Por primera vez en Alemania, una mujer dirigirá el operador ferroviario público

La italiana Evelyn Palla se ha convertido en presidenta del consejo de administración y CEO de Deutsche Bahn (DB), la compañía ferroviaria estatal que gestiona la red y los servicios de pasajeros y mercancías de Alemania

En casi 200 años de historia ferroviaria en Alemania —desde la pionera línea Núremberg–Fürth de 1835— nunca una mujer había estado al frente del operador público. Hasta ahora. La italiana Evelyn Palla se ha convertido en presidenta del consejo de administración y CEO de Deutsche Bahn (DB), la compañía ferroviaria estatal que gestiona la red y los servicios de pasajeros y mercancías de Alemania. Un nombramiento que llega en un momento delicado en el sector, con endeudamiento elevado (más de 30.000 millones de euros a cierre de 2024), necesidades de modernización y caída de la reputación por los constantes retrasos.

Madre de tres hijos, Palla nació en Bolzano, Italia, en 1973. Estudió administración y dirección de empresas en la Universidad de Economía de Viena. Su carrera profesional se inició en sectores estratégicos: trabajó primero en Infineon, E.ON y ÖBB, donde consolidó su experiencia en transporte e infraestructuras.

En 2019 desembarcó en Deutsche Bahn como directora financiera de DB Fernverkehr, que es la división de trenes de larga distancia. Posteriormente asumió la dirección de DB Regio, la filial regional que transporta a millones de pasajeros cada día. Y un detalle significativo de su currículum: cuenta con licencia oficial de conducción de trenes, un guiño que la acerca a los maquinistas de la compañía.

Pero este nombramiento puede ser un caramelo envenenado ya que llega en un momento muy delicado para la empresa y para Alemania. Las infraestructuras de Deutsche Bahn están muy envejecidas y comienzan a pasar factura. De hecho, la puntualidad en larga distancia se ha movido en el entorno del 55–65% en 2024–2025, lo que implica que una parte sustancial de los trenes lleguen con retrasos. A esto se suman los costes crecientes, tensiones sindicales y una deuda abultada.

El Gobierno alemán, principal accionista, ha exigido una reestructuración profunda. El ministro de Transportes ha presentado un plan de diez puntos que incluye la simplificación de la estructura, el refuerzo de la inversión en vías y estaciones y una mayor dedicación al cliente. La presión política es fuerte: el ferrocarril es una pieza central en los objetivos climáticos de Alemania, que busca reducir la dependencia del coche y del avión. Por eso, el camino de Palla no será sencillo. Todavía no ha ocupado el puesto y ya tiene detractores, como el sindicato ferroviario EVG, que rechaza el proceso de nombramiento, aunque el consejo de supervisión confirmó su designación.

Además, Palla debe enfrentarse al desafío de recuperar la confianza de los usuarios. En Alemania, el mal servicio de Deutsche Bahn se ha convertido en un tema recurrente en la prensa y en la conversación pública, hasta el punto de afectar a la imagen internacional del país. Su reputación está en horas bajas. “No habrá una solución mágica”, aseguró en una entrevista con The Local Germany. Palla apuesta por la modernización de procesos, inversión sostenida y recortar niveles de burocracia para acelerar la toma de decisiones.

El reto no se limita al pasajero. El transporte de mercancías por ferrocarril —clave para descarbonizar la logística— necesita recuperar competitividad frente a la carretera y la digitalización de los procesos es imprescindible. En paralelo, la compañía afronta un desafío de talento: atraer y retener perfiles técnicos y formar a una nueva generación de maquinistas.

Y el sector ferroviario europeo la observa con detenimiento. En un momento en el que otros países como Francia o España también debaten sobre liberalización, inversión verde y digitalización. El hecho de que Palla sea la primera mujer al frente de Deutsche Bahn es más que un gesto. Durante casi 200 años, el sector del ferrocarril alemán ha estado dominado principalmente por hombres. En el DAX-40, las mujeres ocupan alrededor del 23% de los puestos en comités ejecutivos, aún minoría. El caso de Palla puede abrir puertas y servir de referencia para que más mujeres progresen desde la operación hasta la cúpula.

Palla hereda un cúmulo de problemas, pero también la oportunidad de alinear modernización y transición ecológica bajo un liderazgo en femenino.

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