Nutrición

El millonario negocio de las dietas que se alimenta de las mujeres

El mercado global del bienestar está valorado en 1,7 billones de euros con millenials y Generación Z como principales consumidores

La lucha por la báscula es una batalla que muchas mujeres comienzan en la adolescencia y arrastran durante toda su vida. Y la industria lo sabe: presiona a sus potenciales clientas para que pierdan peso, acudan al gimnasio, consuman productos denominados healthy y, ahora, cada vez más, tomen suplementos alimenticios con la promesa de la eterna juventud.

Según un estudio de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), el sector de complementos alimenticios alcanzó en 2023 una facturación superior a los 2.000 millones de euros.

1,7 billones de euros

En redes sociales la tendencia es evidente: influencers publicitan planes para deshincharse, bebidas detox, entrenamientos en directo o batidos de proteínas para ganar músculo. Lo difícil hoy es encontrar a una mujer plenamente satisfecha con su cuerpo. El mercado global del bienestar —que incluye nutrición, fitness, cosmética y tecnología aplicada a la salud— está valorado en 1,7 billones de euros, según la consultora estadounidense McKinsey, con los millennials y la Generación Z como principales consumidores. En el centro de esa maquinaria: ellas.

En España, una encuesta de Longevitas Labs, empresa especializada en suplementos, refleja el creciente interés en este ámbito. El 31,5 % de los entrevistados consume suplementos para combatir el envejecimiento, un 22,5 % para perder peso y un 13,1 % para mejorar los niveles de energía. Las vitaminas lideran la lista (45 %), seguidas de los minerales (19,1 %). Por edad, destacan los grupos de 50 a 59 años (36,1 %) y de 40 a 49 años (35 %).

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Los datos de FIAB confirman que las mujeres consumen más complementos para controlar su peso que los hombres: 24 % frente a 14 %. En general, el 13 % de la población declara consumir alimentos destinados al control del peso, un hábito mucho más extendido entre mujeres de 18 a 45 años, especialmente aquellas que han estado a dieta o consideran que su peso no es adecuado.

En el plano internacional, Fortune Business Insights calcula que el mercado europeo de suplementos dietéticos alcanzó los 26.600 millones de dólares en 2024 y cerrará 2025 en 28.700 millones. El segmento orientado a la salud femenina —vitaminas para el ciclo menstrual, colágeno, fórmulas anti-edad— ya movía 41.100 millones de dólares en 2023 y podría escalar a 66.500 millones en 2032.

Una cuestión estética

La implicación femenina en este negocio tiene dos caras. Nunca antes tantas mujeres habían tenido acceso a información sobre nutrición o entrenamientos personalizados, pero a la vez la presión estética se ha intensificado con las redes sociales. La misma industria que predica salud alimenta un ideal de belleza inalcanzable: vientres planos, glúteos firmes y brazos eternamente jóvenes.

Las farmacias y parafarmacias son un claro escaparate de esta tendencia: colágeno, drenantes y multivitamínicos ocupan espacios cada vez más visibles en sus lineales, reforzando la sensación de que el cuidado personal debe pasar por el consumo constante de productos. La paradoja es evidente: una industria que se presenta como promotora de la salud vive de la insatisfacción. ¿Es positivo que tantas mujeres inviertan en su bienestar físico y emocional o estamos ante una nueva forma de presión estética disfrazada de autocuidado?

Las mujeres sostienen este mercado y, al mismo tiempo, lo sufren. Una rueda de gasto que no siempre conduce a la satisfacción, pero que alimenta un negocio multimillonario.

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