Al frente del Future Trends Forum de la Fundación Innovación Bankinter, Marce Cancho lidera el único think tank internacional dedicado a anticipar las tendencias que van a moldear el futuro. Coordina a más de 850 expertos de todo el mundo -científicos, tecnólogos, emprendedores, innovadores- una comunidad que funciona casi como un cerebro colectivo: diversa, interdisciplinar y siempre conectada.
Después de tres décadas en Bankinter y de haber vivido la evolución del banco desde dentro, forma parte del equipo que levantó la Fundación desde cero en 2004 y ha impulsado proyectos tan transformadores como CRE100DO, hoy una referencia independiente en crecimiento empresarial.

Durante los últimos cinco años, además, ha compaginado la dirección del think tank con la responsabilidad de Comunicación, preparando el terreno para una nueva etapa donde innovación, impacto social y colaboración van de la mano.
Cancho cuenta a Artículo14 su trayectoria profesional:
¿Cuál ha sido la decisión más difícil en su carrera profesional?
He tenido que tomar dos decisiones especialmente complejas. La primera, cuando perdí a un gran mentor y colaborador del think tank con el que había trabajado más de quince años. Fue un momento de enorme carga emocional, pero también un punto de inflexión que me llevó a dar un paso al frente y asumir el liderazgo del foro.
La segunda, más reciente, fue ceder la dirección de Comunicación de la Fundación a una persona de mi equipo. Fue una decisión que combinó el reconocimiento a su talento con la convicción de que los equipos crecen cuando se les confía el liderazgo de nuevas etapas. Para mí significó cerrar un ciclo y dar un paso al lado, promoviendo que otra persona aportara su energía y dedicación a un proyecto que seguirá evolucionando.
Creo firmemente que las organizaciones crecen cuando las personas crecen, y que a veces liderar también implica saber soltar y dejar espacio a otros. Esa generosidad profesional fortalece al equipo y multiplica el impacto de la propia institución.
¿Cuál es el consejo que más ignoró al inicio de su carrera y cuál fue la consecuencia? Y ¿cuál fue el más útil?
El consejo que más ignoré al inicio fue el de aprender a decir “no”. Al principio quería llegar a todo, pero con el tiempo comprendí que no poner límites puede desgastar tanto a la persona como al equipo. Aprendí que parar, reflexionar y priorizar también forma parte del éxito, y que decir “no” a tiempo puede ser una forma de cuidar tanto los proyectos como a las personas que los hacen posibles.
El consejo más útil ha sido tratar siempre bien a las personas. Desde los compañeros del día a día hasta los expertos que colaboran generosamente con nuestro think tank. Nada de lo que hacemos tendría sentido sin su compromiso y generosidad.
Con los años también he aprendido que a las personas hay que darles su tiempo, porque no todos tenemos la misma visión o ritmo para ver las cosas. Escuchar, respetar los tiempos y contemplar diferentes perspectivas enriquece el trabajo y fortalece la colaboración.
¿Cuándo dejó de sentir que ya no tenía algo que demostrar y empezó a disfrutar del éxito profesional?
Cuando asumí el liderazgo del think tank, comprendí que ya no tenía que demostrar nada, sino disfrutar del camino. Ese momento marcó un cambio: empecé a disfrutar del proceso, de las conversaciones con expertos, del aprendizaje continuo y del trabajo en equipo. Desde entonces, cada proyecto se convierte en una oportunidad para seguir creciendo y aprender también de mis compañeros más jóvenes, que aportan frescura e inspiración.
¿Qué mito sobre el liderazgo femenino le gustaría desterrar para siempre?
Que ser mujer y tener hijos no tiene que limitar el desarrollo profesional. Con voluntad, organización y apoyo, todo es posible. Las mujeres no necesitamos demostrar más que nuestra valía y experiencia. Los puestos de responsabilidad se consiguen por mérito y experiencia, no por género.
¿Qué hábito o ritual sigue para mantener la creatividad y la claridad mental en su día a día?
Caminar y conducir son mis mejores momentos de reflexión. Mientras camino, repaso ideas y proyectos; y cuando conduzco por las mañanas camino a la oficina, suelo encontrar claridad y nuevas perspectivas. Son momentos en los que las ideas se ordenan casi sin esfuerzo.
Pero lo que más alimenta mi creatividad es colaborar con otras personas. Las reuniones de brainstorming de pie, por ejemplo, me encantan: generan energía, movimiento y una conexión distinta entre los participantes. Escuchar diferentes puntos de vista y construir ideas en común me inspira enormemente, porque la creatividad florece cuando se comparte.
¿Cuál es su fórmula para conciliar la vida profesional con la familiar?
La clave está en la organización, el diálogo y la corresponsabilidad. He aprendido que conciliar es un trabajo de equipo, tanto en casa como en la empresa. Cuando mis hijos eran pequeños, era la madre de los “viernes” en el colegio, aunque el resto de la semana fuera una carrera contra el reloj. Lo conseguía gracias a una buena coordinación y a la colaboración constante con mi pareja, que siempre compartió conmigo la responsabilidad familiar.
También ha sido fundamental contar con una empresa que entienda la importancia de la flexibilidad. En mi caso, la Fundación Innovación Bankinter me ha permitido crecer profesionalmente sin renunciar a mi familia, facilitando ese equilibrio que hace posible disfrutar de ambos mundos.
Un error profesional del que aprendió una lección valiosa
Confiar demasiado en las personas equivocadas y tratar de resolver los problemas de todos. Con los años entendí que no se puede ser “madre” en el trabajo. Cada uno debe asumir su responsabilidad para poder crecer. Aprendí a acompañar, pero sin sustituir el aprendizaje de los demás.
Si el éxito profesional fuera un deporte, ¿qué tipo de entrenamiento recomendaría para jugarlo bien?
El éxito profesional es, sin duda, una carrera de fondo. Hay que entrenar cada día con constancia, actitud y compromiso, avanzando paso a paso sin perder de vista la meta. Pero, sobre todo, es un recorrido que se disfruta mucho más cuando se hace acompañado. Colaborar y compartir el camino con otros no solo lo hace más ameno, sino que permite llegar más lejos y aprender en cada etapa. Al final, el verdadero éxito está en crecer juntos.
Un imprescindible en el bolso
Mis gafas, una botella de agua y un cuaderno donde anoto ideas y reflexiones. Escribir me ayuda a aterrizar pensamientos y mantener viva la creatividad.
Su cita o frase vital
El futuro no se adivina, se construye. Y se construye mejor cuando lo hacemos juntos


