Tras cerrar la compra de Hispasat, Indra tiene en su hoja de ruta la fusión con Escribano Mechanical & Engineering (EM&E), propiedad de los hermanos Escribano. Sin embargo, la operación que parecía encaminada desde el pasado verano encuentra ahora un elemento inesperado. El portazo de Junts per Catalunya al Gobierno de Pedro Sánchez extiende sus tentáculos fuera del Congreso de los Diputados y puede enmarañar la operación: las consecuencias de la ruptura salpicarían también al consejo de administración de Indra.
En este órgano se sienta desde el pasado mes de junio como vocal independiente Oriol Pinya. Con una larga trayectoria en firmas de inversión, hace una década fundó Abac Capital. En el pasado, también ejerció como vicepresidente de organizaciones empresariales vinculadas con el soberanismo, como FemCat. De hecho, según adelantó La Vanguardia, fue Junts quien promovió su nombramiento. En esta primera renovación del consejo de Indra bajo el liderazgo de Ángel Escribano, junto a Oriol Pinya se incorporó también Eva Fernández.

Informe de fusión pendiente
Y desde el 30 de julio, ambos vocales afines al nuevo presidente forman parte de la nueva Comisión creada ad hoc para analizar la fusión. Nació como un comité salomónico con cuatro consejeros independientes: dos nombrados en la etapa previa de Marc Murtra (Belén Amatriain y Bernardo Villazán) y dos afines a Escribano. Y lo que podría ser una ventaja a favor de Ángel Escribano, tras la dimisión de Bernardo Villazán, ha dado un giro con la ruptura de las relaciones entre el Ejecutivo y los de Puigdemont.
Según avanzan a Artículo14 fuentes conocedoras de la situación, actualmente Oriol Pinya estaría en una posición más crítica con la operación. De esta forma, su visión estaría alineándose con la de Belén Amatriain, que ha sido una de las consejeras más duras con la fusión, frente a la de Eva Fernández. Cabe recordar que esta comisión no tendrá capacidad para aprobar la fusión. Su misión será supervisar el cumplimiento de la normativa en relación al conflicto de interés con EM&E. Esta comisión tiene pendiente presentar al consejo de administración un informe que garantice la legitimidad del proceso y el análisis imparcial de la potencial operación.
Petición a la CNMV

Es una de las cuestiones que tiene sobre la mesa, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tras una solicitud de investigación por “posibles incumplimientos de normas y conflictos de interés” por parte de la Fundación Hay Derecho. Esta organización de abogados requirió formalmente por carta el pasado 31 de octubre al organismo supervisor la investigación de la operación por actuaciones concertadas entre los principales accionistas de Indra. Este accionista minoritario cuestiona la gestión del conflicto de interés derivado de la “doble condición de vendedor y administrador del señor Escribano”.
A su vez, es crítico con la dependencia de contratos públicos y la “falta de transparencia y objetividad” que llevan a cuestionar la valoración de EM&E. La negociación de la ecuación de canje en la fusión es en realidad la clave de la operación. Como reconocía recientemente el presidente de EM&E, Javier Escribano, “estamos a expensas de que los bancos hagan su trabajo y, cuando lo tengan y emitan un veredicto, haremos una negociación más fina o veremos hasta dónde podemos llegar. Es algo en lo cual nos tenemos que sentir todos cómodos”. Se han barajado cifras de entre 1.000 y 1.500 millones.
Retraso en la operación
En este sentido, la reciente adjudicación de los megacontratos para la modernización de la armamento terrestre con una prefinanciación al 0% por casi 6.900 millones a una Unión Temporal de Empresas (UTE) entre Indra y Escribano ha impactado de lleno en su valoración. Y es uno de los elementos a conjugar en el seno del accionariado de Indra. Por una parte, el Estado a través de su brazo industrial, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) cuenta con un 28% del capital y es el primer accionista, posición que desea mantener. A su vez, los accionistas, entre ellos industriales, como SAPA Placencia, verían diluida su participación si no acuden a la previsible ampliación de capital a través de la cual se estructuraría la fusión.

En este contexto, la realidad es que el calendario de la fusión se dilata. A finales de octubre, Javier Escribano dio prácticamente por cerrada la negociación de la ecuación de canje antes de fin de año. Ello permitiría presentarla al consejo de administración de diciembre e iniciar el próximo año con una hoja de ruta ya definida en esta operación. Sin embargo, la pasada semana, el propio Escribano reconoció que la fusión con Indra podría retrasarse al primer trimestre de 2026.
No dio más detalles de las causas. Eso sí, dejó claro que es la única opción para EM&E: “O nos fusionamos o nos quedamos como estamos”, aseguró. “Si nos fusionamos con Indra, podemos crear una compañía que pueda competir con Leonardo dentro de cinco o siete años”, informó Efe.
Los accionistas votan la fusión de Hispasat
Y mientras la fusión con EM&E podría volver a enmarañarse dentro del consejo de administración con los ecos de la ruptura con Junts, Indra reúne este viernes a sus accionistas para aprobar la compra del 89,68% de Hispasat por un total de 725 millones. En el orden del día figura también el nombramiento de dos nuevas consejeras independientes, Mónica Espinosa y Arancha Díaz-Lladó. Su entrada sí ayudará a Ángel Escribano a contar con independientes más afines a su gestión.
A su vez, tras su nombramiento por cooptación, también será ratificada Teresa Busto, que se incorporó desde Renfe a la vuelta del verano. Por su parte, SEPI también ha optado por renovar a Juan Moscoso como consejero dominical. Con estos nombramientos, la presencia de mujeres en el consejo se mantiene, así como el porcentaje de presencia de las distintas categorías de consejeros.
Desde su última cita con sus accionistas, Ángel Escribano podrá poner en valor el potencial de crecimiento de Indra como una de las principales beneficiarias de los 31 Programas Especiales de Modernización (PEM) del Ministerio de Defensa. El mercado así lo ha entendido con una revalorización de más del 160% de sus acciones en lo que va de año. El viernes 21 de octubre, cerraron en 45,06 euros, aunque en jornadas previas rebasaron los 50 euros.


