Mujeres

La brecha de género en pensiones cuesta a la economía el 1,8% del PIB y cerca de 500.000 empleos

El informe de ClosingGap y Mapfre sostiene que las pensionistas cobran de media 500 euros menos que los hombres y estima que las desigualdades en acceso y cuantía de las retribuciones suponen un perjuicio de 28.500 millones de euros

Aunque las mujeres han ganado presencia en todos los ámbitos de la vida laboral, la sombra de la desigualdad perdura sobre las generaciones más avanzadas. Aún hoy, las pensionistas ingresan de media 508 euros menos al mes que los hombres. Esta brecha no se limita a las retribuciones públicas de la Seguridad Social. También afecta a los ingresos privados durante la jubilación, como alquileres, dividendos o planes de pensiones, donde ellas reciben 680 euros anuales menos.

En términos macroeconómicos, el nuevo informe ‘Coste de oportunidad de la brecha de género en pensiones y ahorro previsional’, elaborado por la Asociación ClosingGap y MAPFRE, revela una conclusión contundente. Si se cerrara esta brecha de género en pensiones y ahorro, el Producto Interior Bruto (PIB) de España crecería en un 1,8% y se generarían hasta medio millón de empleos. El estudio, que amplía el análisis más allá de las pensiones públicas para incluir también los ingresos privados durante el retiro, ha contado con la colaboración de 17 empresas. Y recoge, por vez primera, datos fiscales individuales. Lo que permite “obtener información más precisa”, según ha avanzado en la presentación Lucila García, directora general de ClosingGap.

500 euros de brecha

En 2024, el sistema público de pensiones en España protegió a más de 9,3 millones de personas, con una distribución equilibrada entre hombres y mujeres. Sin embargo, bajo esta paridad persisten desigualdades. A la vez que el 82% de los hombres en edad de retiro recibe una pensión de jubilación, solo el 57% de ellas accede a este tipo de renta. En contraste, tres de cada diez mujeres perciben una pensión de viudedad frente a apenas un 1% de los hombres.

Las diferencias también se aprecian en la cuantía. En promedio, un hombre pensionista cobra 1.595 euros mensuales, frente a los 1.087 euros de una mujer, lo que supone una brecha de 508 euros. Aunque en términos relativos el desajuste se ha reducido -del 35,8% en 2018 al 31,9% en 2024-, en términos absolutos la distancia se amplía. Ya que siete años atrás el desequilibrio era de 434 euros. La brecha es especialmente visible en las pensiones de jubilación, con 520 euros más a favor de los hombres. Mientras, el “beneficio” de las mujeres en viudedad -320 euros más que ellos- no constituye una ventaja real, sino “una mayor dependencia a los ingresos derivados de las cotizaciones de sus cónyuges“, explica el análisis.

Lucila García (i) y Marieta Jiménez (d) durante la presentación del estudio en el día de ayer
Kreab

Un 20% más que ellas

No obstante, las nuevas generaciones de pensionistas muestran cierta convergencia. Entre quienes causan baja del sistema, la diferencia entre ambos sexos en los ingresos mensuales alcanza los 540 euros. En cambio, entre quienes acceden por primera vez, la brecha se reduce a 255 euros. Diego Vizcaino, socio director de la consultora AFI, explica que la corrección de esta desigualdad entre quienes salen del sistema y las altas “se debe a que las mujeres que se incorporan ahora al régimen de pensiones cuentan con una carrera laboral más sólida que en los años anteriores”.

Pese a ello, de media, los hombres perciben retribuciones un 20% más altas que ellas. En este sentido, Marieta Jiménez, vicepresidenta del área de salud del grupo Merck, insiste en que “aunque la brecha existe, su reducción es una fuente de esperanza”. Y añade que el reto está “en acelerar ese proceso de convergencia”.

Patrimonio neto

La evolución de la brecha de género en el patrimonio neto, diferencia entre los activos y las deudas acumuladas, arroja datos esperanzadores. La desproporción en la riqueza entre sexos se situaba en 6.700 euros per cápita en 2022, según los últimos datos disponibles. Donde 138.450 euros de media correspondía a mujeres, frente a los 145.150 de los hombres. A pesar de que la cifra sigue siendo significativa, se ha reducido de forma sostenida en los últimos años. Y pasó del 8,4% en 2016 al 4,5% en 2022, descendiendo de 10.530 a 6.720 euros en ese mismo periodo.

El análisis muestra que el desfase patrimonial se concentra principalmente en la acumulación de activos, como viviendas, cuentas bancarias o inversiones financieras. Aunque, en el terreno del pasivo las mujeres presentan menores niveles de endeudamiento. Lo que contribuye a reducir la brecha global en unos 2.250 euros por persona. Aun así, las diferencias por edad siguen siendo notables. En 2022, la brecha alcanzaba los 25.300 euros entre los mayores de 87 años, frente a poco más de 1.100 euros en el grupo de 67 a 72 años. La directora general de ClosingGap argumenta que la disparidad entre los más mayores se debe “a una menor educación financiera y presencia de las mujeres en la capacidad de planificar a largo plazo en el ámbito de la jubilación”.

Pensionistas - Sociedad
Las mujeres ingresan, de media, 508 euros menos al mes de pensión contributiva que los hombres
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Una vejez más dependiente

Las mujeres españolas son las que más viven de Europa con una esperanza de vida media de 86,7 años, según datos de Eurostat. Pero esa mayor longevidad se traduce también en un periodo más largo de dependencia. Lo que tensiona su economía y hace más urgente replantear el modelo de ingresos en la vejez. A partir de los 80 años, el gasto en cuidados ya supone para ellas 1,8 veces el importe medio de su pensión pública de jubilación (11.500 euros anuales). Mientras, los hombres logran cubrir el coste con su prestación al menos hasta los 85 años. A partir de esa edad, la brecha se dispara. Las mujeres necesitarían más del doble de su pensión (24.000 euros anuales) para afrontar los costes derivados de la dependencia.

En este contexto, Antonio Huertas, presidente de Mapfre, ha subrayado la importancia de fomentar un ahorro complementario privado frente a la insuficiencia de las pensiones públicas. Huertas, reconoce que “nadie piensa en tal largo plazo cuando es joven”. Pero añade que es “esencial promover fórmulas de ahorro a corto y medio que permitan generar excedentes progresivos que, con el tiempo, puedan destinarse a reforzar la jubilación“.

El impacto económico de esta desigualdad es contundente. Las brechas en acceso y en cuantía de las pensiones -públicas y privadas- tienen un coste aproximado por el estudio de 28.500 millones de euros. Unas pensiones más bajas en las mujeres suponen “menos valor añadido, menos ingresos, menos consumo y, en última instancia, una economía menos estimulada. Lo que explica la estimación del perjuicio”, concluye Vizcaino.

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