En una mañana de agosto de 2023, Rachel Romer cayó al suelo en el patio de su casa en Denver. Horas antes había llevado a sus hijas gemelas a casa de su padre, de quien se estaba divorciando. Al amanecer, su tía pasó frente a la casa y la encontró desplomada. Romer había sufrido un ictus, apenas unos días antes de cumplir treinta y cinco años y pocas semanas después de firmar el divorcio de su marido, David Carlson. Tras un año en coma inducido, Rachel despertó en el hospital rodeada de su familia.
Su vida, hasta el ictus, se movía a la velocidad del éxito. Su empresa, Guild, estaba valorada en 4.400 millones de dólares, ella era una de las mujeres más ricas del país, la única capaz de construir una fortuna de 350 millones de dólares desde cero.
Los comienzos en Colorado
Rachel Romer creció en Colorado, en una familia donde la educación y la política eran parte del lenguaje cotidiano. Su abuelo, Roy Romer, fue gobernador del estado. Su padre, Chris Romer, senador y empresario. Ella, sin embargo, eligió el camino del aprendizaje. Estudió Ciencias Políticas y Educación en Stanford, y más tarde un MBA en la misma universidad. Durante un tiempo trabajó en la campaña de Barack Obama y luego en La Casa Blanca donde se duplicaron las oportunidades.
En 2015, junto a Brittany Stich, fundó Guild Education, que puede traducirse como educación sindical, una plataforma que permite a los empleados de grandes corporaciones estudiar sin endeudarse. Las empresas pagan la formación de sus trabajadores, y a cambio obtienen talento preparado y fidelidad a largo plazo. En poco tiempo, Rachel firmó acuerdos con Walmart, Chipotle, Target y Disney. Su modelo de negocio creció con tanta rapidez que siete años después su firma había alcanzado una valoración de 4.400 millones de dólares.

Una fortuna de 500 millones de dólares
Durante ese tiempo, Rachel figuró entre las mujeres más acaudaladas de Estados Unidos. Era pionera en construir una fortuna de casi 500 millones de dólares por sí misma, pero todo cambió tras su divorcio porque la división de bienes y la falta de liquidez redujeron su fortuna casi a la mitad.
Hoy se calcula que posee entre 150 y 200 millones de dólares. Aunque las figuras financieras han disminuido para Rachel, Guild se mantiene como una de las compañías más reconocidas en el campo de la educación corporativa. Opera como intermediario entre universidades y grandes empleadores gracias a programas que permiten que un empleado de Walmart o Chipotle estudie un grado universitario, un curso técnico o una certificación sin pagar matrícula. El resultado es una forma nueva de movilidad laboral que genera una vía para la formación y el ascenso profesional.
El modelo ha sido citado por TIME, CNBC y Fast Company como ejemplo de innovación social aplicada a los negocios, convirtiendo a Romer en una figura clave en la conversación sobre educación y trabajo en Estados Unidos.
La vida antes y después del ictus
El día del ictus marcó un antes y un después en su carrera. En varias entrevistas, su familia ha contado que al principio no podía leer ni escribir con facilidad, mientras se recuperaba Guild nombró a Bijal Shah, como su sucesora para asumir el cargo de directora ejecutiva. Romer permanece como presidenta del Consejo, aunque centrada en su rehabilitación.

Rachel sigue en proceso de recuperación. Camina con ayuda y trabaja en sesiones limitadas frente a las pantallas. Ha reducido su exposición digital y prefiere las conversaciones cara a cara. En su entorno dicen que el accidente cambió su forma de pensar sobre el tiempo y el liderazgo. Miembro del Comité Olímpico y del Consejo del 9/11 Memorial & Museum. Su participación en estos espacios amplía su alcance dentro del ámbito político y su nombre aparece con frecuencia asociado a liderazgo femenino, aunque su historia encarna el costo humano detrás del éxito.
Su fortuna podrá crecer en el futuro si Guild avanza hacia una salida a bolsa o es adquirida. Además, su papel como presidenta del Consejo y posible presidenta ejecutiva tras su recuperación le permitirá seguir influyendo en la empresa sin estar al frente operativo. Su propio proceso de recuperación físico le da una nueva perspectiva que podría transformar el enfoque del negocio hacia sectores como la salud, surgida de su experiencia personal.






