Las mujeres han sostenido hogares, criado generaciones y trabajado dentro y fuera de casa, muchas veces sin salario. Hoy, cuando llega la jubilación, el sistema público de pensiones les devuelve solo una parte de todo lo que aportaron en silencio. Sin embargo, el modelo vuelve a batir récords. En octubre, la Seguridad Social ha abonado 10,39 millones de pensiones a 9,4 millones de personas, con una nómina total de más de 13 mil millones de euros.
520 euros menos
Pese a ello, la brecha de género sigue marcando el pulso de las prestaciones. Según las cifras aportadas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el número total de pensiones de jubilación asciende a 6.621.675. Bajo este tipo de retribución, la cuantía media se incrementó en el mes de octubre hasta los 1.510,07 euros. Sin embargo, el reparto entre hombres y mujeres muestra una diferencia notable: los varones jubilados (3.859.869) perciben un promedio de 1.726,91 euros brutos mensuales, mientras que ellas (2.761.787) se quedan en los 1.207,01 euros.
En este sentido, la diferencia es clara. Las mujeres cobran 519,9 euros menos, lo que supone un 30% menos que los hombres. Los autónomos tampoco encuentran un respiro en este aspecto. De media, quienes cotizan por cuenta propia perciben 1.011 euros de prestación por retiro, frente a los 1.668 euros del régimen general.

El impacto de las nuevas altas
Al mismo tiempo, en términos generales, la remuneración ha ascendido un 4,3% respecto al mismo mes del año anterior. Este crecimiento no es casual. Responde a la revalorización automática de las pensiones con el Índice de Precios del Consumo (IPC) medio anual. Un mecanismo que garantiza que los jubilados no pierdan poder adquisitivo frente a la inflación. En un contexto de subida de precios sostenida durante los últimos años, esta actualización ha sido clave para mantener la capacidad de compra de los pensionistas.
No obstante, el principal motivo del alza media de la cuantía está en el efecto sustitución. Cada año, las nuevas jubilaciones corresponden a trabajadores que han cotizado más años y con salarios más altos, lo que eleva la media general. En este sentido, la pensión media de jubilación de las nuevas altas ya asciende hasta los 1.780 euros, según los datos más recientes, correspondientes al mes de septiembre.
Un 50% más
Pero si hay algo de lo que se benefician las mujeres sobre el sistema de pensiones es de la viudedad. La ventaja sigue la lógica de la demografía. En España, ellas alcanzan los 86,7 años de esperanza de vida, en cambio, los hombres solo logran los 81,3 años. Los datos, recogidos en un reciente informe de Funcas, revelan que existe una disparidad de casi cinco años y medio entre ambos sexos. En este contexto, la mayoría de los beneficiarios de las retribuciones por fallecimiento del cónyuge son mujeres -2.134.031 frente a solo 214.141 hombres-. Sin embargo, las cuantías vuelven a mostrar desigualdades, pero en este caso en favor de ellas. Los hombres cobran 643,64 euros de media, mientras que las mujeres perciben 966,09 euros, es decir, un 50% más que ellos.
La brecha tiene su raíz en la historia del empleo y las cotizaciones. Durante décadas los hombres fueron quienes concentraron los trabajos más estables y mejor remunerados. Cuando fallecen, sus cónyuges reciben una pensión derivada de esas cotizaciones más altas, lo que eleva la media femenina en esta categoría. Por el contrario, los hombres viudos perciben prestaciones procedentes de esposas con carreras laborales, de media, más irregulares o con bases de cotización más bajas, lo que explica la cuantía inferior.
Una factura de 13.675 millones
La llegada de los ‘boomers’ al sistema de pensiones, sumado al incremento de la esperanza de vida, provoca que el gasto, lejos de contenerse, continúe su particular escalada. En los últimos 15 años, el desembolso en prestaciones en España se ha prácticamente duplicado. En 2010, la cifra se elevaba hasta los 6.868 millones de euros, en cambio, según los datos más recientes de este mes de octubre, el consumo en esta materia, se alza hasta los 13.675 millones. Este crecimiento sostenido está ejerciendo presión sobre las finanzas públicas. Además, ante la incapacidad de hacer frente a esos pagos a través de lo recaudado con las contribuciones de los trabajadores en activo, el Ejecutivo está cubriendo parcialmente el gasto en pensiones mediante transferencias de otras partidas presupuestarias, como sanidad y educación.
Un sistema “insostenible”
La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) ya avisó de que por no aplicar medidas como vincular la edad de jubilación a la esperanza de vida, ampliar el periodo de cálculo de la base reguladora a toda la vida laboral o ajustar el porcentaje por años cotizados, entre otros, el sistema enfrenta una “insostenibilidad de fondo o estructural“. El informe de Fedea señalaba que un modelo basado en transferencias intergeneracionales solo es viable si la tasa de rentabilidad del pensionista respecto a lo cotizado no supera el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Sin embargo, la rentabilidad media del sistema se estima en un 3,63% anual, superior al incremento de la economía española en los últimos 40 años (2,24%) y muy por encima del promedio esperado entre 2022 y 2070 (1,22%), según el Ageing Report 2024.
A pesar de que algunas prestaciones, como la de viudedad, benefician hoy a las mujeres, la brecha de género en las jubilaciones sigue siendo clara y persistente. A consecuencia de décadas de desigualdad en el empleo y en las cotizaciones. Mientras el sistema enfrenta presiones crecientes por el aumento del gasto y la insostenibilidad estructural, las mujeres continúan recibiendo menos que los hombres en su jubilación. En realidad, es fruto de lo que aportaron. La corrección de la brecha no pasa por las compensaciones en el sistema a posteriori, sino por mejorar sus cotizaciones durante su vida laboral.
