una solución temporal, con una duración inicial de 30 días naturales, prorrogable a petición del Operador por periodos adicionales de quince días naturales como máximo. En este tiempo, REE deberá informar diariamente a la CNMC sobre implementación, seguimiento y efectos. El objetivo es ganar seguridad mientras se analizan en profundidad las causas y soluciones de las variaciones de tensión que tienen desestabilizado el sistema. Un acertijo que cinco meses después del apagón, REE aún no ha logrado resolver.