El Gobierno se someterá el próximo jueves, 27 de noviembre, al primer examen parlamentario para aprobar las cuentas públicas de 2026. Ese día el pleno del Congreso de los Diputados debatirá y votará los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública para el conjunto de las administraciones entre 2026 y 2028. En paralelo, presentará el límite de gasto no financiero -este no se somete a votación, pero sí a información-. Es el paso preliminar a la presentación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2026, sin que a día de hoy esté prevista su aprobación por la oposición de PP, Vox y Junts per Catalunya.
Y ello, a pesar de que, como defendió María Jesús Montero, ministra de Hacienda, el Ejecutivo ofrece a las regiones una financiación récord: 170.300 millones: 157.731 millones en entregas a cuenta, a los que se suman 12.569 millones por la previsión de liquidación de 2024. Para ello, el Consejo de Ministros del 18 de noviembre aprobó un techo de gasto histórico: 212.026 millones, un 8,5% más, sin contar con los fondos europeos. Esta financiación se apoya a su vez en la recaudación tributaria, que en 2025 crece a tasas de doble dígito y que, según los cálculos de Montero, superará los 325.000 millones. Para el próximo ejercicio, se prevé un nuevo récord de más de 350.000 millones.
✔️El Gobierno aprueba un techo de gasto de 212.026 millones de euros que refuerza el compromiso con el Estado de bienestar y el rigor presupuestariohttps://t.co/X0Rn5p7c6G pic.twitter.com/MTBypZBb57
— Ministerio de Hacienda (@Haciendagob) November 18, 2025
Recaudación por IRPF
“Volvemos a contar con un volumen de ingresos récord para hacer los presupuestos y aprovechar estas cuentas públicas para los ciudadanos”, valoró María Jesús Montero, tras el Consejo de Ministros. Sin embargo, la titular de Hacienda no explicó que son los propios ciudadanos, especialmente a través del Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF), quienes sostienen este gasto histórico. En 2025, la recaudación por IRPF superará previsiblemente los 140.000 millones si mantiene el crecimiento actual. Un año antes, creció un 8,4%, hasta 129.408 millones.
Entre enero y septiembre de este año, los ingresos fiscales por IRPF sumaron 104.957 millones, un 11,1% más que en el mismo periodo del año anterior. Con esta tasa, alcanzarán los 143.000 millones en el conjunto de 2025. Este montante equivale a casi el 45% del total de recaudación tributaria prevista (325.000 millones) y, a su vez, al 67% del techo de gasto propuesto (212.026 millones).
Hay que recordar que el IRPF es la figura tributaria que más recauda, seguida del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) y los Impuestos Especiales. En lo que va de año, los ingresos por IVA crecieron un 10,1%, mientras que los gravámenes a productos como los hidrocarburos, el tabaco o la electricidad, aumentaron un 5,3%. Hacienda, en sus informes, reconoce su importancia. En el último de septiembre, en relación al alza de los ingresos señala que “se mantuvieron los rasgos que vienen caracterizando el comportamiento de los ingresos en lo que va de año, en particular el buen comportamiento de las retenciones del trabajo y de los ingresos por IVA, que explican 6,6 puntos del crecimiento de la recaudación (casi un punto menos si se resta el impacto por la normalización de los tipos en el IVA)”.
Deflactación
Una de las claves del tirón del IRPF es que España no ha deflactado este impuesto desde 2015. El pasado verano, el Gobierno y sus socios rechazaron en el Congreso ajustar el efecto de la inflación en el IRPF. Según la proposición no de ley del PP, que fue rechazada, el tipo efectivo del IRPF aumentó del 12,8% en 2019 al 14,7% en 2023. La negativa del Ejecutivo a deflactar las retenciones del trabajo conlleva en la práctica un alza fiscal encubierta. La subida de los precios impide a los ciudadanos una mejora en su capacidad de consumo. Además, sus mejoras salariales llevan a muchos contribuyentes a saltar de tramo en su declaración de la renta, lo que les obliga a una tributación mayor.
En la práctica, esto provoca que si un asalariado mejora su sueldo, en el porcentaje equivalente a la inflación verá que pierde poder adquisitivo real porque paga más impuestos en su nómina (aumenta la presión fiscal por encima de su mejora). Lógicamente, en el caso de que las subidas de salario anuales no alcancen el IPC, la pérdida de poder adquisitivo es mayor.
Fondos europeos
En cuanto al límite de gasto no financiero total, es decir, aquel que tiene en cuenta los fondos del Plan de Recuperación, ascenderá a 216.177 millones. Esto implica un alza del 8,5% y 17.007 millones adicionales para el año 2026. El que viene será el último ejercicio que incluya los fondos provenientes de Europa. El techo de gasto prevé además una transferencia de 22.881 millones a la Seguridad Social en cumplimiento del Pacto de Toledo.
La VP @mjmonteroc ha comunicado a las CC AA, en el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que recibirán en 2026 un nuevo récord de entregas a cuenta de 157.731 millones para el refuerzo de sus servicios públicos y dar más impulso a políticas socialeshttps://t.co/NXfbqGHrG0 pic.twitter.com/vVlRCLW2Nv
— Ministerio de Hacienda (@Haciendagob) November 17, 2025
“Estos datos serán la base del anteproyecto de Presupuestos. Unas cuentas públicas que perseverarán en el refuerzo de las políticas sociales y que tendrán como gran protagonista un aumento considerable de las políticas de vivienda”, según señaló Montero. Con este marco, Hacienda se somete al escrutinio del Congreso para la validación de la senda de déficit. Para 2026, prevé un déficit del 2,1% para el conjunto de las administraciones. Las comunidades autónomas podrían incurrir en un 0,1% de déficit, lo que equivale a un margen fiscal de unos 5.484 millones. Eso sí, en caso de fracasar, estos recursos se quedarán en la caja de la administración central.

